Seguíamos en la fiesta. Yo intentaba despertar a Kirk mientras buscaba con la mirada a Lars. No sabía en qué estado le encontraría, pero imaginaba que estaría como Kirk o peor. En fin, es que no saben beber.
-James, ¿puedes ayudarme? -Dije sin mirarle mientras intentaba levantar a Kirk.
Pero James no respodía, él estaba bebiendo.
-James, por favor. -Respondí.
James suspiró y se levantó. Se puso a mi altura, cargó a Kirk a su espalda y se fue sin mirarme ni un solo momento. No sabía qué le había pasado. Pasó de estar bien conmigo a comportarse como si no existiera para él. Me quedé de pie mirando cómo se alejaba lentamente.
-Carmen, ¿estás bien? -Dijo Laura acercándose a mí.
Asentí con la cabeza y me fui a buscar a mi marido que estaba tirado en la calle cual borracho. Al verle ahí tirado me pareció muy tierno, y por un momento olvidé por completo a James.
-Lars, cariño, ¿qué voy a hacer contigo? -Dije ayudándole a levantarse.
Me sonrió sin entender mucho la situación y empezó a caminar con los ojos cerrados mientras se apoyaba en mí. Yo le acaricié el pelo y me reía cuando decía alguna de sus tonterías de borracho.
Llegamos a casa y le tumbé en la cama. Con dificultad le quité los zapatos y los pantalones y le tapé.
-Buenas noches, mi vida. -Dije dándole un beso en la frente.
Lars sonrió y al momento se quedó dormido. Suspiré y me senté en la cama a su lado. Le estuve mirando un buen rato, y aunque le quería me costaba sentir por él lo que sentía hacía poco más de una semana. ¿Qué me estaba pasando? Yo le amaba con todas mis fuerzas y habría hecho cualquier cosa por él, pero de pronto llegó James y... Ah, James. Empecé a pensar en el brillo de sus ojos al mirarme y en lo rápido que me latía el corazón al estar cerca de él. Recordé aquel día, el día de mi boda, cuando él estaba claramente dolido y sin embargo lo planificó todo él por mí. Pensé en aquel beso cuando nos pillaron. Miles de pensamientos pasaban por mi cabeza.
-James... -Susurré antes de quedarme dormida.
Ay, James, por qué me tienes tan pillada por ti.
