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Tardó tres semanas en ahorrar dinero suficiente para pagar los recibos de su hogar y que aún asi le sobrara para poder complarle un obsequio de San Valentín, a la chica que le gustaba

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Tardó tres semanas en ahorrar dinero suficiente para pagar los recibos de su hogar y que aún asi le sobrara para poder complarle un obsequio de San Valentín, a la chica que le gustaba.
Pero, pensó que todo valdría la pena cuando la viera a los ojos, le declarará sus sentimientos y luego ambos pudieran pasar un lindo día del amor juntos, el le daría el obsequió y después le besaría la mejilla si ella lo permitía.
Le emocionaba el solo echo de pensar tomar su mano, le ponía las mejillas coloradas.
Así que, con eso en la cabeza, caminó feliz por los pasillos de la escuela, sin dejar que nada arruinará su estado de ánimo, nada excepto una cosa, o más bien, una persona, Lee Suho.
El de cabello de hongo, entró por las amplias puertas del aula, con un rostro serio y nervioso, además de llevar en manos un bonito ramo de esmeraldas.
¿Acaso Suho declararía su amor a alguien?. Soltó una risilla de solo imaginar a su ex mejor amigo enamorado, ya que el mismo desecho la idea de verse atado a alguien así, muchas veces en el pasado, cuando ambos aún mantenían conversaciones por más de 10 segundos.

Se recargo flojo sobre su respaldo, imaginando para quien sería el ramo. Bien, solo había una opción por su cabeza, la más lógica y única opción por si cabeza. Kang Soojin, la única chica a al actual Suho parecía tener cercanía, su mejor y única amiga, la cual ha estado trás el por los últimos 6 años. Si, ella debía ser.
Todo mundo parecía saber de los sentimientos de la más baja hacia el azabache, tal parecía que el nombrado al fin se había dado cuenta también.
Sonrió burlón al imaginarse a los dos nerds del instituto tomados de la mano, darse de comer el uno al otro, e incluso besarse.
Ahogó las risas cuando vio entrar al salón, a la segunda mejor de la clase, tenía la cabeza baja y estaba algo desarreglada, vio como Suho la veía y entonces pensó que al fin se acercaría a ella, pero no lo hizo.

¿Por qué?

Bueno, Han Seojun lo sabría en unos pocos segundos. Cuando vió a Lim Jookyung entrar también, con una amplia y linda sonrisa, el también sonrió por instinto. Entonces, el primero de la clase, tomó de nuevo su ramo en manos y a paso lento y a la vista de todos (incluyendo a Seojun), se acercó a la chica, quien al verlo cambio su sonrisa por una expresión de nervios, Seojun lo notó porque comenzo a morderse uno de sus labios.

La antes burlona expresión de Han, cambio por una de confusión y nervios. ¿Qué hacía Lee Suho caminando con un ramo hacia el asiento de Kim Jookyung?, la confusión creció aún más cuando el joven extendió el ramo hacia el cuerpo de la chica, esta dudosa la tomó, el rostro serio de Suho cambio a una pequeña sonrisa, cuando comenzó a hablar, fue cuando Seojun entendió todo

Lim Jookyung, eres la chica más hermosa que mis ojos alguna vez hayan visto —comenzó, todo ruido en el lugar cesó— estoy orgulloso de la mujer en la que poco a poco te estas convirtiendo, se que aún falta un largo camino por recorrer, pero me gustaría expresarte mis ganas de rrecorer ese camino juntos, no me importa tu pasado, se que a ti tampoco el mío...solo quiero enfocarme en el presente y de ser posible, el futuro...nuestro futuro

Seojun tragó saliva, sus manos comenzando a temblar.
Casi todos veían la escena con suma atención, digo casi porque Soojin era la única con la mirada baja concentrada en su banco.

no quiero esconderlo más, no puedo ocultar mis sentimientos por más tiempo, quiero poder tomarte de la mano y que todos nos vean, no nos escondamos más, estas flores, aceptalas y dime que tu quieres lo mismo —Suho terminó, Jookyung lo veía sin decir nada, sentía una montaña rusa de emociones y en su mente miles de cosas que quería
decir—

Las miradas seguían sobre ellos, incluyendo la de Seojun quien, solo esperaba escuchar la castaña hablar.
Jookyung no habló, simplemente sonrió, asintió, tomó el ramo y se abalanzó sobre los brazos de su novio (hasta hace unos minutos, novio secreto) y compartieron un lindo abrazo mientras los demás aplaudían o soltaba susurros como "felicidades", "se ven muy bien juntos", "que sean una feliz pareja".
Si no fuese por Soojin o Seojun, todo alumno dentro de esa aula estaría feliz por la noticia.

Bueno, Seojun tuvo que ocultar su tristeza hasta llegar a casa, donde se oculto en su cuarto todo el día, llorando recostado sobre su cama porque la única chica de la que se ha enamorado, ya estaba con alguien más, y quien justamente era el chico al que más odiaba y aún dolía verlo a los ojos.
Han Seojun en sus 17 años de vida, al fin había experimentado el sentimiento de un corazón roto.

Dos solteros en San Valentín Donde viven las historias. Descúbrelo ahora