DOUBLE LIFE 🖤 YoonHong

TRES.

Jisoo volvió a casa a las diez de la noche. Luego de haber aceptado aquella oferta de trabajo, decidió que no quería volver a casa pronto, pues en soledad probablemente pensaría demasiado y se arrepentiría, cosa que no podía permitirse dado que, de no asistir a ese trabajo, no podría ser de ayuda para Wonwoo.

Suspiró en cuanto la puerta se cerró detrás de él y miró todo a su alrededor. Los pocos muebles que se encontraban ahí eran viejos y desgastados. La televisión era antigua, apenas lograba sintonizar algo de vez en cuando. Ni siquiera tenían un comedor, así que ingerían sus alimentos en el lugar que mejor les acomodara.
La cocina estaba incompleta, apenas tenían un par de platos, vasos y cubiertos; la pequeña estufa era lo más decente que tenían, pues había sido un regalo del abuelo meses antes de fallecer hacía ya unos cinco años.

Ni hablar de la habitación. No había una cama en ella, solo una delgada colchoneta para cada uno, aunque hacía mucho tiempo, Jisoo había preferido dormir con Wonwoo para poder colocar una sobre otra y así darles un poco más de comodidad.
La poca ropa que tenían también era vieja, cualquier persona con economía estable probablemente la habría desechado hace mucho tiempo para comprar nueva, pero no ellos. Jisoo y Wonwoo no tenían la posibilidad para darse esos lujos.

Se recargó en la pared completamente abatido por esos pensamientos y poco a poco fue resbalando hasta caer sentado en el suelo. De repente, una sonrisa apareció en su rostro. Tomaría ese trabajo, daría su mejor esfuerzo y en poco tiempo tendría los suficientes ahorros como para cambiar algunas de esas viejas cosas. Era lo mínimo que podía hacer por su primo que trabajaba tanto.

Wonwoo apareció a eso de las cinco de la mañana, una hora después de que terminara su turno en aquel almacén en el cual trabajaba. Estaba cansado como nunca, pero eso no impidió que una sonrisa se dibujara en su rostro al ver a Jisoo en el viejo sofá con unos cuantos libros junto a él.

Esa era la mayor motivación del mayor, y es que Jisoo era un buen estudiante, siempre procuraba hacer sus tareas con anticipación, estudiaba mucho y siempre obtenía las mejores notas de su clase. No tenía problemas con nadie y en realidad mucha gente del vecindario lo apreciaba.

Esa era la única u más poderosa razón por la cual seguía soportando pesadas jornadas de trabajo y un mal trato por parte de sus superiores. Pero eso no importaba cuando veía a Jisoo así, esforzándose tanto para salir adelante.

A pesar de que no eran hermanos, habían crecido juntos como si lo fueran. La madre de Jisoo había fallecido cuando él era muy pequeño y de su padre no sabían nada desde antes de su nacimiento.
Los padres de Wonwoo, por otro lado, eran alcohólicos desde que él tenía memoria, jamás se ocuparon de el aún en las mínimas cosas y tampoco le mostraron algún tipo de afecto o preocupación.
Así que, cuando Wonwoo tuvo edad suficiente como para trabajar, tomó sus ahorros y los de sus padres, salió de casa y buscó un lugar para vivir; asimismo, cuando supo lo sucedido con la madre de Jisoo, no dudó ni un segundo antes de llevarlo consigo a su pequeño pero humilde hogar, que si bien no tenía lo suficiente ni siquiera para él mismo, eso no importó cuando vio la tristeza en los ojos de su pequeño primo.

Así que ahí estaba, años después cuidando a Jisoo y procurando que él tuviera un futuro mejor que el suyo, haciendo lo posible para que pudiera concluir la escuela y así conseguir un mejor empleo que le permitiera salir de ese peligroso barrio. Esperaba poder cumplirlo.

Cuando amaneció, Jisoo se encontró en casa completamente solo. Así era los viernes; Wonwoo solía ir a comprar algunos insumos para el hogar, y luego de intentar preparar algo decente para su primo, lo esperaba hasta que Jisoo llegara del colegio para luego irse al trabajo.

Tomó sus cosas para el colegio un tanto nervioso. Ese día sería su primer día de trabajo, y aunque era hasta el anochecer, no podía evitar pensar todo el tiempo si hacer eso era lo correcto o si debía desistir mientras aún tuviera tiempo, pero de solo recordar todo lo que Wonwoo sufría en el trabajo se decía a sí mismo que no podía arrepentirse.
Así, partió al colegio tratando de alejar esos pensamientos de su mente.