lagrimas

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                                                Lagrimas

Todo el cuerpo de Malaquiel seguía sintiendo aquel dolor punzante, aunque ya no había heridas en su piel, sentía el frio aun de aquella espada tras  haberle penetrado el pecho, había estado demasiado cerca de la muerte, pensó un momento en los acontecimientos que había vivido, no sabía siquiera que podía esperar, se sentía impotente, frustrado por no poder terminar con aquella misión que aún le mantenía en aquel lugar del cual deseaba salir volando.

Observo un momento a la pequeña que se mantenía a su lado, como habían terminado en aquella situación, ella le había salvado la vida, pero por qué? Que hizo que ella se fuese en contra de su protector por él, necesitaba saberlo, necesitaba entender que movía el corazón de la pequeña a actuar de esa manera.

-Necesito saber la verdad!!!! Dijo el demonio mirándola con sus enormes ojos violáceos, esperando una respuesta que acallara sus dudas.

-deseas saber por qué Misael no termino con tu vida? En verdad necesitas saberlo?

Aquellas preguntas le confirmaron que ella sabía algo que el necesitaba saber ,ahora más que nunca se sentía perdido, extraviado, indefenso, asombroso como un demonio que solía asustar a todos podía sentirse indefenso ante aquellas dudas.

-sí, deseo saber la verdad porque presiento que ese ángel tiene algo que ver conmigo, cierto?

La niña sonrió entonces y sentándose a su lado recostó la cabeza del demonio en sus piernas, y comenzó a contarle una historia que el desconcia hasta ese momento.

Sabía que el tardaría en comprender lo que ella iba a confesarle, pero su corazón e decía que había llegado el momento de confesarle la verdad o al menos una parte de ella, el debería de atar los clavos restantes…….

-hace muchos aniso atrás en el cielo fue creado un ángel, diferente a todos los demás un ángel capaz de entender la diferencia entre el bien y el mal, un ángel al cual el creador de las cosas amaba más que a ninguno, su belleza era única e incomparable, el creador le llamo Luzbel, debido a el brillo que emanaba de su ser , Luzbel era feliz y compartía el amor del creador por todas las cosas, pero un día el creador de todo decidió hacer nuevos seres ,los cuales estarían para adorarle siempre pero con capacidad de escoger entre el bien y el mal y tendrían libre albedrio (el poder de escoger qué camino tomar sin la intervención divina de por medio) algo de lo cual los ángeles carecían.

Luzbel se sintió traicionado, Dios había puesto sus ojos sobre unos seres diferentes a los ángeles, serafines, arcángeles, puso sus ojos en los seres humanos, y comenzó a colocar ángeles para cuidarles, para guiarlos en el camino ,pero luzbel se dio cuenta que los seres humanos eran manipulables, que hacían el mal sin importarle nada, se dio cuenta que Dios arriesgaba demasiado por ellos y decidió retarle, haciendo que el primer hombre y mujer creados pecaran desobedeciéndolo, así demostraría que Dios se había equivocado.

A los ojos del creador el acto fue uno lleno de maldad, y decidió castigarle alejándolo del cielo, maldiciéndolo, y obligándolo a quedarse en el lugar llamado infierno, ese en el que las almas sufren y lloran en un rio constante de fuego,  así fue como Luzbel dejo ese nombre a un lado y se llamó a si mismo Satanás, no deseaba aquel nombre que  le recordaba su existencia al lado del creador en donde había sido feliz……..

Malaquiel la observaba mientras la pequeña contaba aquella historia, así que Satanás había sido el ángel más amado por el creador, pero que tenía que ver eso con la historia que hablaba del ángel con su nombre?

Luego de más de 1500 años el creador amo la decisión de crear otro ángel especial, un ángel que sustituiría a Luzbel al lado del creador, un ángel que sería la unión de ambos mundos, un ángel capaz de hacer que los demonios le siguieran y abandonaran a Satanás, ese ángel desapareció del cielo el mismo día de su creación, alguien lo robo del cielo, todos suponen que Satanás lo elimino, pero Dios no le encontró culpable, así que ese ángel debe estar en algún lado  quizás imaginándose ser alguien más.

La pequeña miro a Malaquiel un momento, este aún seguía en estado de shock, ella pensaba que era el, pero no podía ser, el tenia alas negras como los demonios, aunque su apariencia era hermosa nunca le llegaría a la belleza del señor de las tinieblas, aun así era cierto que los demonios le temían y le respetaban aun cuando Satanás no estaba para intimidarles, seria cierto, sería el aquel ángel? ……

-y por qué los ángeles piensan que yo soy ese ángel perdido?

-porque tú tienes algo que ellos no tienen, belleza, y muy en el fondo estas aprendiendo a querer proteger a los seres humanos, los demonios no tienen sentimientos, tu eres diferente, tienes un corazón y te preocupaste por mí al verme enferma. Además de que por alguna razón estoy aquí por ti, para cuidarte.

-y que tienes tu que ver conmigo?

De repente la cabeza empezaba a darle vueltas, el ser un ángel aquello no podía ser, él los había visto, no era como ellos, no emitía luz, no tenía unas hermosas alas, al contrario las suyas negras eran como la mismísima noche, su cuerpo era más cercano a ser humano que a ser demoniaco, pero los ángeles poseían un cuerpo hermoso, bien formado, balanceado, él tenía las manos grandes duras, su cuerpo era fuerte, nada delicado, sus facciones marcadas, aquello no era cierto.

Tomo impulso debía levantarse del suelo aun la cabeza le daba vueltas, deseaba volar un rato, pero las manos de la pequeña seguían pegadas a su cuerpo y sus ojos verdes le miraban fijamente, la contemplo un rato sin entender por qué, y se levantó diciéndole

-si alguien debe ser un ángel ese alguien eres tu Alelí.

La pequeña sonrió emocionada, pero noto que él seguía confundido por todo aquello,

-quizás debas preguntarle a tu señor que tan cierta es la historia que te acabo de contar, en algún momento él debe haberte hecho alguna pregunta que te hubiese hecho dudar de tu origen, sé que algo se le pudo haber escapado.

Malaquiel se alejó de la niña mirándola una última vez,

-eres libre de irte si así lo deseas, sentencio serio

-no me iré, sé que me necesitas, y me seguirás necesitando.

-y que podría hacer una niña como tú para ayudarme?

-exactamente lo mismo que hice hace un momento atrás.

Aquellas palabras le recordaron que de no haber sido por ella el estaría muerto, de repente sintió algo desconocido en su ser, y una gota cristalina broto de sus ojos, una gota que demostraba que tenía algo más que odio y resentimiento, una gota cristalina que le demostró que quizás aquella pequeña tenía razón en lo que le había dicho, por primera vez en toda su existencia había sentido una gota brillante como los diamantes rodar en sus mejillas…………

Una lagrima……..

Entre el bien y el mal ( Malaquiel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora