OCHO.

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Jeonghan se encontraba demasiado concentrado frente a la pantalla de su computador. Estaba molesto, pues su equipo de trabajo cada vez parecía conocer menos la palabra esfuerzo y dedicación y él terminaba realizado todo el trabajo que ellos no podían hacer correctamente. Como siempre. Ya tendría tiempo de citarlos en una junta y ponerlos en su lugar.

Aunque esa no era la verdadera razón de su molestia, al menos no del todo. En realidad Jeonghan estaba disgustado consigo mismo por lo sucedido la noche anterior en el bar.
Tal como se lo había dicho a Minghao, a Jeonghan no le gustaba pedir una habitación con los chicos nuevos del lugar, pues era consciente de que muchos de ellos no estaban ahí por gusto y la sola idea de obligar a alguien a satisfacer sus necesidades a costa de su dignidad le asqueaba.

No obstante, con ese chico las cosas habían sido un tanto diferentes. Era obvio que el joven no era distinto a los demás, se notaba claramente nervioso y asustado, pero como todos, había tratado de complacerlo lo mejor que pudo.

A Jeonghan en realidad no le había molestado la idea de ver a un lindo chico bailando para él. Si eso haría que el chico recibiera su pago, él no tenía problema aún si el baile no era profesional o excitante. Sin embargo, las cosas se habían salido un poco de control; a Jeonghan en realidad le había gustado el pequeño espectáculo de Shua y en realidad le había hecho sentir algo, un pequeño rastro de excitacion y calor. Él mismo no acababa de asimilar el momento en el cual había jalado al chico a su regazo y lo había besado con rudeza, pero fue consciente de ello en el momento en el cual notó miedo en el chico.
Había sobrepasado los límites de sus principios y no podía perdonarse eso, así que salió del lugar arrepintiéndose al instante por su elección de palabras hacia el abrumado empleado.

La puerta de su habitación se abrió sin permiso y Jeonghan no necesitó voltear para saber que se trataba de Minghao, pero sí logró asustarse un poco al ser traído de vuelta a la realidad de esa manera. 

—¿Ocupado?—Cuestionó el chico quien, a decir verdad, lucía bastante fresco a pesar de que la noche anterior había bebido demasiado.

A pesar de que era sábado por la mañana, Minghao a veces acostumbraba a quedarse en casa de Jeonghan debido a que usualmente salían a divertirse los viernes y preferían irse juntos.

—No sabía que te habías quedado aquí—Jeonghan dijo honestamente sorprendido.

—Llegué cerca de las cinco. Y hablando de eso, ¿qué tal la pasaste con ese lindo chico? Es decir, ni siquiera supe a qué hora te fuiste o si llegaste aquí antes que yo. 

—Volví antes. Y en realidad no me quedé mucho tiempo, me fui casi enseguida.

—¿De qué hablas? Ese chico es demasiado sexy como para desaprovecharlo. ¿Qué sucedió?

—Te lo dije antes. Los chicos nuevos están demasiado asustados y a mí no me gusta corromper novatos como si fuera un pervertido o un abusador—Jeonghan expresó malhumorado.

—¿Pero qué dices? Todos esos chicos son mayores de edad y completamente capaces como para decidir por sí mismos lo que desean hacer con su vida. Si están asustados es porque son novatos y no saben qué hacer, pero una vez que aprenden y se dan cuenta de la cantidad de dinero que pueden ganar en una noche todo lo malo se les olvida. Confía en mí, Jeonghan, ese lindo chico estará haciéndote una mamada pronto y sin ningún rastro de miedo.

—No estoy interesado en averiguar si eso sucederá. Hay más chicos con los que puedo divertirme.

—Bueno, en eso tienes razón. Quizá cuando Shua tenga más experiencia vuelva a llamar tu atención y él mismo te busque. En fin, ¿vamos de nuevo esta noche? Le prometí a Moon que lo vería de nuevo esta noche—expresó con cierta emoción en sus palabras.

DOUBLE LIFE 🖤 YoonHongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora