Capitulo 8.

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CAPITULO 8

Gabriel se encontró de pronto jadeando ... desnuda ... en la cama ... con las piernas apretadas en la cintura de Mikahil.

Espera ... ¿Cómo había llegado allí? Recordaba haberle besado en la sala de las armas ... y luego ¿Qué?

O no, otra vez no. ¿Siempre que besase a Mikahil iba a perder la memoria?

Él estaba tumbado encima de ella, jadeando fuertemente, lo que significaba que habían echado un buen polvo. ¿Y ella lo había olvidado?

Genial, realmente, fantástico.

- Brujita - dijo respirando fuertemente - no sabia que te movías tan bien.

- Vas a tener que iluminarme Mikahil - lo empujó del pecho y salió de debajo de él.

Mikahil la miró con los ojos somnolientos y la acarició la espalda.

- ¿Qué quieres decir?

- ¿Recuerdas que te dije que no recordaba haberme acostado contigo la primera vez?

El dempiro hizo una mueca de desagrado.

- Si. Pero no me dirás que esta vez no te compensa ... - Mikahil sonrió travieso - Por como gemías ...

- No te vayas por las ramas Mikahil - Gabriel se levantó de la cama y se cubrió con una de las pieles que hacía de manta - no recuerdo nada desde que me has besado en la sala de antes.

Mikahil se incorporó como impulsado por un resorte.

- ¿¡Qué!?

- Que no recuerdo nada desde que ...

- ¡Te he escuchado! - Mikahil se levantó de la cama en toda su gloria desnuda - ¿Cómo que no recuerdas nada? Me siento un poco insultado.

Gabriel se envolvió bien en la piel.

- ¡No me grites! ¿Crees que yo no me siento mal con esto? - comenzó a caminar nerviosa por la habitación mientras Mikahil la observaba con los brazos cruzados - Tenia un calentón increíble. Unas ganas de sexo tremendas. Te beso y ¡PUF! Nada más.

- ¿Y el problema es besarme? ¡A mi me gusta besarte!

- Pues yo no se si me gusta besarte - dijo echándose el pelo hacia atrás, un gesto que Mikahil encontró muy sexy -... no lo recuerdo.

Mikahil bufó malhumorado. Por fin tenía a su destinada en la cama ... ¡Y ella no lo recordaba! Algún dios tenía que odiarlo mucho.

- Quizá te impresiono tanto que tu mente no puede procesar que estas conmigo y por eso me olvidas. - intentó quitarle importancia al asunto.

Gabriel se lanzó sobre él y comenzó a darle puñetazos.

- ¡Serás egocéntrico ... presumido ... asqueroso ... machista ... !

Mikahil la lanzó sobre la cama y se colocó sobre ella riendo.

- Tranquila, brujita, solo era una broma.

- ¡Pues no tiene gracia! - se le llenaron los ojos de lagrimas - No quiero que se me borre la memoria.

- Quizá solo sean las primeras veces ...

- ¿Y si esto me pasa de ahora en adelante siempre con todos?

Mikahil se quedó de piedra.

- ¿Con ... todos?

- Si - dijo llorando - Cuando me devuelvas a mi casa y quiera estar con un chico. ¿Y si también lo olvido?. ¿Y si esto no solo me ocurre contigo?

El corazón de la brujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora