PRÓLOGO

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Puedes negar varias cosas y vivir tranquilamente sin preocuparte de lo que ignoras, y escuché alguna vez que la ignorancia es felicidad, aunque ignorar un problema no hace que desaparezca ni que disminuya, lastimosamente solo se oculta y se queda ahí y aveces se proyecta cuando ya es tarde.

Una vez que ya no hay marcha atrás, se puede llegar a optar por culparse en respuesta a sentir que una desgracia fue causada una por decisión inconsciente, quizá hasta a los demás y no solo a uno mismo, provocando distanciarse y alejarse.

Aunque nos gusta fantasear con lo que pudimos haber evitado, es como embriagarse con la bebida de lo imaginario, nos alivia pensar en soluciones que ya no pueden aplicarse porque nada se puede rehacer, y ese alivio solo llega a ser... temporal.

Es como un pozo tan oscuro que absorbe hasta el rayo más luminoso de luz y lo devora ferozmente, es en ese momento en el que puedes perderte a ti mismo, sin que tú ni nadie lo sepa y aún así dudando si cualquiera podría mejorar algo.

Sin embargo, nadie deja de aprender y de adaptarse jamás, adaptarse es sobrevivir y es tan importante como vivir, ya lo dije una vez.
La voluntad es el motor del cambio porque si no hay consecuencias reales para nuestras acciones no habrán premios que disfrutar o pecados que cargar, y aunque parezca que el fin del mundo se cierna sobre ti...

Aún hay esperanza, siempre habrá esperanza.

Recuerda:

Puede que algunas cosas no tengan sentido pero si lo piensas mejor...

La vida no tiene un sentido, se lo das [ :

La vida no tiene un sentido, TÚ se lo das [ :

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Profundo │┃

(Primer libro con un prólogo distinto, casi se me desintegra el cerebro al hacer uno nuevo, estoy perdiendo el estilo)

ProfundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora