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        Sólo fue una despedida pasajera, no era un adiós definitivo

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        Sólo fue una despedida pasajera, no era un adiós definitivo. Gekkouga no podría ir con él, tenía una misión que cumplir aún en Kalos, y era el único que podía localizar las raíces que aún quedaban esparcidas por la región y debía eliminarlas junto a Zigarde, y él no estaba en aquella misión, sólo los atrasaría.

          Esa era la mejor opción, seguiría su viaje, sin Gekkouga. Ya se había hecho aquella idea, pero aún así la despedida no era fácil.

—Es una promesa... — le dedica una sonrisa de manera forzada, no quería alejarse de su amigo. —Regresaré por tí... Gekkouga.

          Despierta bruscamente enrrollándose completamente en aquella sábana, gotas de sudor esparcidas por su rostro, mientras confundido mira a todos lados buscando algo que no lograba encontrar.

          Pikachu, su fiel amigo llega hasta él, al sentir el sonido del movimiento brusco desde arriba, le miraba con rostro preocupado y le hablaba algo que no podía entender por la diferencia de idiomas. Aún así tenía un vana idea de lo qué quería transmitir su pequeño amiguito amarillo. El ratón eléctrico sabía lo que pasaba.

—Le extraño... Pikachu. —le dice mirando un punto muerto de la habitación, recordando aquella despedida nada agradable. A su parecer.

          No es que no haya liberado a otros Pokémon, de hecho, lo había hecho unas cuantas veces, como con Lapras, Butterfree, e incluso a Goodra, y también le dolió liberarlos, eran y seguirían siendo sus grandes amigos de los que no se olvidaría.

         Sin embargo extrañaba a Gekkouga, era un poco diferente, le había prometido que regresaría, pero aún no había pasado los dos años acordados y ya se estaba impacientando por ello. Quería verle y seguir los tres con su aventura como debió ser desde que se fue de la región.

         Se encontraba en su hogar inicial, en Kanto, había llegado allí hacía una semana después de haber conseguido ganar la liga de Alola, que si lo pensaba con detenimiento era la primera liga que había ganado desde que comenzó su viaje hasta ahora, estaba feliz por su logro, después de todo era un paso hacia adelante en su camino de convertirse en el mejor maestro Pokémon, sin embargo le hubiera gustado que Gekkouga hubiera estado allí con ellos.

         En esos momento se estaba tomando un pequeño descanso, dónde se había reencontrado con todos sus amigos Pokémon que había atrapado en sus viajes, en el laboratorio del profesor Oak, y de hecho aquello le había alegrado mucho, todos se le habían lanzado encima apenas había pisado las puertas del laboratorio sumamente contentos, aplastándolos a él y a Pikachu, le alegró ver cómo todos se llevaban bien, e incluso los amigos Pokémon que había hecho en Kalos se habían adaptado de maravilla a los nuevos rostros.

         No pudo evitar pensar que le hubiera gustado presentar a Gekkouga a sus amigos, sin embargo eso no podría lograrse, al menos no por ahora.

—¡Ash!, ¿Ya estás despierto? —esa voz chillona y mandona que gritaba desde abajo era la de su madre, la mujer no cambiaría ni aunque él tuviera cincuenta años, seguiría tratándolo como al bebé que cree tener, aunque eso no es nada malo realmente.

"Pika pi" Pikachu levantó sus orejitas y saltó hacía el suelo perdiéndose hasta salir de la habitación, el azabache que aún se encontraba sentado enrredado en las sábanas y todo despeinado como cualquier persona que acaba de despertar, después de unos minutos es que logra procesar por completo la información.

—¡Ya bajo mamá!. —y con esto se lanzó hasta salir de la cama, hacearse y seguido de ello ir dónde su madre y amigo a desayunar. Ya tendría tiempo de pensar después.

         No es cómo si se fuera a quedar allí acostado bajo el colchón en depresión, solo tenía que aguantar unos meses más y tomaría un vuelo directo a Kalos en busca de su amigo, ya quedaba poco, no había porque pensar tanto las cosas, después de todo él no es de los que piensan nada, sino de actuar en el momento y ya está.

         Ese sueño solo había logrado recordar todos los momentos vividos junto a Gekkouga en Kalos, tanto los felices como los tristes, recordaba todo con lujo de detalles, para la mala memoria que solía tener sin contar su gran despide, eso ya era todo un récord. Se mira al espejo encontrándose con una tenue lágrima recorrer su mejilla, ya comenzaba a ponerse sentimental otra vez, se preguntaba cuantas veces le había ocurrido en ese pasado año y siete meses, desde que él y Gekkouga separaron sus caminos.

         Sacudió su cabeza de un lado al otro, dándose palmaditas con sus manos, luego de mojarse la cara varias veces, vuelve a mirarse al espejo pero está vez con un intento de sonrisa y determinación en su mirada, dándose ánimos a si mismo.

          Y con ese mejor humor que había obligado a soltar, baja las escaleras hacía la mesa dónde su madre lo esperaba con el desayuno, y Pikachu feliz de la vida también con su porción. Tomó asiento y dando un "Buenos días" a su madre y un caricia a su amiguito amarillo el cual ni siquiera lo notó al estar tan concentrado en su comida.

         El desayuno pasó lento y en silencio, mientras su mirada se encontraba pérdida en un punto muerto de la habitación —martirizándose la cabeza nuevamente en lo mismo que lo llevaba molestado desde hace un año y siete meses—, su madre lo miraba de reojo de vez en cuando preocupada por el actuar de su hijo, ella lo conocía como la palma de su mano, no por nada era su madre, y sabía que había algo que debía estar molestándolo, pues desde hace varias semanas desde que había vuelto, su rotro parecía más serio y pensativo de lo normal.

"Pi pi pika" El ratoncito eléctrico le llamaba la atención, sin embargo parecía no funcionar, el azabache se encontraba en otro lado en esos momentos.

"¡Pi-ka-chu!" Una descarga eléctrica como regalo fue lo que logró traer al chico devuelta al mundo real, el pobre calló hechando humo por todas partes al suelo, maldiciendo a su pequeño amiguito por la no tan agradable descarga que le había soltado de la nada.

        Pudo escuchar la risa de su madre y al causante de su estado también riéndose, se levantó sacando fuerzas del espíritu santo con la sola intención de atrapar al Pokémon eléctrico que tenía por amigo. Sólo para acabar en una mini persecución dentro de la cosina.

        Al final Pikachu se refugió junto a su madre y el acabó agotado sentado en la mesa de nueva cuenta, lanzandole miradas amenazantes al pequeño roedor eléctrico. Sólo para acabar en pequeñas carcajadas por parte de los tres en el lugar.

—Eso está mucho mejor. — su madre comentó luego de reír, Ash la miró confundido sin entender a lo que se refería. —Tú humor habitual, pequeño mocoso. — completó sonriendo alegre.

—Últimamente pareces no estar realmente aquí. — la mujer mira seriamente al adolescente frente a ella. —Ash, ¿Qué te preocupa?. — le pregunta, esperando un respuesta válida por parte de su hijo.























CONTINUARÁ...

→Etto... La verdad, hacía rato que quería intentar con este ship... algo raro y fuera de lo común... Y ciertamente, al que le guste pues adelante, el que no, puede volver.

→Estuve buscando en wuattpad alguna historia sobre este ship, sin embargo solo logre encontrar una, y no estaba terminanda, por lo que al final me quedé con ganas de más, por lo que decidí crear mi propia historia. E aquí el resultado.

→Espero os guste.

Gracias por leer😊.

Haruka Mirai [Greninja x Ash]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora