Locura

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Y sí, estaba besando al hombre que tanto odié durante tantos años, ¿Estaba loca? Puede ser, pero nos teníamos unas ganas que nos nublaron el pensamiento.

Charly por unos segundos no reaccionó, hasta que me empezó a seguir el ritmo del beso. Tenía las manos en mi espalda y las fue bajando lentamente hasta mi cintura, y luego las pasó a mis nalgas, apretándolas hacia él haciendo que me sobresaltara de la impresión.
Puse mis manos en sus mejillas, profundizando el beso, entrelacé mis piernas en su cintura, a lo que él dió un pequeño brinco para quedar mejor. Nos tumbamos en la cama y quedó él encima mío, seguimos el ritmo de los besos hasta que sentí la mano de Charly subiendo lentamente  por mi muslo.
Jadeando nos separamos para tomar aire y continuar, pero Charly paró en seco, no lo podía creer, me había dejado así y lo iba a matar. Iba a hablar pero me interrumpió.

—Princesa, ¿Segura que querés hacer esto?

¿Me preguntaba después que me había calentado? ¿En serio? No podía decir que no. Asentí con la cabeza y volvimos a besarnos.

Siguió subiendo su mano por mi muslo hasta llegar a mi zona íntima que ya estaba mojada, comenzó a trazar pequeños círculos en ella, me estaba desesperando. Hasta que introdujo uno de sus dedos haciendo que soltara un gemido. Seguimos con el ritmo de los besos, introdujo otro dedo, lo que hizo que soltara otra gemido y arqueara un poco mi espalda. Dejó de besar mi boca y me quitó la toalla que traía envuelta en mi cuerpo, comenzó a bajar por mi cuello, mi punto débil y él lo sabía muy bien, estuvo ahí un rato, hasta que comenzó a bajar por mis pechos.

Pasó un buen rato contemplándolos, hasta que introdujo uno en su boca y comenzó a mover su lengua alrededor de ellos, este hombre sí sabía cómo volverme loca en dos minutos, cuando soltó ese pecho hizo lo mismo con el otro y volvió a mi boca. Seguía moviendo sus dedos, hasta que paró en seco, lo quería matar, lo ha hecho ya dos veces.

—Charly, no parés—Le dije casi suplicando.

—Como la reina mande —Los volvió a introducir y siguió el mismo ritmo que llevaba, hasta que me liberé toda en su mano. Cuando lo hice Charly metió sus dedos en su boca, se podía poner realmente pervertido cuando quería.
Quería llevar yo la situación. Así que me di vuelta quedando encima de él y él debajo. Me senté en su regazo, y cuando sentí su gran erección no pude evitar sonreír. Jugó conmigo y yo también lo iba a hacer. Le quité su ropa interior quedando así en igualdad de condiciones. Lo comencé a besar en sus labios y luego su pecho que me volvía loca, pero seamos sinceras ¿A quien no? Sentí de nuevo su erección en mi vientre.

—Yeimy, si no me dejas entrar ahora me muero—Dijo desesperadamente, lo que hizo que yo me mojara de nuevo.

Me acomodé en su miembro, dejando entrar solo la punta, lo quería hacer sufrir aunque yo también lo hiciera. Me hundía un poco y luego volvía a subir, así estuve un rato. Hasta que Charly tomó el control de la situación y se posicionó encima de mí. Entró en mi de una sola estocada. Comenzó con un ritmo lento, pero luego fue subiendo el ritmo haciéndolo más placentero, yo no aguanté más y un gemido salió de mis labios.
Cada vez las embestidas eran más fuertes, provocando gemidos cada vez más fuertes. Entraba y salía en un ritmo que llevábamos los dos. Me dejó de besar por unos segundos para coger aire. Luego continuó. Sentí que estaba llegando al orgasmo.

—Charly no parés—Le dije y le dió más fuerte todavía. Sabía que iba a terminar con mucho dolor y que no caminaría en una semana, pero no me importaba. Y así me liberé llegando al orgasmo. Charly se volvió a hundir en mí hasta que llegó también. Luego de esto nos separamos cogiendo aire los dos, jadeando.

—¿Estás bien? ¿Te hice daño? —Me preguntó después de unos minutos, si me dolía un poco.

—No te creás tanto pues —Le dije en tono divertido.

—Uno siendo amable y vos tan…vos—Me dijo y se tumbó boca arriba.

—Ay ya Charly, solo te digo.—Le dije y me traté de levantar para ir al baño a darme otra ducha, estaba muy sudada y pegajosa. El dolor en todas partes hizo que hiciera una mueca.

—¿Ves que sí?

—No pues claro, yo con tanto tiempo sin casi llegar al orgasmo y vienes vos y me das como gabeta que no cierra—Le solté, lo dije sin pensar, prácticamente le dije que fingía con Juancho, se estaría burlando una semana. Aunque fuera verdad no quería que nadie lo supiera, era nuestra intimidad, y menos Charly.

—¿Tan mal lo hace Juanchito? —Dijo en tono de juego y yo le lancé una mirada matadora —Es broma es broma —Dijo riendo haciendo que se me contagiara la risa.

—Me voy a bañar —me levanté y fui directo al baño. Ya estaba adentro y sentí como la puerta se comenzaba a abrir. Por supuesto que era Charly, quién más iba a ser además del gran metido —¿Vos qué hacés acá? Salí de aquí —Le ordené.

—Dejame entrar con vos.

—Un baño no se comparte.

—¿Y eso?

—Filosofía de vida. Yo nunca comparto un baño —Le dije y me comencé a meter debajo del agua.

—Eso conmigo va a cambiar princesa —Dijo y sin autorización de nadie y sin yo darme cuento entró en la ducha donde yo estaba de espaldas. Se pegó a mí trasero y comenzó a pasar su mano desde mi cuello hasta el final de mi columna, besándome los hombros.

Traté de hablar pero no me dejó. Sabía perfectamente que estaba haciendo, y tendría mucho dolor en el cuerpo pero no me podía negar a los encantos de Charly. Me di vuelta para quedar frente con frente a él y lo comencé a besar en un beso lento que después fue subiendo de intensidad.

Estábamos jadeando por la falta de aire, por lo que nos separamos un momento y nos dedicamos una sonrisa que ninguno de los dos espero por parte del otro. Seguimos besándonos luego de un momento, Charly me tomó por la cintura y me cargó, yo entrelacé mis piernas alrededor de mi cintura. Lentamente fue caminando hasta pegarnos a la pared. Ahí me pegó aún más a él y pude notar su erección en mi intimidad. Estaba mojada y no precisamente por el agua que caía de la ducha.

Esta vez fue sin juegos previos, me acomodé para quedar mejor en Charly, y él me penetró suavemente, sentí un poco de dolor debido a lo que pasó anteriormente. Luego fue subiendo de intensidad quedando con un ritmo que los dos disfrutábamos mucho. La metía y la sacaba haciéndome gemir. Luego de unos minutos los dos llegamos juntos y nos separamos.

Nos enjabonamos y cuando ya habíamos terminado de ducharnos salimos, Charly primero.

Yo no podía ni moverme, así que iba a llamar a Erick y ponerle una excusa para no ir a trabajar, además no quería cruzarme con Juancho.






Hola, tengo que decirles que es la primera escena de este tipo que escribo, y no saben el trabajo que me costó y toda la información que tuve que buscar. Pueden haber cosas mal, y lo siento pero hice mi mejor esfuerzo y en este tema no tengo experiencia, así que disculpen los errores y que sepan que lo hice lo mejor que pude 🙂

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