Chapter IV:

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Aquella noche dormí especialmente bien. Me desperté bastante antes que él, por lo que decidí prepararnos algo de desayuno. Opté por hacer unas tortitas, acompañadas por el famoso zumo de melocotón. Sabía que no solía desayunar mucho, pero dudaba que se fuera a resistir a algo que hubiese cocinado yo.

Puse algo de música y comencé a cocinar tranquilamente, pero fui interrumpida por una videollamada entrante de mi madre:

–Hola, ______, cariño, ¿cómo estás?

–Estoy bien, mamá, bastante contenta de haber vuelto. – le respondí.

–¿Cómo llevas lo de la grabación?

–Muy bien, todos han sido extremadamente amables conmigo.

Comenzó a contarme anécdotas sobre su viaje y yo escuchaba en silencio, añadiendo algún comentario de vez en cuando, hasta que de repente, se calló, miré la pantalla, para ver cuál era el problema, y la vi con la boca abierta de la impresión mirando hacia mi pantalla, y fue entonces cuando vi que estaba Timothée de fondo, bajando las escaleras con tan solo un pantalón corto para tapar su cuerpo.

–¿¡Señorita ________ Fiore, te estás tirando al actor de la película!?

–Hablamls en otro momento. – le colgué la llamada y sentía que me iba a morir de vergüenza. Para disimular seguí con el desayuno, rezando porque no se hubiera enterado de lo sucedido.

–Buenos días, ______. – dijo Timothée al entrar en la sala. – ¿O debería llamarte Señorita ______ Fiore?

–Oh, dios mío, ¿por qué has tenido que escuchar eso?

–¿Escuchar el que, señorita Fiore?

–Por favor, solo coge el desayuno y vete.

Ambos reímos, aunque seguía sientiendo una tremenda vergüenza.

Nos sentamos en la mesa de fuera y desayunamos mientras charlábamos de trivialidades. Le estuve contando un poco sobre mi madre, que me estaba reventando el móvil con mensajes y llamadas, le envié un mensaje diciéndole que más tarde le explicaría todo, pero que no salte a conclusiones.

–La gente tiene que dejar de pensar que somos pareja cada vez que nos ve.

Me quedé callada. No era algo que me molestase personalmente, aunque no era la primera vez que teníamos un problema en este ámbito.

Finalmente, Luca llamó a Timothée, avisándole que se debían de reunir en un lugar cuyo nombre no llegué a escuchar. Quedamos en volver a vernos cuando terminara de trabajar. Se despidió de mí con dos besos y un abrazo, y me quedé una vez más sola, planeando que haría para pasar las horas hasta que aquel chico ojiverde volviera.

Lo primero que hice fue llamar a mi madre, moría por tener una explicación.

–¿Me vas a explicar que está pasando ya?

–No me lo estoy "tirando", cómo has dicho, solo somos amigos, nada más.

–¿Te crees que nací ayer?– me cuestionó.

–Para nada, tan solo te estoy diciendo la verdad.

–¿Y por qué hay artículos rumerando vuestra relación? Tienen fotos y todo, os veis realmente enamorados. Espera, ¿te gusta? ¿le gustas tú? Cuéntame todo.

–Honestamente, mamá, ni yo sé lo que siento. Cuando estoy con él me siento tranquila, me hace sentir completa, y siempre que le veo se me forma esa tonta sonrisa, seguido por las mariposas en el estómago. Eso sumándole que es extremadamente guapo, es simplemente hermoso, y puedo pasarme horas hablando con él.

«I will remember everything.» Timothée Chalamet y tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora