Capitulo XIX

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"Dígale al director que pasaré a su oficina en breve, cuando acabe de hablar con mi hija." El presidente le pidió al Dr. Kang un momento con Jennie.

El médico mayor asintió y le sonrió al presidente. "Los dejaré a ambos entonces. Fue agradable verlo de nuevo, presidente." Dr. Kang se despidió y palpo el hombro de Jennie.

El presidente le indicó a sus guardaespaldas que estuvieran en la puerta y que esperaran afuera de la oficina de Jennie.

Innegablemente nerviosa, Jennie valientemente abrió la puerta de su oficina con su padre siguiendo sus pasos. Siguió caminando hacia su mesa y le ofreció a su padre asiento, el presidente sacudió su cabeza y sonrió sarcásticamente. "¿Entonces ésta es tu oficina? Ésto es de lo que te has estado jactando. Eres un desastre, Jennie". El presidente lanzó un sobre en la mesa de su hija.

La doctora estaba sorprendida, viendo con intriga a su padre. "¡Ábrelo!" El presidente rugió, Jennie sintió su corazón saltar del susto cuando el rugido de su padre retumbó en toda su oficina. Ella rápidamente recogió el sobre con manos temblorosas.

Cuando abrió el sobre se congelo. Lo que estaba dentro del sobre la sorprendía más, eran varias fotos de ella y Lisa en diferentes lugares, pero mayormente en el hospital. Una de ellas capturo cuando besó a la pasante en la mejilla.

Jennie no pudo evitar jadear, ¿Qué le diría a su padre? ¿Qué Lisa le gustaba mucho? Como si a su padre le impotaran sus sentimientos, su padre nunca se preocupó por ella.

"¿Es tu nuevo hobby? ¿Huh? ¿Acostarte con incompetentes practicantes médicos? ¿Cómo tú pasante específicamente?" El presidente remarcó, no estaba para nada complacido.

Jennie bajó las fotos, miró a su padre a los ojos, a pesar que sabía que se desmayaría en cualquier momento por tantos nervios. Tomará el riesgo de hacerle frente a su padre, porque ahora Lisa importa.

"No veo el problema con eso, papá. Me gusta y yo le gusto, lo que hay entre nosotras no afecta a las personas en una mala manera." La doctora trató de contestar calmadamente.

Su padre rió. "Realmente eres una desgracia, no puedo creer que eres mi hija. ¿Entonces continuarás siendo íntima con esa pasante?"

Jennie quedó sin palabras. ¿Por qué luchaba si sabía desde el principio que perdería? Nadie podía derrotar a su padre. Él era poderoso y autoritario.

Su padre avanzó hacia ella, se arregló su saco y la placa con su nombre. "Siempre me desafías, hija mía. ¿No recuerdas que son tus morales los que te definen? Es la razón principal por la cual nadie se atrevió a quedarse contigo."

Los ojos de Jennie comenzaron a lagrimear, las palabras de su papá la estaban atacando.

"¿Y esa pasante? ¿Eres tan tonta, Jennie? ¡¿Qué va a pensar la gente de nosotros?! ¿No sabes que llevas mi apellido? ¡Eres una Kim! ¡Un error y verás nuestra empresa caer frente nuestros malditos ojos! ¡Deja de ver a esa pasante!" El presidente demandó duramente. 

La doctora vió a su padre, horrorizada. ¡No, no podía! Lisa era el única ancla que le quedaba, ella era su todo ahora. 

"¡No!" Jennie pisoteó en desacuerdo con su padre. 

La frente del presidente se arrugó pero luego se encogió de hombros. "Está bien. Sigue viendo a tu pasante, quédate con ella cuanto quieras."

Su padre sonrió a mitad de su frase. "Pero espera a que desaparezca de éste hospital, si soy más despiadado en comparación con antes, tal vez prohíba a tu amada pasante de todas las instituciones médicas en Corea, es muy fácil para mi hacer eso. Créeme, Jennie, soy fiel a mis palabras y no puedes ganarme. Ahora, si me disculpas, debo irme, disfruta tus días con ella."

DOCTORS - JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora