II

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Con su nariz rosada por el frío y sus zapatos llenos de nieve, entró a la biblioteca y saludó a James, un alfa mayor algo alto de tez blanca, barba, cabello castaño y unos ojos color miel, aquel alfa era el encargado de la biblioteca, incluso ya eran amigos.

- Hola James, ¿Cómo estás?- Preguntó amable, William.

- Hola Will, estoy bien gracias... ¿que tal tú?.- Habló James mientras acomodaba unos libros en su escritorio.

- Estoy algo bien.

- Oh, ya te enteraste que Javadd se mudará.- Dirigió su mirada hacia abajo, de una manera triste.- Lo extrañaré, era agradable en verdad.

- Sí, igual yo lo extrañaré... Eh, iré por unos libros y aquí están los que me llevé.- El omega entregó 2 libros a su amigo.

- Bien, gracias.- Recibió amablemente el alfa, y le sonrío a William.

No habían demasiadas personas, aproximadamente se encontraban tan sólo unas 6, y eso producía al omega sentir más seguridad.

William se dirigió a los estantes de los libros, fue a la sección más cercana para poder ver más.
Rozaba con las yemas de sus dedos los libros y sentía la textura áspera de cada uno, leía los títulos pero ninguno le causaba interés.

Su atención desapareció al escuchar un golpe en el suelo, algo se había caído, bajó la mirada y vió un libro de color café, viejo y con el título "The book" escrito en la portada, al momento de incarse para tomar aquel libro vió otra mano que poseía anillos a lado de la suya.

-Oops!

-Hola.

El omega percibió un aroma encantador a café, sabía que se trataba de un alfa, un alfa especial. Se quedó por completo hipnotizado. Miró al frente y observó a un chico con cabello largo, algo desordenado y con rulos color chocolate, vio esos ojos verdes y por primera vez el verde y el azul se encontraban en esa vida.

- ¿Es suyo?.- Preguntó William, tímidamente, mientras ambos se ponían de pie y el omega le entregaba el libro en la mano al alfa.

- Sí, de hecho lo acabo de comprar cerca de aquí, en una tienda algo... rara.- Respondió el ojiverde con una media sonrisa y aquellos hoyuelos.

- Ah... ya veo.- Dijo el omega, con una sonrisa tímida.

- Me llamo Edward. - Él alfa de manera educada estiró la mano hacia el menor en forma de saludo.

- Hola, es un gusto, soy William.- Contestó rápidamente tomando la mando de Edward. Al soltarla ambos sintieron una fría sensación en sus manos.

- ¿Vienes seguido aquí, niño?.- Preguntó en voz baja el ojiverde al omega, mientras su mirada estaba atenta a los demás libros frente de él, William sólo apreciaba el perfil que poseía el alfa.

-Uhmm... Sí, de hecho vengo casi diario, ¿Usted... es de por aquí?- Preguntó el omega tímidamente, pues nunca lo había visto.

- No, en realidad me acabo de mudar hace unas pocas semanas, sin embargo al enterarme de que existe una biblioteca cerca de donde vivo, no dudé en venir.- Contestó tranquilamente Edward, con un tono educado en su voz y una pequeña sonrisa en sus labios.

William no contestó nada, solo asintió y siguió viendo los libros. Poco después tomó uno que había captado su atención. Leyó la descripción de este, pero paró al escuchar la voz del alfa.

- Oh, ese es verdaderamente bueno, a mi parecer capta la atención del lector y tiene una buena trama.- Comentó el ojiverde.

- Bien... lo leeré.- Dijo William con una sonrisa pequeña.

- Excelente, estoy seguro que te gustará.

Después de unos segundos de escoger otros cuantos libros, Edward se despidió del omega

- Espero volver a verte William... pareces muy interesante, niño.- Dijo Edward con una sonrisa que mostraba los hoyuelos. El omega se sonrojó y apenas pronunció un "hasta luego".

El omega poco tiempo después se retiró de ahí, llevando felizmente el libro que había recomendado aquel extraño pero atractivo alfa.

El omega poco tiempo después se retiró de ahí, llevando felizmente el libro que había recomendado aquel extraño pero atractivo alfa

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"𝐓𝐡𝐞 𝐛𝐨𝐨𝐤"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora