My Sweet Peace » [Uchiha Itachi]

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La curiosidad lo atormentaba, no sabía que hacer, y aquello le perjudicaba, pues no estaba concentrado en nada.

"Soy papá" pensó aún sin creerlo.

¿Padre? Mentiría si dijera que nunca soñó con formar una familia con su amada Kazumi, pero las cosas se habían complicado impidiendo que ese sueño se hiciera realidad.

Pero ahora...

Resulta que la había dejado embarazada, y eso solo hacía que la culpa aumentara.

¿Su hijo habrá sufrido por ser hijo de un traidor?

¿Su hijo lo odiaba?

¿Kazumi lo odiaba?

No sabía ninguna respuesta a sus preguntas, pero quería saberlas, quería saber todo de su amada e hijo.

Cuando masacró a su clan lloró, lloró porque por el bien de las personas que más amaba había tenido que matar a sus propios padres, a su mejor amiga, a la mitad de su clan...

Todo por sus hermanos y Kazumi, porque sabía que si aquel golpe de estado seguía su curso ellos podrían morir, en esos momentos pensó en salvarlos, pero inconsistemente también había afectado a la pequeña criatura que en esos momentos se estaba desarrollando en la mujer que más amaba.

Un hijo... Un hijo en esos momentos no era lo que quería tener, pero tampoco es como si le enojara, es más, estaba feliz y emocionado de que del amor que él y Kazumi tenían había nacido un pequeño niño.

Ahora quería ir a Konoha, quería ver con sus propios ojos a su hijo, a su niño, a la nueva luz de sus ojos.

De alguna manera, el saber que era padre hacía que nuevas esperanzas crecieran en su ser, lucharia con uñas y dientes para que el niño que aún no conocía tuviera una buena vida, de ahora en adelante sería responsable del bienestar de su hijo.

Podía ser que el pequeño no lo conociera, que lo odiara, que aborreciera compartir sangre con él, le dolía, pero no importaría, como padre debía velar por él.

Se puso de pie, aún podía ver bien, ahora ya no malgastaria su vista con el Sharingan, no si quería ver a su amada e hijo, no si quería al menos ver el crecimiento de su niño por un poco más.

Sabía que por ser traidor y por su enfermedad moriría dentro de poco tiempo, pero en esos momentos no le importaba, aprovecharía todo su tiempo libre en ver a su familia, porque aunque ellos no lo supieran, para Itachi eran su amada y preciosa familia.

Un par de ninjas renegados miraban como tres niños y su sensei emprendian su viaje junto a un hombre mayor.

Estos por estar tan concentrados en el hombre que consumía alcohol no notaron como cierto ninja de cabellos negros los observaba y analizaba.