-Que tengan un buen viaje...
Albedo estaba abrazando a Klee, despidiéndose de sus padres.
-Oye Klee, no llores.. Mami estará aquí en unas semanas- Jean abraza a la pequeña de ojos carmesí, acariciando suavemente su cabello.
-Porfavor tengan cuidado, no estoy tranquilo con esos fatuis rondando por toda la ciudad...- Dice el rubio, abrazando a su madre.
-No te preocupes estaremos bien, mi equipo se encargará.- Aparece un pelirojo de voz ronca, Diluc, su padre.
Tomaron sus maletas y las llevaron a un gran auto negro, una persona se encargó de meterlas al baúl. Después de que todos se hayan despedido, Albedo y Klee se quedaron solos.
-¿Hoy vendrá Kaeya?- Dice Klee con tono entristecido.
-Supongo que sí..- Suspira y se acuesta en el sofá, no pasó mucho para que este se quedara dormido.
Media hora después alguien toca la puerta, Klee fue a abrir y.. ¡Era Kaeya!
-¡Kaeya! ¡Viniste!- Abraza al de piel morena, Kaeya levanta a la pequeña sujetandola con un brazo con cuidado.
-¡Te dije que vendría! Debo cumplir con mi trabajo.- Sonríe levemente y la deja en el suelo. -¿Y tu hermano ya se fue?
-Oh pues... no, está en el sofá.. durmiendo.- Ríe suavemente y lleva a Kaeya a la sala donde se encuentra el rubio. Toma aire y grita con todo su ser:
‐¡¡ALBEDOOOOOO!!-
El rubio de golpe se despertó, cayéndose del sofá asustado.
-¡Auch! ¡Klee me diste el susto de mi vida!- Intenta agarrarse del sofá para levantarse pero el almohadón se cayó junto a él.
Kaeya con ternura ayuda al rubio, extendiéndole su mano.
-¿Estás... bien? jaja- Albedo toma su mano para levantarse, se sacude la ropa y mira con enojo a Klee.
-Sí estoy bien..- Suspira y recoje el almohadón del suelo colocándolo en su lugar para sentarse en él otra vez.
-Ayayay mi cabeza..- Lleva una mano a su cabeza para acariciarla.
-¿Quieres... una pastilla? traigo siempre algunas, por si acaso.- Ofrece Kaeya.
-No, está bien gracias- Sonríe suavemente.
Los dos chicos rien a la vez, mirándose entre sí.
-¿No deberías estar en tus estudios?- Pregunta Kaeya.-Ahora mismo no estoy de humor y... no me dieron ganas de ir.- Acomoda su cabello haciéndose una coleta
-Oh está bien, lo entiendo.- Sonríe y se sienta junto a él.
-Lamento haberte hecho venir..- Mira al peliazul con pena y vergüenza.
-Hey nono, está bien, si quieres puedo hacerles compañía.- Guiña el ojo con sarcasmo.
-¿Quieres que pidamos una pizza y veamos películas- Sonríe entusiasmado.
-¡Por supuesto!- Dice el moreno.
[3hrs después]
Klee estaba dormida en otro sofá que había que mientras tanto Albedo y Kaeya seguían en el mismo.