Una jaula dorada para el pájaro más hermoso de todos

Burlas y un paseo

Lucifer se burlaba del Charro tenía en sus brazos a la persona que amaba y ahora confirmaba también amaba.

Leo se movió un poco para verlo a los ojos, recargo su barbilla en el pecho de Lucifer, lo miro a los ojos y le sonrió.

-Gracias por cuidarme- Dijo Leo

-No hay por qué pequeño -Respondió con una sonrisa

Leo sonrió una vez más, encerio se sentía protegido por ese angel caído.

-Nando vendrá pronto quieres ver un poco de Puebla?- Le pregunto Leo

-Claro Leo- Le sonrió

Leo se soltó del abrazo y tomo la mano de Lucifer dispuesto a salir de la panadería pero cuando vio al Charro se quedó frío... Paralizado no sabía cómo reaccionar.

Lucifer noto el terror de Leo por lo que soltó la mano de Leo y lo rodeo con su brazo lo empujó un poco para que avanzara.

-El no te ara nada Leo, yo estoy aquí -Le dijo con una sonrisa

Leo tragó saliva y camino un poco en dirección a la puerta, respiro antes de abrirla, apenas salieron un pesado ambiente lo hizo jadear, sus piernas fallaron y casi callo al suelo de no ser por Lucifer que actuó rápido y lo tomo en sus brazos.

Leo se sentía ridículo parecía un niño en los fuertes brazos de Lucifer, pero también entendía y agradecía que lo aya sujetado.

Lucifer miro al Charro en advertencia de que se alejara, el Charro se alejo 20 metros de ellos y Leo se sintio un poco mejor el ambiente ya le era tolerable.

-Ya puedo bajarme?- Pregunto Leo

-Claro Leo- Le respondió Lucifer

Leo bajo con cuidado (y un poco de ayuda) de los brazos de Lucifer, el mencionado tomo de los brazos a Leo para darle más confianza de que el Charro no le aria nada mientras el este con hay.

-Charro, vuelve a tus dominios no tienes nada que hacer nada aquí y menos serca de Leo- Le dijo o más bien le ordenó Lucifer al Charro

-Y tu te quedarás aquí?- Le pregunto el Charro con evidentes Celos a Lucifer

-Leo me a invitado a ver un poco de Puebla así que si me quedaré aquí.... Ahora sí no te molesta vete ya mismo- Le dijo Lucifer fríamente

-Me iré por ahora -Dijo el Charro

El Charro dio un chiflado que heló la sangre de Leo, al poco tiempo Pesadilla su fiel corcel apareció por un portal, el Charro monto rápidamente y se marcho no sin antes ver con odio a Lucifer y Leo con tristeza pero también con dulzura.

Una vez que el Charro se fue Leo guió a Lucifer por todo puebla (bueno parte de) dándole a probar ciertos platillos y dulces como también dándole uno que otro recuerdo.

Lucifer realmente disfrutaba el paseo estaba maravillado por todo lo que veía pero más por la hermosa sonrisa que Leo le daba.

Avía ocasiones en las que tomaba su mano sin pensarlo o aveces le daba un beso en la mejilla, Leo siempre se ponía rojo al darse cuenta y cambiaba de plan he hiban a cualquier otro lado.

Lucifer que hacía muchos años no se reía le obsequio muchas risas y carcajadas a Leo, sin duda avía reído muchísimo más que en ese día que en más de 1000 años.