-¿Viste esa hermosa cara asombrada? -le pregunto a mi perro mientras nos dirigimos a casa. Ya está casi anocheciendo y acabo de dejar a Safira en el establo.
Después del incidente, me fui a dar una vuelta por el campo pues tenía mucho en qué pensar. Como si no tuviera suficientes problemas ya y ahora hay que añadirle otro más; al menos, respirar el fresco aroma de la naturaleza en primavera, me ha ayudado a calmarme aunque sólo sea por unos instantes. ¿Quién era ese hombre y cómo se atrevía a hablarme así? Puede que sea el hombre más guapo que he visto nunca, pero esa no era forma de hablarle a nadie y ¡menos a una chica! Por Dios.
-Debe estar muy amargado. -mascullo molesta. -¿No crees, Pulgoso? -mi perro sólo resopla y sigue caminando a mi lado.
Cuando voy llegando a la casa, noto que hay una enorme camioneta Ford F-150 negra, estacionada en el camino de entrada y eso es algo muy raro porque casi nunca recibimos visitas; no desde que nuestra granja se vino abajo y estamos casi en la bancarrota. Todos nuestros supuestos amigos nos dieron la espalda y ahora sólo estamos mamá, papá y yo, ah y Pulgoso por supuesto, tratando sacar Granja El Edén hacia adelante.
No sabía nada de esto hasta hace poco porque terminé mis estudios en Horticultura en la Universidad Central de Santa Fe, y regresé al pueblo para así ser de más ayuda en la granja que sería mía en el futuro. Amo cultivar y ensuciar mis manos con tierra, por eso elegí esa especialización. Tengo grandes sueños y proyectos que quiero hacer realidad en la granja para que vuelva a ser la misma de antes.
Curiosa y entusiasmada por conocer gente nueva, apresuro mis pasos hacia la casa para ver quién es nuestro invitado.
-Mamá, papá. ¡Ya estoy en casa! -grito desde la puerta y la cierro.
-Estamos en la sala, cariño. -contesta mamá con voz alegre.
Ya mi perro se me había adelantado y es cuando lo escucho gruñir y después ladrar, que entro en la sala y no pude tener una sorpresa más grande que ésta:
Sentado en nuestra sala, muy cómodo y tranquilo, ahí está: el hombre de al lado de la valla. Pero esta vez no me mira con enfado, me mira en estado de total confusión.
* * *
-¡Trixy, calma a tu perro por favor! ¿Y qué hace dentro de la casa de todos modos? -escucho que dice mi padre, pero no puedo moverme ni casi respirar. Entonces, cuando la comprensión de lo que este hombre me hizo pasar hace unas horas me golpea de lleno, siento que comienzo a enojarme...bastante.
Llevo en mi regazo, las manzanas que había recogido más temprano, así que las coloco en la mesita a mi lado. Él sigue mirándome, pero yo sigo dejando que mi perro le ladre y le gruña a nuestro "invitado especial" y aunque no estudié nada de teatro, pongo una linda y falsa sonrisa en mi cara.
-Hija, calma ese perro. Ya sabes que no nos hace caso, sólo a ti. -dice mi madre un poco impaciente. Con desgana, le digo a Pulgoso que se calle y todo queda en completo silencio hasta que papá anuncia:
-Trixy, este es nuestro vecino, Logan McRiver.
¡Qué! ¿Nuestro vecino? ¡Esto sí que no me lo esperaba! Y como todo un caballero se levanta del sofá. ¿Y dónde estaba esa amabilidad antes cuando lo vi por primera vez? Mierda. Parece más intimidante ahora que está más cerca. Ignorándolo completamente, me volteo hacia mis padres y confundida, les digo:
-¡Pero nuestro vecino es el señor Santiago!
-Era nuestro vecino y amigo, cariño y también vendió la granja. Ya sabes cómo está la situación económica últimamente. Ya nadie quiere comprar nada y si lo hacen, lo quieren barato. -noté como mi padre se desanimó un poco, pues estamos pasando por la misma situación.
Apenas sobrevivimos con las ganancias que obtengo de mis ventas de semillas y plantas o algún huerto casero que me encarguen para construir. Papá también hace algunos trabajos para otras granjas, ya que en la nuestra, casi no hay nada que hacer. Mi padre continúa:
-Santiago vive ahora en la ciudad, así que Logan compró su granja hace un año. Nuestro vecino aquí, vivió en Kansas...pero siéntate con nosotros para platicar un rato.
Ignoro su invitación y recuerdo vagamente que escuché una conversación entre mis padres sobre la situación del señor Santiago cuando vine de visita a la granja este último año de mis clases. No puedo creer todo esto. Desde que me fui muchas cosas han cambiado. Y mientras todo eso pasaba, ¿dónde estaba yo? Ah sí, quemándome las pestañas estudiando y enamorándome como una tonta de la estrella de fútbol de la universidad. Este último pensamiento me dio escalofríos.
Miro de nuevo a mi vecino de al lado, Logan. Un nombre muy lindo para un hombre también muy lindo. Así que es extranjero...con razón su acento es algo extraño. Todavía me mira, pero esta vez, su mirada azul es diferente...¡es intensamente azul! Puedo ver claramente, que todavía no se repone de saber que soy la hija de su vecino; la que había insultado y echado de mi misma propiedad hace un rato. Y como amabilidad con amabilidad se paga, digo:
-Eh...si, de todos modos no puedo quedarme porque tengo cosas más importantes que hacer, como por ejemplo, ir a mi invernadero a revisar algunos pedidos. Buenas noches.
Y de nuevo, miro primero a mi perro, después a él y digo: -Vámonos, Pulgoso.
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Mi vaquero de al lado (Corrigiendo)
Romance🍎BORRADOR🍎 Cuando Trixy Guerrero regresa a su querido pueblo Valle Esperanza después de terminar sus estudios en la universidad, no esperaba salir de un desastre para encontrarse con otro. Con la granja casi en la bancarrota, ella quiere ayudar a...