La boda

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El carruaje paro en la iglesia de puebla lo estaba esperando el Charro vestido de novio Leo tenía que admitir que se veía muy bien pero aún así... No quería aceptar que estará apunto de casarse con ese idiota.

El Charro se coloco atrás del saserdote y espero a que esté estará por completo a la iglesia para después seguirlo.

Leo entro pocos minutos después del Charro cuando entro a la iglesia se dio cuenta de que solo estaba sus amigos, su hermano y su abuelita sin contar al saserdote.

El Charro se quedó piedra cuando vio a Leo casi se desmaya sabía que se vería hermoso aún más de lo que a sus ojos ya era pero lo que veía no tenía comparación para el era lo más hermoso que podía existir.

Leo camino hasta el altar, sabía que una vez hay no había vuelta atrás.

-Estamos aquí reunidos para unir a estos dos hombres en Sagrado matrimonio, mis queridos niños pueden sentarse- dijo el saserdote

El Charro quiso ayudar a Leo a sentarse más este le dio un manaso bien puesto y se sentó el solo, sin más opciones el Charro también se sentó y sobo discretamente su mano golpeada.

-Leo San Juan y em... Cómo dijo que se llamaba joven?- pregunto el saserdote

-Carlos Melendo padre- dijo el Charro era obvio para Leo que era mentira por qué siendo sinceros el mismo charro no se acordaba bien cuál era.

-Bueno... Leo San Juan y Carlos Melendo están aquí para casarse en sagrado matrimonio, tienen que cuidar que esté matrimonio no sea doloroso o forzado tiene que ser amoroso y hermoso- les dijo el padre con una sonrisa

Leo aguantaba las ganas de reírse (hay padre en eso ya fallamos desde el primer momento) pensó Leo

-Mis queridos hermanos hoy somos testigos del amor de esta pareja por lo cual les preguntaré, ¿Hay alguien aquí que se interponga a esta unión? Si es así que hable ahora o que calle para siempre- Dijo el saserdote

Cómo nadie hablo o puso algún motivo para que la boda no continuará el saserdote paso a decir varias cosas que siendo sinceros Leo ni escucho o puso atención.

-Leo San Juan aceptas a Carlos Melendo como tú esposo para amarlo y respetarlo, para estar en las buenas y las malas, en la riqueza y en la pobreza?- pregunto el saserdote

(si por mí fuera no pero ya que) pensó Leo- Si acepto

-Carlos Melendo aceptas a Leo San Juan como tú esposo para amarlo y respetarlo, para estar en las buenas y las malas, en la riqueza y en la pobreza?- pregunto el saserdote

-Si acepto- Dijo con una sonrisa

-Pueden decir sus votos entonces- dijo el saserdote

-Prometo ser tu campeón en las batallas, prometo ser tu luz en esos momentos en los que estás en la oscuridad, prometo darte todo lo que quieras en esta vida, prometo ser tu guía cuando estés perdido, seré tu guardián en tu vida, seré tu alegría cuando estés triste, seré todo aquello que deces, seré tu familia cuando lo necesites, seré tu consuelo y prometo que nunca te dejare solo en un ambiente desconocido- Dijo el Charro

Leo se lo quedó mirando por unos largos segúndos pensando en que estaba actuando muy pero muy bien

-Prometo estar hay cuando estés solo, ser tu guardián en la oscuridad, ser tu consuelo en los momentos más difíciles, ser tu salvación cuando sientas que estás perdido, ser tu guía en la oscuridad, ser tu familia cuando lo necesites y prometo ser tu alegría cuando estés triste- dijo leo claro fue lo primero que se le ocurrió o más bien lo que se le hizo aprender Teodora mientras lo estába alistando.

-Los anillos por favor- dijo el saserdote

Nando llevo los anillos

Leo le puso el anillo al Charro y el Charro a el

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Leo le puso el anillo al Charro y el Charro a el.

-Los declaro UKE y SEME! - grito el saserdote (perdón no me pude resistir)

Una jaula dorada para el pájaro más hermoso de todos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora