El Sartén

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Con nerviosismo Leo se entregó a Lucifer que con calma y paciencia le ayudo a no recordar ese oscuro y doloroso recuerdo.

Leo había imaginado muchas veces como sería su primera vez pero no esperaba que fuera con un demonio y mucho menos con el rey de estos, sabía que podía tener problemas con el Charro pero aún así el sentía que lo que había pasado no era algo malo.

Al amanecer Lucifer ayudo a Leo con un poquito de magia demoníaca para que el dolor que tuviera se fuera de el, más no hizo nada por los chupetones que tenía en su cuerpo, ni se molestó en sanar las marcas de las uñas en su espalda que Leo le había hecho, los que más orgullo le traía era la mordida que en algún momento le había dado a Leo en el hombro como una forma de marcarlo.

Cuando el Charro llego se encontró con un lucifer muy sonriente y a un Leo con un... ¿Sartén caliente?

-Con un demonio deja de reírte!- Grito Leo cuando de la nada le soltó tremendo putaso en la cabeza a Lucifer que lo dejo inconciente

-Por los 7 príncipes que paso?!- Grito el Charro que no sabía si revisar a su rey o bien darse unas carcajadas que seguro lo dejarían en el suelo

-Em... Nada?- Dijo nervioso Leo

-Aja claro... jajajajajaja jajaja jajaja- Tremenda risa que salió de su garganta que si quedo en el suelo sujetando su estómago y con lágrimas de tanto reírse

-Madre de dios ayudame con estos dos- Dijo Leo con cara de querer darle un buen golpe con la sartén al Charro también

Al final no fue necesario el golpe con la sartén solo fue necesario el gritarle "Charro de quinta" lo que bueno no salió muy bien...

-Leo ven acá!- Grito el Charro mientras corría detrás de Leo

-No!- Grito Leo

Ya habían corrido como tres malditas manzanas desde que Leo salió corriendo de la panadería al ver al Charro enojado por lo que le dijo, pero bueno a diferencia de Lucifer el no se ganó el sartenazo.

Que hablando de Lucifer dejaron tirado en el suelo de la panadería pero ese es otro tema.

Leo corría como loco, demonios no debía haberle dicho así al Charro que gracias a dios cambio de apariencia antes de salir como desesperado detrás de Leo.

En algún momento del escape Leo se terminó metiendo a un callejón confundiendolo con una calle de no ser por qué el Charro se transportó usa do las sombras muy seguramente pues hubiera chocado con la pared y no su pecho.

Cansado y jadeante Leo no tubo de otra más que levantar las manos en señal de paz y rendición, no quería seguir corriendo y sinceramente ya no quería ni saber de que corría.

El Charro estaba apunto de pedirle una explicación de por qué chingados le dijo "Charro de quinta" pero vio algo que lo dejo mudo.

Una mordida

Una mordida que estaba en el hombro derecho de Leo, no podía creerlo Lucifer había tomado la delantera en algo así de intimo cómo lo era el acto sexual y aún más por qué se trataba de la primera vez de Leo.

Se sentía traicionado pero no por Leo si no por Lucifer, sabía que con Leo aún tenía un largo camino que recorrer después de todo cometió varios errores pero aún así esperaba poder tener el honor de esa ocasión tan especial.

Leo noto que algo no andaba bien con el Charro, rápidamente se dio cuenta de que era por la mordida que Lucifer le había dado (y el motivo por el cual Leo le del tremendo golpe) se sintió muy culpable de no haberle dicho el mismo o bien a verlo ocultado un poquito más de tiempo para poder hablarlo como se debía.

-Yo...- No sabía que decir

-Leo... Esta bien entiendo que... Eso aya pasado, solo esperaba que tuviera un poco más de tiempo- Dijo el Charro un poco triste

Leo lo abrazando con fuerza se sentí de lo peor por aver permitido que Lucifer hiciera lo que hizo en la noche y aún más por qué el avía dado permiso para que pasara.

El Charro abrazo a Leo con un poco de fuerza, no quería que se sintiera como sabía que en ese momento se sentía pero de algún modo ese sentimiento lo alegraba por qué significaba que una parte de el si lo amaba y eso valía más que cualquier otra cosa para el.

El amor que Leo sentía por ambos era enorme pero había un pequeño problema, un arcángel los estaba observando, uno que Lucifer conocía muy bien después de todo Miguel fue el primer amor de Lucifer.

Una jaula dorada para el pájaro más hermoso de todos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora