CAPÍTULO 5 Viejas vivencias, gratos momentos y ahora

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Claro que sí, nueva portada que es mejor que la anterior y representa más eficazmente la trama de la historia... y además no hallé otra imagen de un Swampert que se viera así, ¡¿Por qué, internet?!

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Narra Eduardo

(10:10 AM)

Después de limpiar un poco y quitar el polvo de la superficie de algunos lugares y cosas que usaría con frecuencia, como la cama, la mesita de noche y el ropero y luego de sentirme algo exhausto por caminar por toda la habitación, me senté en la cama para ver un poco de lo que hice sólo
Simplemente ya no había casi nada de polvo por todo el cuarto a como lo estaba cuando llegué y ahora era más reconfortante y hogareño.

Una de mis maletas estaba apoyada en un costado de la cama, muy cerca de mí, por lo que fue fácil tomarla, colocarla acostada a mi lado y abrirla para sacar las cosas que tenía en si interior.
No buscaba nada en específico, solo tomaba lo primero que tocaba para colocarlo en un lugar de la cama mientras organizaba mentalmente las cosas que sacaba, como un archivador con gran parte de mis documentos, una pequeña caja casi del tamaño de mi mano/pata en la que se encontraba una moderada cantidad de dinero en su interior.
Todas cosas que hace días eran de uso cotidiano hasta que, cuando la maleta ya estaba casi vacía, vi algo muy distinguible,
Si estaba al fondo quiere decir que fue la primera cosa que guardé; una foto de hace años, una imagen en la que aparecía yo, a una edad más joven, sosteniendo en mis brazos a mi hijo, a los meses de nacido, en la superficie del agua de una piscina de una guardería.
Mi esposa me tomó aquella foto para recordarnos que nuestro hijo importaba más que nosotros y que el merecía más que nuestro amor.
La llegada de Arnold a nuestras vidas trajo consigo un largo periodo de paz, y por ende algo de felicidad, entre nosotros independientemente si nuestra relación no marchaba bien y no teníamos planeado seguir estando juntos por mucho tiempo.

Dejé de mirar esa foto para evitar seguir distraéndome para luego levantarme del lado de la cama en el que me sentaba y fui a colocar esa foto en el pequeño mueble que estaba ubicado a un lado de la cama.
Luego de contemplarlo por unos segundos más, regresé mi atención a mis maletas para sacar y acomodar lo que había dentro de ellas, pero, seguramente por todo lo que llegó a mi mente gracias a mi foto, olvidé que aquella fue la última maleta en ser vaciada y estar sin nada en su interior, lo que me hizo ver de nuevo a mi alrededor para ver cómo había quedado mi cuarto.
En orden y con todas las cosas de mi posición en su lugar, aún seguía viéndose como una habitación vacía por lo poco que tenía pero no por mucho ya que la mayor parte de mis pertenencias se encontraban en una bodega que pedí hace unos días.
Lo que me llevó a pensar y recordar en que debía de ir a esa bodega comprobar que mis cosas habían llegado aunque no fuera fuera necesario hacerlo, además, el dueño tenía que darme la llave del puesto en el que estaban mis cosas pero no había mucha prisa, tenía todo el día para ir, por lo que iría después de comer.

Lucila:Señor Eduardo.

Oí que la dueña estaba del otro lado de la puerta de la habitación, me dirigí a ella preguntándome por qué es que veía y al abrirla me percaté de que tenía algo sosteniendo en sus manos, más concretamente un plato de sopa instantánea por lo que veía.

Lucila:Espero que no le moleste que haya venido antes.

Es más que obvio que ella no molestaría solo con eso.

Eduardo:No, claro que no, en sí no había un momento fijo en el que debía venir, además me alegra que esté aquí.

Lucila:Qué bien, ah, le traje ésto, iba a cocinar algo mejor pero no tenía ninguna otra cosa más para preparar, aunque lo compensé agredándole algunos ingredientes.

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