—Ash, ¿Qué te preocupa?. — le pregunta, esperando una respuesta válida por parte de su hijo.
¿Qué, qué le preocupaba?, ¿tan obvio había sido?, bueno, no es como si él mismo no hubiera notado sus repentinas salidas al mundo de la imaginación cada vez que tenía el tiempo para ello, o por cualquier cosita que le hiciera recordar sucesos extrañables, o porque simplemente Gekkouga se le aparecía en su cabeza sin ningún motivo aparente.
Pero en su defensa, él no tenía culpa de ello, ¿qué iba hacer?, no podía simplemente ignorar el hecho de que extrañaba demaciado a su amigo, que anhelaba verle, y volver a pelear juntos, reír y divertirse como cuándo estaban en Kalos, deseaba que conociera a sus otros compañeros Pokémon, al profesor Oak, a su madre, e incluso al idiota arrogante de Gary, y volver a tener una aventura en Kanto, solo para enseñarle los distintos lugares que anteriormente había conocido junto a Misty y Brock y muchas otras cosas más, quería verle nuevamente, en pocas palabras.
No quería preocupar a su madre, de hecho no había mencionado una sola palabra de su viaje a Kalos cuándo volvió hacía un año, había evitado mencionar algo sobre ello, sin contar que no se quedó mucho tiempo porque después se marchó hacia Alola.
No fue hasta hace unas semanas que había regresado nuevamente, solo que esta vez, si contó los sucesos de su aventura en Alola, dónde había logrado ganar la liga.
Sin embargo, hubo un momento en la conversación que se desvió, e intentó por todos los medios evitar hablarles de ello, porque si lo hacía posiblemente terminaría ahogándose en recuerdos como últimamente le ocurría, y lo único que lograba con ello, es que la espera por regresar a Kalos a buscar a Gekkouga, se vuelva todavía más tediosa y molesta de lo que ya era.
"Pikachu..." Oh había vuelto a perderse en sus pensamientos, ya ni siquiera sabía cuándo se su cabeza comenzaba a divagar o cuando estaba en el mundo real. Solo había una diferencia muy notable entre esos dos lugares, y era que en el presente que vivía en ese momento Gekkouga se encontraba lejos, sin embargo en su mente estaba presente todo el tiempo.
Sale del mundo imaginación, encontrándose con su mejor amigo preocupado, dándole animos para hablar o eso era lo que entendía en su mirada. Levantó su vista ahora hacía su madre que le vía espectante y con ligera preocupación en sus rostro.
—No es nada mamá. —logró articular casi en un hilo de voz levantándose de su asiento dispuesto a escapar de aquella charla.
El estruendo de un golpe dado a la mesa, detuvo su accionar, gira su cabeza hacía el suceso, su madre le miraba reprochante, no hacía falta palabras para saber que si daba un paso más, hoy saldría dentro de un ataúd de esa casa. No le quedaba más remedio que hablar con su madre, lo que había intentado evadir desde que se fue de Kalos. Qué tedioso.
Soltó un gran suspiro cansado y volvió a sentarse. La mirada espectante de su madre lo ponía tenso. Es que ni siquiera sabía por dónde comenzar a contar todos los sucesos en Kalos, y ponerlos en palabras era algo complicado, porque en verdad había disfrutado su estancia allí, sin embargo la salida fue la que dolió, por el hecho de haber tenido que dejar atrás a Gekkouga.
—Tiene qué ver con algo ocurrido en Kalos, ¿No es así?. —su madre soltó, y Ash no puede evitar abrir los ojos sorprendido, al tiempo que su mirada cruza la de su progenitora al instante de levantar la cabeza y siente que le puede leer la mente con sólo mirarlo.
¿Acaso era adivina o algo así?, se preguntaba estúpidamente. Porque realmente no era tan difícil deducirlo si unes las piezas adecuadas y más si se trataba de su madre, la mujer que le dió la vida y que posiblemente le conoce más que él mismo.
El solo asintió levemente. —En realidad no es como si hubiera pasado algo. Sólo... — no dice nada más, calla, dejando incompleta la oración, sin saber cómo decirlo sin que se le forme ese nudo en la garganta.
—Cuándo llamabas parecías divertirte a lo grande, podría incluso decir que se te vía mucho más feliz que en tus otros viajes. —su madre recordaba, llevando una mano pensativa a su rostro.
—No digo que no lo fue, realmente fue muy divertido, conocí a muchas personas e hice grandes amigos. —revela el de ojos cafés, con una imperceptible sonrisa cuándo recuerdos con sus amigos llegaron a su mente. Realmente le gustaría repetirlo. —Pero... Gekkouga... — Oh, no se había dado cuenta que era tan difícil soltar aquello, y aún más sabiendo que sólo tiene que esperar unos tres meses más y podría volver a ver a su viejo amigo azulado.
La mujer había notado el cambio de expresión en el chico, y recordó a ese Pokémon, si mal no recordaba fue el primer Pokémon que Ash había atrapado en aquella región, también recordaba cuándo le contó aserca del extraño fenómeno que hacía que mega evolucionara, por decirlo se alguna manera. Ahora que lo pensaba con detenimiento, dónde está ese Pokémon, no recordaba haberlo visto cuando Ash había regresado. Quizás ahora entendía de mejor manera el porqué el estado depresivo de su hijo.
—¿Le paso algo?. — se atrevió a preguntar, ya se hacía una idea, pero realmente no lo tenía claro.
El azabache negó con fuerza, la mujer pudo jurar que un poco más y su cuello se desprendería.
—Él tuvo que quedarse, después de todo lo que pasó. — al fin respondió, lleva su antebrazo a su rostro limpiando unas lágrimas que realmente no tenía idea de en qué momento habían caído, para mirar a su madre fingiendo un pequeña sonrisa despreocupada. —Prometí dentro de dos años regresar por él. — se deja caer en el espaldar del asiento mirando fijamente a un punto indefinido del techo. —Lo extraño, mucho. —concluyó, sin cambiar su posición o vista.
—Con que eso era... —un suspiro aliviado se dejó soltar por la mujer castaña. —No me asustes de esa manera, ya no eres un mocoso. —se levanta del asiento para dirigirse a la cosina, sin embargo para un momento para dirigirse otra vez a su hijo.
—Pero... Si quieres verlo otra vez. Simplemente toma un avión y regresa a Kalos en este instante. —eso había sonado más a una orden que a un consejo. Y Ash casi se cae del asiento por el brusco movimiento que hace al escuchar las palabras de su madre las cuales habían sido como una revelación mística a su salvación.
El chico la miró sorprendido. Y la mujer le dedica una sonrisa alentadora, de esas que solo una madre puede dar. —Estoy segura, qué él te está esperando.
CONTINUARÁ...
→Jejeje, acaba de entrar la inspiración para escribir este capítulo. Y realmente me gustó.
→Espero a vosotros también.
Gracias por leer😊.
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Haruka Mirai [Greninja x Ash]
RomanceEsas palabras, siguen volviendo a mí... Estoy listo para irme... estoy aquí, te estoy esperando. →Prortada creada x mi😊 ∆Los personajes no son de propiedad, crédito al creador de Pokémon.∆