No eran ni las 5 de la mañana cuando Kaeya llama a Albedo.
Medio dormido, agarró el teléfono y contestó de mala gana.
-Quién es y qué querés.
-¡Albedo! gracias a Dios que despertaste.
-Qué querés..
-Bueno eh.. mi mamá.. me echó de la casa justo en madrugada jaja y te preguntarás por qué.
-Pues sí la verdad.
-Pues.. tuve una discusión con mi madre así que.. ahora mismo estoy en una parada de colectivo refugiándome de la lluvia esta..
-¿No tenías auto?
-Una larga historia.. la verdad es que es de mi padre.
-¿No vivías solo?
-Se me venció el contrato y tuve que vivir con mis padres.
-Ah.. ¿Y qué querés que haga?
- ..¿Puedo ir a tu casa, porfiiiiiisss?
Albedo, decepcionado, se frotó los ojos y frunce el ceño de mala gana.
-Bueeeno, venite.
-Pero es que tengo otro problema..
-¿Qué pasa ahora?
-No tengo auto.
-No me la contés...
-Perdón.
Suspira y se sienta en la cama.
-Solo lo hago porque sos mi amigo, si fueras otra persona te mandaría a la mierda.
-Gracias, de verdad.
-Bueno decime dónde estás.
-En la calle XXXXXX en la segunda cuadra.
-Bueno, ya voy.
Colgó y se empezó a vestir rápido.
Cuando estaba por llegar la lluvia empezó más fuerte, en el punto en el que las calles se empezaban a inundar.
Albedo tocó bocina para llamar la atención de Kaeya, quien estaba aún sentado.
Justo cuando Kaeya quiso correr hacia el auto, se tropieza cayéndose al suelo lleno de agua. Albedo no pudo evitar reírse pero se bajó con un paraguas a ayudarlo.
-Esperá, agarrá mi mano.
Extendió su brazo para que Kaeya se levantara pero.. olvidaron un pequeño detalle. Kaeya era más grande que Albedo y con un poco más de masa muscular.
Albedo cayó con paraguas y todo encima de Kaeya, haciendo que el paraguas se cayera para la izquierda.
-PELOTUDO PERO NO ME EMPUJÉS.
Los dos, tratando de levantarse, lo consiguieron y fueron corriendo al auto.
Al entrar, empezaron a reirse.