Capitulo 1

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George siempre había sido un buen amigo para Paul, y cuando había llegado a casa, llorando, no dudo en hacerlo entrar, sirviéndole un vaso con agua para lograr calmarlo y así poder escucharlo. Poder oír todos los balbuceos sin sentido que soltaba.

Ringo había ingresado minutos después con Dhani en sus brazos, sin embargo, al ver a Paul llorando sin control alguno, hizo un gesto de sorpresa para luego llevarse al niño lo mas rápido que pudo de allí.

Sin embargo, Paul alcanzo a oír las palabras inocentes del pequeño:

-Por que tío Paul llora?

Su corazón se quebró un poco mas.

George no lo presiono a hablar, esperando en silencio a que se calmara, a que pudiera tener la suficiente tranquilidad como para decir algo, que llego segundos después, con Ringo entrando al comedor. Su torpe amigo se sentó al lado George, tomándole la mano a su novio, y esa visión lo hizo sentir patético y miserable.

-John me pidió el divorcio.

Su mejor amigo abrió los ojos por la sorpresa en tanto Ringo soltaba una maldición, aturdido.

Por supuesto, nadie se lo esperaba. ¿Quién iba a pensar que John le pediría aquello cuando había sido el quien había dado siempre los primeros pasos para todo?

Cuando se conocieron, fue John quien lo había salvado de ser objeto de burlas en la preparatoria debido a lo asustadizo y torpe que fue Paul el primer día de clases.

Fue John quien le había pedido salir y quien le dio un beso.

Fue John quien le dijo que deberían irse a vivir juntos.

Fue John quien le pidió matrimonio.

Y ahora parecía ser John quien quería acabar con todo.

Y, a pesar de que pareciera que era John quien tenia que tomar esas decisiones, no era como si Paul nunca hubiese puesto de su parte.

Paul era, como veía todo el mundo, la persona que podía sacarle una sonrisa enamorada al pelicastaño con una acción tan tonta como un beso sorpresivo, y la única persona que lo hacia bajar las defensas totalmente, haciéndolo que se comportara de una forma infantil e incluso caprichosa.

Para todo el mundo, no había John sin Paul, y no había Paul sin John, porque hacían una de las parejas mas bonitas y honestas que se podían ver.

Pero, al parecer, las cosas no eran tan felices como le mostraban al resto.

-¿Por que?- pregunto George en voz baja.

Los labios del pelinegro temblaron.

-Dice que no me ama- su tono se rompió y las lagrimas volvieron a salir- Ya no me ama, Georgie. John ya no me ama.

Paul quería negárselo, ver lo inevitable, pero no era tonto y mucho menos una adolescente enamorada.

Si John lo decía, era cierto.

Porque John jamás le mentiría con algo tan importante como eso, Paul lo sabia.

El castaño siempre había sido brutalmente honesto con sus sentimientos, tanto, que a veces no se daba cuenta de que sus palabras le hicieron mucho, mucho daño.

Tomo un poco mas de agua.

-Esta enamorado de otra persona- barboteo antes de romper a llorar otra vez, e inmediatamente los brazos del contrario lo rodearon- Ama a alguien mas. Lo perdí, George, lo perdí.

Su corazón no se había sentido tan roto como en ese momento. Saber que la persona que amaba, con quien compartió tantos años de su vida, ya no le quería como antes, lo había dejado de lado y se entrego a alguien mas, era como una estaca clavándose no solo en el corazón sino en todo su cuerpo, haciendo que todo doliera y se estremeciera.

Haciéndolo ver todo de un horrible color negro, incapaz de ver un poco de luz en medio de tanta oscuridad.

John suspiro, leyendo un informe que su secretaria le dejo esa tarde, para luego bajarlo y dejarlo sobre la mesa, cansado

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John suspiro, leyendo un informe que su secretaria le dejo esa tarde, para luego bajarlo y dejarlo sobre la mesa, cansado.

Recordó los ojos llenos de lagrimas de Paul, su labio temblando, sus mejillas húmedas por el llanto, y se sintió culpable y triste por lo que había ocasionado, pero no arrepentido. Tenia que hacerlo.

¿Cómo podía seguir casado con alguien que no amaba?

No era justo para Paul, ni para el, así que no podía seguir con esa farsa.

Ya no amaba a Paul, era un hecho claro, pero lo seguía apreciando lo suficiente como para no seguir haciéndole daño en sus acciones.

Tocaron la puerta de su oficina y murmuro un "pase" lo suficientemente alto como para que la persona entrara.

Al verla, sonrió con relajación.

-Tienes un aspecto horrible- dijo la de cabello rubio con una sonrisa dulce, cargando un montón de carpetas.

Dejo salir un bufido, recostándose en la silla, y pronto su amante se acerco, comenzando a hacerle un masaje suave en los hombros.

-Le pedí el divorcio a Paul- le comunico el mayor con un tono de pesar.

La de hebras rubias parpadeo, inclinándose, con una expresión triste.

-Oh, lo siento tanto, John- le dijo de forma honesta- ¿Estas seguro de esto, de lo que tenemos nosotros? Llevas tanto tiempo con Paul que quizás.

-No digas eso- le interrumpió con suavidad- Todavía quiero a Paul, claro, pero es un cariño que le tengo por el tiempo que hemos estado juntos, así que... tengo claro lo que siento por ti Cynthia.

Cynthia o Cyn, como la había apodado el mayor en muestra de cariño, asintió titubeante, para luego inclinarse y darle un pequeño beso en los labios.

- Lo lamento mucho por Paul- murmuro Cynthia entonces, sin alejarse demasiado- debe estar pasándola mal, me siento culpable por hacerle esto, pero...

-Lo va a entender- contesto el castaño dándole un beso en la mano, serio. Paul lo entenderá con el tiempo.

John espera eso: que Paul pudiera, con el pasar de las semanas, curar esa herida que le hizo a pesar de haber prometido, años atrás, que nunca le rompería el corazón.

Pero las promesas, al igual que los sueños, parecían destinados a ser rotos de cualquier forma y sin posibilidad alguna de poder evitar aquello.



APEGO|| MCLENNONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora