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           Inquietud, era la palabra para definir su estado actual

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           Inquietud, era la palabra para definir su estado actual. A pesar de que era completamente de madrugada, ya pasadas más de las doce, le era imposible consolidar el sueño. Todos habían estado de acuerdo en irse a la cama, después de todo estaban cansados y era demaciado tarde, él mismo había sido uno de los primeros en proponer aquello.

          Sin embargo, a pesar de estar acostado con sus ojos levemente adormilados, su inquietud no le dejaba en paz. Y esta había comenzado cuándo vió como su amigo desaparecía de la habitación en un movimiento digno de un Pokémon ninja, tal cual era.

           Seguramente hubiera estado más tranquilo sabiendo a donde estaría, o quizás el porqué salía. Pero ¿por qué le importaba tanto aquello?; se respondía a sí mismo que era por ser amigos, sin embargo, con Pikachu no pasaba eso; ¿Qué diablos le pasaba?, no tenía idea, pero ahora realmente no se iba a poner a encontrar una respuesta, donde sabía, no la encontraría.

           Le fue imposible hablarle por culpa del nudo que se le había formado en su lengua evitando que salieran palabras coherentes de su boca. Por lo que optó por la opción más normal y menos bochornosa del momento, darle el poder al silencio e ignorar el suceso y dormir como debería, mas no funcionó; y ahí se encontraba en esos momentos, caminando sigilosamente por el laboratorio buscando la figura Pokémon de su amigo por todas partes, reprimiendo las extrañas ansias que sentía de encontrarlo lo antes posible, y que no tenía idea de porque pasaba, a medida que las mismas interrogantes anteriores volvían hacerle eco en su cabeza, tuvo que volverlas a alejar.

            Siguió su camino en aquella búsqueda nocturna que había comenzado, sin saber porque realmente, solo sabía que no podía dormir y que quería ver a Gekkouga, a pesar de haber hablado con él, no hace menos de dos horas como mucho, pero... ¿Qué esperaban?, había extrañado a su amigo como nunca y al fin volvieron a verse, claro que quería verle y hablar hasta cansarse, porque mira que le había sorprendido cuándo Gekkouga le habló, y aunque lo negara más de mil veces, no podía sacar de su cabeza aquél momento cuando Gekkouga lo llamó por su nombre con aquella voz fuerte y grave, pero al mismo tiempo fascinante, la cuál le causaba por alguna razón un inquietante golpeteo en su pecho que cada vez se volvía más frecuente.

          Sacude la cabeza hacia los lados regañandose mentalmente por tales pensamientos raros que empezaban a mostrarse de la nada, no era la primera vez.

           Se obligó a espantarlos al instante consentrándose en su camino. Que para cuando volvió su vista al frente observó como aquel astro opaco, sin luz propia, que gira en torno a la tierra y la acompaña en su trayectoria alrededor del sol, y su único satélite natural, la luna, en su fase más completa se presentaba delante de él, iluminando la oscuridad de la noche.

           Era una hermosa vista.

—¿No puedes dormir?. —aquella pregunta provenía desde la cima del árbol de cereso con el que se había topado, se escuchó en un ligero eco que lo sobresaltó por instantes. Se queda en silencio procesando todo, ahí estaba otra vez, esos molestos nervios repentinos, que en su caso no lo dejaban formular una palabra sin tartamudear por lo que prefirió callar. —¿Subirás?. —escuchó la invitación, el dirige su mirada hacía la voz que había reconocido sin ningún problema desde el inicio.

Haruka Mirai [Greninja x Ash]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora