El corazón de la bruja

Capitulo 19 (final)

CAPITULO 19

- Mikahil...- suspiró pacientemente el rey Oreyus - te lo suplico, descansa un poco antes de continuar tu carrera.

Mikahil sin embargo no tenía intención de nada de eso. Es cierto que se encontraba al borde de sus fuerzas. Es cierto que apenas podía mantenerse en pie. Mucho menos continuar corriendo un día más hasta su casa. Pero, ¿Cómo no hacerlo? Gabriel se encontraba allí. Necesitaba estar a su lado más de lo que necesitaba respirar, dormir o descansar.

- Amigo mío - continuó el rey al ver que no se le hacía ni caso a su real persona - te garantizo que no querrás que tu destinada te vea de esta manera la primera vez después de tanto tiempo.

Mikahil sin embargo tan solo se sentó en el suelo sin escucharle.

¿Acaso Gabriel tenía algo en contra de ser rescatada? ¿No soñaba con que su caballero la rescatase de las garras de los malvados? ¿¡No podía estarse quieta y esperar a que él llegara hasta ella?!

Oreyus miró al cielo pidiendo paciencia para no terminar gritando a su general y amigo de tantos años. Luego, con una malvada sonrisa, decidió que, como rey, tenía derecho a ciertas cosas. Un poco de diversión de vez en cuando no amarga a nadie...

Mientras tanto, Mikahil continuaba tratando de recuperar fuerzas para seguir su camino. No podía creer el tiempo que hacía que no veía a Gabriel... era demasiado. Con ese pensamiento empezó a incorporarse para seguir su camino... Cuando una bañera de agua helada le cayó encima.

- ¡¿Pero qué?! - gritó tratando de escupir agua y respirar.

Oreyus, por su parte, le miró satisfecho y divertido mientras dos dempiros se llevaban la pesada bañera que habían arrojado sobre el general para volver a llenarla.

- Bien, ahora que hueles de un modo aceptable - comenzó a hablar de nuevo el rey - te recomiendo que te quites esos andrajos que llevas y te des un baño decente antes de continuar tu camino.

Mikahil pareció entenderle por fin. Es cierto, llevaba tanto tiempo con la misma ropa que ésta apenas seguía existiendo. Y por supuesto hacia mucho que no se daba un baño decente.

¡Por los dioses! ¡De ninguna manera permitiría que Gabriel le viese así!

- Viejo canalla... - le dijo al rey mientras se ponía en pie - ¿Cómo puedes pensar en dejarme ir de esta manera? ¡Ni en sueños me presentaré así ante Gabriel! ¡Se supone que tiene que enamorase de mí, no escapar cuando me vea!

Y con estas palabras corrió hacia su tienda, donde ya le esperaba la bañera. Esa vez de agua caliente.

Oreyus le miró mientras tanto, negando con la cabeza, divertido. Cuando de destinadas se tratara, cualquier demonio perdía su mente.

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