Con la noticia que Takemichi se casará, Mikey está decidido a impedirlo.
Él no me abandonó, él me prometió que estaría a mi lado. Es momento de que vuelva a su hogar.
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Hay algo que Sanzu se percató desde hace muchos años atrás, su rey tenía una obsesión con Hanagaki desde el momento que cruzaron las primeras palabras. Su cercanía en Toman no era como simples amigos cercanos, ni siquiera se trataba con cierta fraternidad como Mikey lo tenía con Draken. Algo mucho más fuerte, los toqueteos que Takemichi recibía de Mikey cuando conversaban, los celos que sentía Mikey de cualquier que tratara de entablar una conversación con el omega.
No era normal
En los pocos momentos que convivio con ellos dos, se sentía como la tercera rueda, y eso solo debería pasar cuando convivía con una pareja, dudaba que alguien lo hubiera notado e incluso si lo notaron, no hicieron nada al respecto.
Mikey se interesó con Hanagaki desde el primer momento que cruzaron palabras. Se convirtió en su sol, en algo suyo.
Desde hace semanas que Hanagaki llego hubo un drástico cambio en Mikey, aunque rara vez lo vea caminar por los pasillos de la mansión, obviamente con el peliblanco cerca suyo. Podría jurar que ya habría sido tomado, por el aroma apenas detectable del omega en su rey.
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Y allí estaban, meses habían pasados después del abrazo. Mikey durmiendo en el pecho de Takemichi, mientras que el ultimo acariciaba parte de su rostro y cabello, mientras tarareaba el ritmo de una canción que había escucho días antes de ser secuestrado en la tienda de CD's donde trabajaba.
Días después de haber llegado a la habitación del peliblanco, Mikey había iniciado con una rutina, por las noches desaparecía una horas y regresaba antes del amanecer, se acorrucaba cerca de Takemichi para comenzar a olfatear su aroma directamente de su cuello, mientras el omega era abrazado posesivamente durante el proceso. El alfa enredaba sus brazos por la cintura y sus piernas con la de Takemichi. Luego de estar en la misma posición durante unas horas el omega despertaba para levantar a que Mikey comiera el desayuno que era dejado afuera de la habitación. Cuando terminaban el alfa revisaba algunos papeles que eran traídos con el desayuno mientras apoyaba su cabeza en las piernas del omega. Su relación había mejorado considerablemente en los siete meses de convivencia.
