09 | Neville Longbottom

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a shy and different lion...
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07 de noviembre de 1977.
Hogwarts, Escocia.

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— H-HOLA… — dijo una voz nerviosa y ronca. Al bajarse la capucha mostró a un chico castaño, de ojos marrones y muy alto. Era casi la copia de un chico de Gryffindor. — Me llamo N-neville Longbottom.

Un chico de la mesa de los leones casi se desmaya al oír su apellido. Otra leona de la mesa bajaba la cabeza triste.

Neville carraspeó para sacar ese lado Gryffindor. — Mis padres son Frank y Alice Longbottom.

Frank se levantó y exclamó eufórico. Y la leona triste; Alice levantaba la cabeza sorprendida. El castaño fue casi corriendo hacia la chica que le ha gustado desde primer año y la beso con tanta pasión y tratando de demostrarle todo el amor y cariño que le tenía. Mientras los merodeadores de fondo apoyaban a su amigo y Lily sonreía por su amiga.

» Amm… P-papas déjeme seguir, por favor. — dijo Neville con una sonrisa apenada y un nudo en la garganta.

— Perdón, hijo. — dijo Frank sin quitar su sonrisa. Se sentó al lado de Alice que estaba tan roja como un tomate.

Neville tuvo que bajar su cabeza para que no se le vieran los ojos llorosos, era la primera vez que escuchaba esa palabra salir de los labios de su padre. Se tragó el nudo que tenía en la garganta y se armó de todo el valor y valentía que tenía. No quería mostrarles a sus padres que era un fracasado.

Ay Neville!, no entiende que así es perfecto.

— Tengo 16 años y estoy en la casa de Gryffindor. — dijo con orgullo, mostrando una pequeña sonrisa.

Los de la mesa derecha quedaron sorprendidos por la confianza que mostraba Neville. En la mesa izquierda solo sonreían con cariño y aprecio, más algunos leones.

» Am…. Me encanta la herbología y soy bastante bueno. — dijo con torpeza. Soltó lo primero que le venía en la mente, además no tenía nada más que contar. —. Cuando salga de Hogwarts quiero ser profesor o tener una tienda en el callejón Diagon de plantas.

Sus padres sonreían con ternura y amor a su hijo. Sin duda es un gran hombre, pensaba Frank orgulloso.

— Creo que eso es todo. — aclaró Neville, mientras pensaba qué más decir. —. ¿Preguntas?

Muchos chicos y chicas de Hufflepuff levantaron la mano, pero Neville le dió la palabra a su madre. La castaña hasta se había parado para que le diera la palabra, en eso se parecía bastante a su amiga pelirroja y una castaña de la mesa derecha.

— ¿Somos buenos padres? — preguntó con un poco de temor por la respuesta.

Neville boquio por un momento, para después girar y ver la mesa derecha donde muchos se encogieron de hombros. Así que miró a su ex-profesor, Remus asintió a su dirección y le dio una pequeña sonrisa de apoyo. El castaño tomó una gran bocanada de aire para poder hablar. La pareja ya se estaba asustando por como se puso su hijo.

— Bueno, m-mama…. — volvió a tragar saliva y sacar ese gryffindor. —, ustedes en realidad no me educaron sino mi abuela Augusta.

¡Puf!, soltó la bomba.

Alice había perdido el color de la cara y sus ojos se pusieron llorosos, tuvo que taparse la boca con una mano para ahogar un sollozo. Frank no estaba mejor, había perdido sus característica sonrisa ladeada y su rostro se había puesto pálido. Atrajó a su futura esposa a su pecho, abrazándola.

Estaba pensando lo peor y Neville se culpaba de eso así que lo arregló rápidamente.

— ¡No, no, no! ¡No están muertos! — exclamó casi gritando. Sus padres casi se desmayan, pero Alice seguía con los ojos rojos y llorosos. —, solo… están en San Mungo.

Sus padres lo miraron confundidos, al igual que los cercanos de la pareja. Los merodeadores y Lily casi se ponían a llorar también, Remus mayor solo tenía una sonrisa melancólica y trataba de animar a Neville de su asiento.

» Yo no…. No puedo. — dijo el castaño mientras bajaba la mirada.

Remus mayor se levantó de su asiento y se dirigió a su ex-alumno. Llegó a la tarima y se subió, se colocó al lado de Neville. Le acarició el hombro para tranquilizarlo.

— Yo me encargo, ¿Bien? — dijo Remus. El castaño le dió una mirada de agradecimiento, se quedó a su lado con la cabeza agachada. —. Alice y Frank Longbottom fueron unos de los primeros miembros de la orden del fénix, por ciertos acontecimientos que no puedo revelar porque no me corresponden, ustedes acabaron en San Mungo con daños cerebrales por la maldición Cruciatus.

Alice estaba soltando lágrimas silenciosas al igual que Frank. No lo podían creer, no lo querían creer. Neville no aguanto más y corrió hacia sus padres para poder abrazarlos, ha querido hacerlo por años.

La primera a quien abrazó fue a Alice; su madre. Ella rompió en llanto en los brazos de su hijo al igual que él. Se aferró a él como si su vida dependiera de eso. Frank se les unió, los rodeó a los dos y los presionó contra su pecho y lloró con ellos.

La mesa derecha sonreía con cariño a su amigo al fin se encontraban con sus padres cuerdos. Y la mesa izquierda solo bajaba la mirada y sonreía con tristeza, dos encapuchados de la mesa estaban llorando igualmente.

Alice se despegó un poco y tomó la cara de su hijo para mirarlo y sonreírle o mejor dicho trato de sonreír.

Lo siento tanto, perdóname por no estar contigo, en tu vida. — dijo aún con lágrimas en sus ojos. Neville negó y la volvió a abrazar.

Remus ya había bajado de la tarima y se sentaba en su mesa. Albus se levantó de su gran silla.

— Perdón por interrumpir está emotiva escena, pero que tal si comemos y nos animamos un poco. — dijo con una gentil sonrisa. La familia Longbottom soltó una risa y se sentaron juntos Alice aún tenía a Neville entre sus brazos.

Todos empezaron a comer aun un poco conmovidos por la escena de hace algunos minutos.

Cuando todos terminaron se fueron a sus salas comunes. Neville se fue con sus padres a la sala común de Gryffindor, para así poder dormir.

Vaya día y recién es el segundo. ¿Qué les esperará para los siguientes?























Me encanta Neville, se me hace muy tierno 🥺

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𝐂𝐑𝐎𝐒𝐒𝐈𝐍𝐆 || ᴊᴀᴍᴇs s. ᴘᴏᴛᴛᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora