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        Sip Clemont y sus inventos seguían siendo una bomba de tiempo

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        Sip Clemont y sus inventos seguían siendo una bomba de tiempo.

        El chico seguía creando inventos a diestra y siniestra, le contaron lo sucedido con uno de los inventos que elaboró hacía poco para el profesor –razón por la que pasaba tiempo en el laboratorio y el porque lo de la pared dispar– pero este no funcionó y como de costumbre acabó explotando, tuvo que contener la risa al escuchar aquello, pues ya se lo había imaginado; el laboratorio había acabado también destrozado por la explosión –como era de esperarse– y esa vez la carcajada no pudo evitarla, pues parecía que el laboratorio atraía desatres, de una u otra forma siempre acabada destrozado por un suceso diferente.

          Su risa terminó contagiando a todos en el lugar, pasó su mirada a todos, los había extrañado.

          Mira de reojo a Gekkouga el cuál también le mira en ese momento. No supo porque de repente se sintió nervioso, cambiando rápidamente su mirada de manera muy poco disimulada. Su corazón había dado un vuelco en ese momento, para luego proceder a latir rápidamente. Eso había sido extraño, sin embargo optó por tomar una gran bocanada de aire con la intención de calmar sus repentinos nervios, por suerte funcionó.

         Las risas pararon, y los relatos siguieron su curso, él escuchaba atentamente con una sonrisa palpable en su rostro, mientras respondía, hacía algún comentario o reía según la conversación que cambiaba de tema a cada segundo.

          Chespin, el Pokémon de Clemont, comenzó a hacer de las suyas, logrando enojar a más de uno de los Pokémon que se hallaban tranquilamente en armonía, formando una persecución siendo el pobre tipo planta perseguido por éstos, persecución en la cuál sus entrenadores también acabaron involucrados sin poder evitarlo y todo se convirtió en un gran desastre; el pelinegro ni siquiera supo realmente como había comenzado, cuando se dió cuenta, ya se encontraban todos tirados en el suelo y las sillas y golosinas que habían en la mesa esparcidas por todo la loza del suelo como si un terremoto hubiera pasado por allí.

          Gekkouga miraba divertido aquello desde una zona segura, esté se había alejado lo necesario, sabía adónde iría a parar todo, y como buen ninja, sigiloso se separó del grupo justo en momento apropiado, para no acabar como todos los que en el suelo se encontraban.

          Pasados unos minutos, con gran prudencia se acercó al grupo que miraba de mala gana al pobre Pokémon verdoso, al cuál le daba vueltas la cabeza, seguramente viendo pasar Vivillons a su alrededor de lo mareado que se veía el pobre, no debió haberse comido todo él sólo, ahora no solo estaba mareado sino también con gran dolor en su inosente barriguita.

         No paso mucho cuando las risas de todos invadieron el lugar dónde estaban teniendo aquella pequeña fiesta de bienvenida.

           Una mano/pata azulada es alzada delante de Ash, esté levanta la cabeza casi al instante cruzando su mirada chocolate con los orbes rojizos de su amigo cruzando sus miradas en consecuencia y otra vez, siente como su corazón comienza a latir violentamente contra su pecho y ese nerviosismo extraño vuelve a indundar su cuerpo.

—¿Te sientes bien? —Gekkouga no dudó en hablarle después de ver cómo su entrenador parecía tener un colapso nervioso en ese momento, aunque parecía no moverse de su sitio. Lo cuál era sumamente extraño, ya que muy pocas veces esté se veía de esa manera, además el rostro completamente colorado que mostraba Ash al escucharlo hablar sólo logró preocupar más a la criatura azulada.

          El azabache dió un brinco su lugar, saliendo a la realidad dándose cuenta de su atasco mental. —¡E-estoy bien! —¿había tartamudeado?, sí justo así había salido su voz al gritar exaltado por el extraño comportamiento con el que había reccionado su cuerpo y mente en esos momentos.

          Siente la mirda extrañada de algunos encima de él por su repentina exclamación, sin embargo no le da importancia, se da unas palmaditas en sus cachetes aún con adornados con ese leve carmín, buscando tranquilizar su agitado corazón.

         Mientras Gekkouga le miraba confundido, en ese momento creyó que su entrenador se había vuelto loco, sin embargo le pareció demaciado tierno las que ganas de abrazarlo no faltaron, pero se contuvo de eso, sería un poco raro.

         El chico por fin acepta la ayuda de su amigo, levantándose en el proceso. Esperando que su voz no saliera entrecortada esta vez. —Gracias Gekkouga. — agradece, ya con su habitual comportamiento con una enorme sonrisa que no podía quitar aunque lo intentara. Sacudiéndose su ropa mientras los demás copiaban la acción del azabache y se levantaron. Obviando el momento algo extraño que habían presenciado segundos atrás.

         El profesor asechaba a entrenador y Pokémon con una sonrisa que lejos de ser amable, parecía la de alguien que planeaba algo, y no presicamente algo bueno, aunque nadie logró notarlo excepto nuestro rubio científico que trás un rostro de confusión decidió dirigir su mirada hacía dónde Ciprés tenía la suya.

          Primero no entendió muy bien lo que pasaba, hasta que se acercó. Y decidió preguntarle para salir de la duda. Después fuera lo que fuera que pasara, tenía que ayudar, Ash y Gekkouga eran sus amigos.

—Profesor, ¿pasa algo?. —el hombre de bata blanca le mira un momento meditando su respuesta. No iba a asustarlo con una simple idea que se había hecho hace unos minutos.

—Nada. —desinteresadamente respondió. Volviendo su mirada a dónde antes la tenía, en aquellos dos individuos, que parecían no cansarse de mirar al otro con aquella sonrisa boba en su rostro, esto último por parte del humano, claramente. —Solo me sorprende lo bien que se llevan a pesar de no haberse visto en años.

         Esa última referencia Clemont la entendió sin problemas, no había que ser genio para no darse cuenta de eso. Asintió a eso, pero aún no entendía muy bien a que quería llegar.

          La verdad no le era nada raro, es decir, son Ash y sus Pokémon. Era bastante obvio que no se iban a odiar solo por dos años de no verse. Siguió analizando el panorama, no veía nada raro, solo Ash y Gekkouga, mirándose mutuamente, mientras el chico hablaba sobre algo que no escuchaba muy bien, y el Pokémon ninja asentía o decía algún monosílabo, mientras un aura de... No sabría como explicarlo muy bien, era una mescla entre alegría, tranquilidad y paz. Casi parece que estuvieran en su propia burbuja, como su solo ellos existieran. Si no lo conciera conciera bien diría que parecían un par de enamorados.

           Abrió los ojos como platos ante tal pensamiento. Ahora entendía a que quería llegar el profesor, ¿y para que mentir? hubiera preferido no descubrirlo. No es que tuviera alguna fobia, sólo que en ese momento esa sola idea lo dejaba en shock, hasta ahora creía que algo así era imposible. Sin embargo también estaba feliz, porque de ser ese él caso, el haría lo que fuera para ayudar a sus amigos.

         Aunque con todo y eso, seguía siendo algo preturbador.

         Pero no hay que presipitarse, después todo solo eran suposiciones suyas y del profesor. O tal vez, ¿Si que había algo más?, ¿Qué ni Ash o Gekkouga se daban cuenta de ello?. Eso solo el tiempo lo sabrá.





































  



CONTINUARÁ...

→Ojayo gosaimasuu, es cierto que me fui por unos días, pero... Volví, aún estoy viva, y con un nuevo capítulo, que en mi opinión personal, me gustó mucho como quedó.

→Espero y a ustedes también les haya gustado.

→Por cierto, agradezco sus comentarios, la verdad me dan el emjuncito que nececito para el desatoramiento de ideas. Arigato.

Gracias por leer☺️.

Haruka Mirai [Greninja x Ash]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora