Que hace el hay?!

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El Charro solo podía beber y salir a cumplir uno que otro trato no quería saber nada de nadie que no fuera Leo...

Sabía que no podía acercarse por eso lo vigilaba desde lejos tal y como en el pasado lo hizo estaba decepcionado de su mismo, arto de pensar en una disculpa convincente para que Leo le permitiera volver a el, pero ninguna sería suficiente para que lo perdonará por completo.

Ese día vio como Leo atendía felizmente la panadería, verlo sonreír le daba un poco de paz pero esa paz se fue cuando vio a un atractivo hombre entrar nadie se hubiera dado cuenta pero ese hombre no era otro que Lucifer en su forma humana.

Su cabello negro como la noche, sus ojos gris oscuro, su piel blanca y perfecta, si físico fuerte y robusto, su nariz un poquito alargada y puntiaguda, sus labios finos pero rosados y suaves al tacto, bien podía medir 1.85. Llevaba un traje negro de su talla acompañado de una corbata azul celeste y zapatos negros perfectamente boleados solo le daban un aire a seducción, sin contar que resaltaban su físico.

 Llevaba un traje negro de su talla acompañado de una corbata azul celeste y zapatos negros perfectamente boleados solo le daban un aire a seducción, sin contar que resaltaban su físico

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Leo vio como el atractivo hombre entraba en la panadería estaba confundido pero no le tomo atención.

-Hola bienvenido a la panadería San Juan en qué le puedo ayudar?- Pregunto Leo con una sonrisa

-Hola Leo cómo estás?- Le pregunto sonriendo Lucifer

-Perdón lo conozco?- Pregunto con una sonrisa confundida

-Tan rápido te olvidas de tu guardián Leo?- Dijo Lucifer

La sonrisa de Leo se desvanecido, no esperaba tal visita.

-Señor Lucifer... No esperaba verlo tan pronto- Dijo un poco nervioso

-No te preocupes Leo... Solo vine para ver si estás bien, y ni me llames señor me haces sentir más viejo de lo que ya soy- Le dijo con una sonrisa coqueta mientras se recargaba en el mostrador

-Ha... Ya veo em...- Dijo Leo sin saber cómo llamarlo

-Matthew, puedes llamarme Matthew- Le respondió la duda, de manera coqueta

-Matthew, estoy bien gracias- Dijo Leo con una sonrisa

La familia San Juan y los amigos de Leo no sabían que había pasado solo sabían que Lucifer Estrella de la Mañana avía salvado a su hermano de ese estúpido matrimonio.

-Me alegra Leo, el no se a acercado verdad?- Pregunto Lucifer un poco más serio

-No, el no, se a acercado por qué?- Pregunto Leo

-Esta cerca de aquí, por eso te pregunto -Le dijo Lucifer

-E... El está aquí?- Pregunto aterrizando Leo mientras retrocedía unos pasos

Lucifer noto que Leo ya no estaba serca del mostrador por ello se lo salto y se acercó al tembloroso muchacho, lo tomo de los hombros y lo miro a los ojos.

-Leo tranquilo, el no se acercara mientras yo esté aquí y si se acerca yo voy a intervenir- Le dijo pegando su frente a la de Leo teniendo que agacharse para poder hacerlo (Creo que Leo media 1.60, así que son 25 centímetros de diferencia).

Leo lo miro a los ojos no vio un solo hecho de mentira en ellos por ello creyó en el, se sentía a salvo con el y se permitió el confiar en el.

Lucifer lo abrazo con cariño y Leo respondió el abrazo con el mismo sentimiento.

Lucifer sabía que el Charro los observaba por ellos mientras Leo se refugiaba en sus brazos, también escondía su rostro en su pecho, dándole a entender que confiaba en él, volteo a ver asia fuera de la Panadería dónde estaba el Charro mirándolo con odio, le sonrió con burla y abrazo más fuerte a Leo que solo respondió con un suspiro después de todo estaba de lado Leo no miraba la entrada por ello no vio a su exesposo, mientras Lucifer se tomó no solo el atrevimiento sino que también el derecho a besar la cabeza de Leo.

El Charro solo podía mirar como Leo le entregaba a Lucifer su confianza, miraba como Leo lo abrazaba a Lucifer con cariño y dejaba que besara su cabeza.

El dolor en su corazón era muy grande, pero la irá lo era más.

Sabía que Lucifer era el guardián de Leo pero no se esperaba eso... Ese trato.

-Que haces hay Lucifer?- Pregunto con rabia.

Lucifer le sonrió burlándose de sublito, Leo no lo había escuchado estaba ignorante de la situación disfrutando de ese sentimiento de protección.

Una jaula dorada para el pájaro más hermoso de todos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora