serpientes

37. antes de la boda después de la tormenta (parte 2)

espero que les guste, disfruten el inicio de su final

1.° la tragedia de la madriguera.

La mañana había llegado y harry se había levantado con toda la energía del mundo, hoy por fin después de un largo tiempo, iba a ver a sus amigos, eran las siete de la mañana y tan solo abrir los ojos, no tardó en levantar a draco, para levantarse a desayunar, lupin como siempre a esa hora estaba en la cocina con esa pequeña bocinita bastante vieja, escuchando las canciones románticas que bailaba con su prometido en su juventud, en la actualidad cada vez que escuchaban esas canciones regresaban a esos dias en donde no solo eran ellos dos, si no cuatro inadaptados con gustos diferentes pero un lazo fuerte, o almenos asi era antes, de que terminaran matandose entre ellos, uno de ellos en particular, una rata con una cola muy larga. ¿Que habrá sido de esa sucia rata? Pensaba aveces lupin sabiendo que en algún momento de su vida fueron como una familia.

Saliendo de sus pensamientos, lupin sintió como su prometido lo abrazaba por la espalda, poniendo sus manos en su pecho, viendo el lindo anillo que tenía en su dedo anular, realmente estaba pasando.

°~oh darling, darling stand by me

-lupin, gracias por cocinar esta vez, te prometo que te lo recompensaré- decia sirius aun abrazando por la espalda a su prometido

-si dormilón, lo se, ve a ver si harry ya esta despierto- dijo lupin dando un beso en su frente

Sirius aun terminando de levantarse, camino a la puerta del cuarto de Harry, y por un momento pensó en abrir la puerta sin tocar, pero esa lección ya la había aprendido, entonces lo pensó un poco y finalmente tocó la puerta, la cuál abrió un Harry muy activo, energético y impaciente, al igual que un draco igual o un poco mas dormido que el, "diablos, si que extraña a sus amigos" penso por un momento sirius para después de un largo suspiro quitar esa cara de amargado, y poner la actitud para llevar al niño al kinder con sus amiguitos comecrayones.

-jaja- río en silencio imaginandose a su sobrino con sus amigos siendo increíblemente patéticos, era el pensamiento que necesitaba para poder tener la actitud positiva bien puesta.

Harry ya estaba listo para irse, draco... Bueno tenia puestos los pantalones ... El realmente no tenía muchas ganas de ir, sabía la verdadera razón por la que se reunían, y no estaba para nada tranquilo con eso.

-oye lupin, seguro de que no quieres venir?- decía Sirius con una cara de "por favor no me dejes morir solo", lupin realmente no quería ir, pero vio esa cara y bueno... Que se supone que haría?

-bien, ire... Solo deja que me cambie de ropa- dijo lupin con una weba en su voz, pero aun asi no podía decirle que no a esa cara que sirius hacía, siempre terminaba aceptando todo lo que su prometido le pedía, aveces odiaba su debilidad por Sirius.

-aa maldito perro pulgoso, no puedo creer que sea un maestro y mago respetado y no pueda decirte que no a ti, aaa lo amo tanto- pensaba lupin mientras se cambiaba.

No tardo mucho en que ambos comprometidos y sus pequeños parásitos salieran de la casa, lupin había conseguido un auto parecido al de molly, solo que un poco mas espacioso, para todas las vueltas que daban última mente para lo de la boda, era bastante util.

{...}

Llegando a la casa de los Weasley, los tres amigos estaban muy felices de que por fin pudieran verse, los adultos tenían esa expresión entre miedo y preocupación, solo eran niños, asi que tal vez era comprensible la actitud de los chicos, y probablemente 16 años ya no era ser niño, pero para los adultos presentes lo eran, eran sus niños, verlos crecer, caerse, levantarse, hacer amigos, ir a su primera cita, asustarse por una cucaracha en la pared, llorar por alguna pendejada, todas esas pequeñas cosas, no se sentían lejanas a cuando aun necesitaban de su apoyo para prácticamente todo, ahora tenían que enfrentarse a un mounstro y a su ejército de mortífagos, "no son demasiado jovenes para eso?", Pasaba por la mente de los adultos al ver a sus niños, felices de saber que tenían un dia mas para poder abrazarse y hablar.