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Cuando llegaron ya había parado de llover, entraron a la casa con sumo cuidado, para no hacer ruido y despertar a la madre o hermana de Seojun

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Cuando llegaron ya había parado de llover, entraron a la casa con sumo cuidado, para no hacer ruido y despertar a la madre o hermana de Seojun.
Soojin se quedó parada frente a la entrada, no sabiendo si debía tener la confianza de adentrarse más o si debía mantenerse al margen, para ser honesta, se sentía un poco incómoda, nunca antes había ido a casa de algun chico que no fuese Suho y bueno, este  no era hogar de cualquier chico, era de Seojun.

A los minutos el chico se acercó a ella, con ropa en una mano y una toalla en la otra, se las extendió y ella dudosa lo miro

— si no te secas y cambias, te enfermaras —con esto dicho, la chica tomó lo que le ofrecía— el baño esta al fondo a la izquierda, gritame si necesitas algo —ella asintió y camino hasta encontrarse con la puerta indicada, se adentro al pequeño cuarto y se miro al espejo—

De verdad que se veía hecha un desastre, eso no quedaba a la duda. Su cabello despeinado, enredado y además algo crespo, su maquillaje totalmente corrido, ojos rojos y bolsitas del mismo color bajo estos.
Suspiro rendida y comenzó a usar la toalla para cecarse, primero el cabello, después el cuerpo. Cambio las ropas mojadas por las que le dio Seojun, dedujo que eran suya porque la playera y el pants le quedaban grandes y algo flojos. Ató su cabello en un moño con ayuda de una liga que tenía en su bolsillo.

Mientras Seojun estaba en la cocina, había puesto a calentar agua, cuando estuvo lista la vació a dos tazas y comenzó a preparar los tés. Los dejó sobre la mesa y después comenzó a huntarle mantequilla a unas galletas, no sabía si a Soojin le gustaba aquella mezcla, asi que solo hunto unas pocas y las demás las dejó solas sobre el plato.
A los minutos, Soojin se adentro a la cocina, Seojun se giro para verla y no pudo evitar sonreír al ver lo grande que le quedaba su ropa.

— lo siento —soltó— era lo más pequeño que tenía, Gowoon cerró su puerta con llave

— no te preocupes...

— hice té...se que es demasiado cliché en esta situación pero, nunca deja de ser bueno después de estar bajo la lluvia por al menos dos horas —soojin dejó escapar una risita, el otro le indicó con la cabeza que tomará asiento y ella asi lo hizó, seojun imitó su acción poco después— también hice galletas con mantequilla, aunque sí no te gustan deje unas solas

Ella no dijo nada, se mantenía en silencio mientras disfrutaba del té y las galletas. No tenía fuerzas para decir algo de todos modos.
De pronto el celular sobre la mesa comenzó a vibrar, era el de Soojin, su padre la estaba llamando.
Al ver el nombre sobre la pantalla, no pudo evitar tensarse, ellos se habían dado cuenta de que no estaba en su habitación, incluso si tuvo una diminuta ilusión de que no lo hicieran, no sirvió, ella recibiría si castigo tan pronto cruzara esas puertas al día siguiente.

— ¿no contestaras? —preguntó seojun a la quinta llamada— se ve que esta preocupado...

— no lo esta —mencionó en un casi susurro— puedo llamarlo mañana en la mañana

Dos solteros en San Valentín Donde viven las historias. Descúbrelo ahora