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            Suponía que sería un día tranquilo, sin tanto ajetreo, pero al parecer su entrenador era especial para romper aquel pensamiento. Bueno, tampoco es que fuera su culpa, él en ningún momento había llamado a Sawyer/Sabino para tener una batalla, ni nada parecido, el mocoso verde había aparecido por su cuenta, sin conocimiento del hecho de que Ash había regresado, fue mera coincidencia, mas no dejaba de interrumpir con su paz.

Aunque tampoco le desagrada, después de todo tenía una buena relación con el chico de pelo pastoso y sus Pokémon más que nada. Sceptile en especial, llevaban una rivalidad/amistad algo extraña pero sana. De la cual no se quejaba, lo que le molestaba era el hecho de la clara pelea que tendrán en tan solo pocos minutos de la corta conversación que llevaban a cabo sus entrenadores.

Lo conocía demaciado bien, y sabía que solo era cuestión de segundos que su peli-azabache compañero mencionara "Batalla Pokémon" en aquella plática que en la que no llevaban ni siquiera más de diez minutos.

—Tengamos una batalla, Ash. — ahí está lo que decía, su instinto nunca fallaba; su acción fue automática, se encontraba de brazos cruzados unos pasos detrás de Ash, junto al Sceptile de Sawyer, quien le comentaba cuan fuerte se había vuelto, y que no pensaba perder esta vez,  su atención fue dirigida al instante en el que escucha aquellas palabras salir del pasto andante como si fuera un dejá vú.

Las escenas de su última pelea en la liga llegaron a su mente, en aquel entonces recién habían logrado dominar la sincronización y le fue bastante trabajosa la victoria, sin contar la diferencia de tipos. En ese entonces era un mocoso engreído que acababa de evolucionar, bueno siempre lo fue, desde que era un Froakie tenía aquella inevitable hambre por la victoria, y eso no había cambiado para nada, mas ahora sabía cuando detenerse en su sed de pelea.

Pero en esos momentos, tenía otras cosas en mente, que combatir u observar algún combate del que estaba casi seguro, su Ash ganaría.

Pero contrario a eso, la idea de combatir otra vez junto a su querido entrenador no le era para nada desagradable, estaba deseando algo parecido desde que se separaron, por lo que debía aprovechar ese momento, porque conocía al pelinegro, y precisamente por eso, es que sabía que sería a él a quien llamaría para la pelea en esa ocasión.

Y estubo aún más seguro de ello cuando su mirada conectó con la chocolate de su entrenador. No necesitaba palabras para entender aquella sonrisa que se había plasmado en los labios de su humano favorito.

Asintió levemente como siempre hacía, y en un parpadeo se encontraba al lado de Ash, con la misma mirada determinada y hambrienta por la victoria de antaño, esa que solían tener todo el tiempo en sus aventuras.

—Yo seré el árbitro. —Clemont no se quedó atrás, y luego de quedar a una distancia prudente de los que se habían formado para comenzar el combate expresó las reglas. —Será una batalla de uno vs uno. El primero en rendirse o caer noqueado será el perdedor.

Los chicos asintieron ante lo dicho. —Gekkouga vs Sceptile. ¡Qué la batalla comience!. —y no hizo falta nada más que decir.

Vale, retira lo pensado anteriormente. El idiota de planta si que no había estado comiendo hojas o engordando en esos dos años. Apenas y logró esquivar el ataque de raíz exageradamente grande que fue en su dirección.

Escuchó el grito de alerta de Ash al mismo momento en que semillas haciendo la función de misiles le golpeó en el pecho, mandándolo a volar contra el árbol donde anteriormente descansaba, que ironía de la vida.

El adolescente pelinegro corrió en su dirección, con preocupación, más de la necesaria, cabe aclarar, aplicada en su expresión. —Gekkouga, ¿te encuentras bien?. — había preguntado estúpidamente, sabiendo que no podría estar bien después de semejante tortazo.

Haruka Mirai [Greninja x Ash]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora