*Visión de Carmen*
Después de la charla que tuve con Laura, estuvimos un rato en silencio. Ella apoyó su cabeza en mi hombro y yo me quedé pensando en Lars. Una lágrima se deslizó por mi mejilla, y después otra, y otra. Laura me secó las lágrimas y me dio un beso en la mejilla. De verdad, no sabéis cuánto la quiero. Hablamos un rato sobre tonterías nuestras que me animaron mucho y me hicieron olvidarme de todo por un momento. Escuché pasos y recordé que Jason estaba arriba. Me puse de pie y le abracé cuando bajó, lo que le hizo no saber reaccionar durante un segundo.
-El día que me respondas bien a un abrazo, bailaré. -Dije al notar sus manos indecisas intentando abrazarme.
Jason y Laura rieron. Les pedí perdón a los dos por interrumpirles una tercera vez y salí a la calle con Jason ya que se tenía que ir a su casa.
-¿Quieres que pegue a James de tu parte? -Dijo Jason tras un momento de silencio.
-No, gracias. -Reí.
De hecho, a eso iba.
-¿Y a dónde vas ahora?
-A hablar con James. ¿Me acompañas?
-Si os vais a poner a follar me haces una señal. -Dijo guiñándome un ojo.
-Qué inoportuno eres.
-Pero soy gracioso.
-Deja que los demás decidan si lo eres.
Nos miramos con odio y empezamos a reír. Le empezaba a tener mucho cariño a este chico. Hablamos un rato hasta que llegamos a la puerta. Jason fue a abrir con su llave, pero yo le paré y llamé.
-¿Estás bien? -Susurró Jason al verme nerviosa.
Asentí con la cabeza y me quedé mirando fijamente a la puerta hasta que abrió James.
-Hola, pequeña. -Dijo con su estúpida sonrisa.
Me acerqué a él y le pegué tal puñetazo que le tiré al suelo. No creí que fuera a doler tanto. Jason se empezó a reír a carcajadas y James se levantó y me miró incrédulo.
-Antes de que hables y digas cualquier gilipollez, quiero que sepas que enamorarme de ti fue el mayor error de mi vida.
-Pero...
-No he terminado de hablar. Eres una persona horrible. Eres homófobo, un chulito sin gracia y crees que todas van detrás de ti. No vuelvas a dirigirme la palabra.
James miró a lo lejos y soltó una risa sarcástica.
-Te ha dicho él que me digas todo esto, ¿eh? -Dijo sobándose la mejilla en la que le había pegado.
Miré hacia atrás, pero no vi a nadie. Miré a James de arriba a abajo y me fui. Jason me siguió y se empezó a reír.
-¿De dónde has sacado esa fuerza? -Dijo sin creerse del todo lo que había visto.
Me encogí de hombros y sonreí. Estaba satisfecha por eso que había hecho, aunque puede que me pasara un poco. Noté que alguien nos seguía y miré hacia atrás, pero no vi a nadie. Acompañé a Jason a su casa, me despedí de él y me fui hacia la mía. Era como media hora andando, pero así podría despejarme un poco. Aún me sentía perseguida. Miré el reflejo del cristal de un escaparate y vi una melena inconfundible. Empecé a andar más rápido y le di la vuelta a la manzana hasta aparecer por detrás de la persona que me seguía.
-¿Por qué me sigues? -Dije detrás de él.
Se dio la vuelta asustado y empezó a titubear. Suspire y eché a andar hacia mi casa, pero él aún me seguía. Me paré en la puerta y le miré.
-¿Qué quieres? -Dije un poco molesta.
-Vi lo que le hiciste a James y... No sabía que tuvieras tanta fuerza ni que pudieras hacer eso por mí...
-Lars. -Sí, era él el que me seguía. -Si he hecho eso, es por mí. Tú me dejaste claro que no podía hacer nada para recuperarte, así que simplemente intento arreglar mi vida como pueda.
Lars se acercó a mí y me besó.
-Con eso que has hecho ya me has recuperado. -Dijo sonriendo.
Aparté a Lars de mí, me di la vuelta y empecé a llorar.
-¿Cómo te atreves a hacer esto? -Sollocé.
-Pero Carmen, no lo entiendo. ¿No quieres volver?
-Claro que quiero.
-¿Entonces?
-Lars, podría haberme matado hace una hora. No sé qué hacer con mi vida, y cuando empiezo a arreglar las cosas, llegas tú y haces esto. Entra a casa, haz tu maleta, vete a algún apartamento barato o a casa de algún amigo y piensa. Sé que si lo piensas bien, sabrás del todo si quieres volver. Pero si volvemos ahora y realmente no quieres, a la larga acabaremos mal, y yo no quiero eso. Por favor, reflexiona. Yo voy en una semana a por los papeles del divorcio y aún tendrías otra semana para pensártelo. -Abrí la puerta de casa. -Pasa, coge tu ropa y vete, por favor. Los dos tenemos mucho que pensar.
No me creí lo que acababa de decir, pero sabía que era lo más sensato. Lars empezó a llorar y entró a casa. Yo le conté todo a Laura mientras Lars hacía las maletas.
-Bueno. Pues... Hasta dentro de una semana, imagino. -Dijo apenado.
Asentí y bajé la cabeza. Laura se despidió de él con un abrazo y le susurró dijo algo que a día de hoy sigo sin saber qué es. Y se fue. No sabía si realmente volvería a verle, pero en fin. Un año de novios y un mes casados y todo se fue a la mierda ese día.