Satanas

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                                                  Satanás

Todo había salido a pedir de boca Uriel sonreía mientras veía a Malaquiel abrazado de la niña Alelí, sabía que todo saldría bien y que al fin podrían deshacerse de Satanás, el camino se les había hecho difícil , habían sacrificado muchos de su especie solo para que Malaquiel descubriera la verdad……….

Ahora todo debía seguir así, no mostrar ninguna diferencia con él, tratarle como el ángel que era, llamo a los demás ángeles allí reunidos y les presento a su nuevo compañero, por un momento los ángeles le miraba de reojo, sabían de su existencia pero desconocían como se vería, ahora realizaban que este era totalmente distinto a ellos, de pronto se escuchó una voz fuerte salir del castillo Dorado.

-Malaquiel, ven hasta mí, necesito hablarte!!!!!!!!!

Malaquiel sintió como un roce tibio le acariciaba los brazos y era envuelto en una caricia de paz, camino por entre medio de los ángeles y entro al castillo con cuidado, al subir las escaleras vio al serafín más hermoso que hubiese visto Jamás, esta llevaba una armadura azul cielo, sus seis alas eran grises, y sus ojos de un color perlado lo dejaron sin respiración, su cabellera a nivel de su cintura rizada y blanca ,era un serafín como nunca había visto, ella se quedó observándolo sin dejar de mirarle fijamente a los ojos, sabía que los serafines eran de una hermosa apariencia pero no sabía que lo fueran tanto, ella esbozo una sonrisa cuando él se detuvo a preguntarle su nombre.

-mi nombre es Serra!!!!!

Y de su voz escucho el sonido más dulce que sus oídos hubiesen escuchado nunca.

Sonrió para sí mismo y siguió caminando sabiendo que la volvería a ver, el cielo era un lugar esplendido, la paz y alegría que se sentían en el eran especiales, tanto que se olvidó un poco del dolor que había sentido al sentirse abandonado por Satanás, había perdido al ser que más importancia le había dado en toda su existencia, termino de subir las escaleras y entro al gran salón que encontró de frente, allí un inmenso trono se levantaba aún más alto que el castillo y escucho la voz que le había hablado antes,

-acércate, no temas, he estado esperando por ti

Malaquiel no sabía que esperar de aquella conversación,

-que deseas de mí que no sepas? Creador de todas las cosas

-solo deseo saber que harás ahora que sabes que este es tu lugar, como actuaras de ahora en adelante, que planes tienes para destruir a Luzbel

Malaquiel pensó un momento y decidió mirar hacia arriba, buscando encontrar un rostro al cual contestarle esas preguntas, pero solo había un espacio vacío, solo escuchaba su voz, nada como Satanás que era igual que él, el creador de las cosas no se mostraba ante todos, solo ante aquellos que eran merecedores de la dicha de contemplarle, entonces se sintió más perdido aun pero contesto.

-te mentiría si dijese que deseo destruir a aquel quien me mantuvo con vida a pesar de que me odia en estos momentos, te mentiría también si dijera que él no me atacara a la menor provocación, pero aún estoy mi confundido, necesito tiempo.

Aquello pareció no hacer sentir mal al creador de las cosas quien le contesto con tranquilidad

-he aquí Malaquiel que Satanás desea tu muerte, deberás apresurar el plan de su destrucción, he perdido a muchos de mis fieles ángeles por tratar de controlar esta batalla que solo tú eres capaz de convertir en victoria, debes decidir que harás antes de que se acerque y extermine a los que son tu familia ahora, deberás decidir qué camino tomar.

Malaquiel quería huir de allí, como levantaría su espada contra aquel de quien había aprendido lo que sabía, como se enfrentaría al ser que le había hecho fuerte como era, como destruiría a Satanás?

Decidió salir de allí no sin antes preguntar al creador

-quisiera saber por qué mis alas son distintas a las de los demás ángeles , porque todos ellos poseen alas rojas, grises, blancas y de otro color hermoso, más las mías son de un color negro que aún no logro descifrar su significado.

Entonces el creador de las cosas contesto

-Lo siento querido Malaquiel recuerda que fuiste corrompido al llegar al infierno y todos los actos de maldad ejercidos por ti ennegrecieron tus alas.

-eso significa que siempre serán así? Que aunque cambiase mis alas siempre serán el recuerdo de quien era aunque no fue mi culpa pues no sabía mi identidad?

-así es, todo ángel al ser desterrado del cielo pierde el color natural de sus alas y no lo vuelve a recuperar nunca más.

Malaquiel sintió como en su pecho una inmensa tristeza se adueñaba de su ser, aunque cambiase, siempre sería un ángel de alas negras, siempre sería diferente, siempre cargaría en su conciencia el daño causado aunque cambiase su forma de ser. Aunque fuese un ángel como ellos esperaban , aunque hiciese lo correcto, el sería distinto siempre en un lugar en el cual todos tenían alguien igual, el estaría solo, más solo que lo que pudo haberse sentido alguna vez.

Decidió caminar un rato luego de abandonar el cielo, llego a la casa en la que se había quedado, ahora la tierra no le parecía tan extraña allí todos los seres humanos eran distintos, allí al menos aunque ellos no podían verle se sentía mejor que el cielo escuchando a los ángeles murmurar por ser diferente.

Alelí se acercó hasta él , y lo abrazo

-todo saldrá bien , has hecho lo correcto ,no temas , yo estaré contigo, juntos seguiremos adelante.

Aquella niña de roja cabellera y ojos verdes era la única que parecía entenderle a la perfección, ella con su sonrisa infantil le ofrecía la más cálida de las promesas, esa que decía que aun en silencio ella estaría allí.

Habían pasado tres días desde la última vez que Satanás había visto a Malaquiel, aún se retorcía de rabia ante el hecho de haber perdido a su ángel , a ese a quien él había cuidado con todo su ser, a pesar de haberle prometido a ella que lo protegería, él había descubierto que era un ángel, aunque era diferente no fue capaz de revelarle toda la verdad ,ni de decirle la razón de su existencia, no fue capaz de confesarle su secreto, de decirle como él había sido creado, no fue capaz de decirle que ellos estarían unidos para siempre a pesar de todo……..

Se acercó hasta la chimenea de su castillo y busco en uno de los enormes estantes  de libros que había allí, y abrió uno que olía a flores, allí dentro de ese libro una pluma plateada yacía inerte sobre las letras:

“Siempre estaremos juntos”

El amo del infierno la acaricio con delicadeza, aquella pluma era lo único que quedaba de ella, aquella pluma era el único recuerdo existente del serafín del cual él se había enamorado, y ella había pagado con su muerte el haberse enamorado de él. 

Sabía que en algún momento pelearían , sabía que en algún momento Malaquiel ocuparía el lugar que le correspondía, sabía que en algún momento se volverían a ver pero esta vez como enemigos y quizás en ese momento podría aliviar su dolor y reencontrarse con ella……

Entre el bien y el mal ( Malaquiel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora