XV

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El ojiazul se despertó a causa de los rayos del sol que entraban por la ventana, abrió por completo sus ojos y observó que se encontraba a unos centímetros del rostro de Edward quién estaba profundamente dormido.

Veía con detalle cada parte del rostro de su alfa, incluso cada "imperfección" para el omega era perfecto, tenía pocos lunares en su cara y un mechón rizado de su castaño cabello descansaba sobre su frente, William estaba encantado, el menor giró su cabeza hacia un mueble que estaba a lado de la cama, vió un reloj, pudo ver que era un poco tarde y sintió que Edward ya había despertado.

- Hola, buenos días.- Dijo el alfa mientras se frotaba los párpados.

- Buenos días... ¿Dormiste bien?

- Sí, muy bien de hecho, ¿y tú?

- Mejor de lo que creí.- Contestó en un suspiro, William.

- Me alegro... ¿Quieres desayunar?.- Preguntó el alfa mientras se levantaba de la cama.

- Sí porfavor.

- Bien, iré preparando el desayuno.- Edward bajó las escaleras y se dirigió a una amplia cocina.

Prendió la radio que tenía en la mesa y empezó a cocinar waffles, cantaba en voz baja las canciones que transmitían hasta que escuchó los pasos del omega acercándose a él.

- Mi madre y Peter serán enterrados por la tarde en el antiguo cementerio de aquí... está cerca.- Comentó en voz baja, William.

- Bien, te llevaré.- El alfa empezaba a mover sus pies con el ritmo de la canción.

- ¿Y Noah porqué no ha bajado?.- Preguntó curioso, William.

- Oh, se fue a trabajar, él es abogado y está llevando un caso.- Explicó el alfa y William asintió, el ojiverde se acercó al castaño y estiró una mano.- ¿Me concedes esta pieza, niño?

William aceptó y tomó la mano de Edward, así empezaron a bailar por toda la cocina, William y Edward reían alegres por sus pasos a destiempo y pequeños tropiezos. Los adolescentes en la cocina escuchaban las melodías y danzaban como si la cocina fuese una pista de baile.

Por la tarde ambos se encontraban en la habitación de William, limpiando y acomodando unas cosas y éste al quedar limpio tomaron asiento en la cama.

William sacó el libro y lo entregó al alfa.

- ¿Lo quieres leer ahora?.- El alfa tomó el libro mientras le preguntaba a William.

- Sí.

-Bien.- El alfa abrió el libro y comenzó a leer.- "Hoy me mudé lejos de la ciudad, lejos de ti, y quiero decirte todas las palabras que nunca llegué a decir la primera vez, recuerdo todo contigo, me diste tanto para recordar, el olor de tu perfume sigue atrapado en el aire y me pregunto si sigues pensando en nosotros. Me alejé porque no quería hacerte daño porque nada te hace más daño que lastimar a quien amas, pero sé que nos volveremos a encontrar, porque como lo prometiste en esta y muchas otras vidas más te seguiré amando.- Finalizó la lectura Edward.

- ¿Ese es el final?.- Cuestionó el omega.

- No, aún no termina, faltan pocas páginas pero esas las leeremos más tarde... ahora nos tenemos que ir para visitar a... a tu madre y a Peter, ¿Bien?.-William asintió y Edward acomodó el flequillo del omega que se encontraba en su frente, sonriendo con cariño.

Se prepararon para salir y antes de abrir la puerta, el timbre sonó. El alfa sintió un poco de miedo pues si no era Noah... ¿Quién más podría visitarle?

"𝐓𝐡𝐞 𝐛𝐨𝐨𝐤"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora