🍎BORRADOR🍎
Cuando Trixy Guerrero regresa a su querido pueblo Valle Esperanza después de terminar sus estudios en la universidad, no esperaba salir de un desastre para encontrarse con otro. Con la granja casi en la bancarrota, ella quiere ayudar a...
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Me estiro en la cama y me siento muy bien, pues dormí toda la noche en los brazos de mi esposo. La puerta de la habitación se abre y veo a Logan entrar con una bandeja en sus manos. Me levanto, pero me quedo sentada y estoy emocionada porque nunca nadie me ha llevado el desayuno a la cama.
—¿Cómo te sientes, nena? —me pregunta sonriendo.
—Mucho mejor. —contesto porque es verdad. Ayer fue un día difícil, pero dormir en sus brazos lo cura todo.
—Me alegra escucharlo y espero que tengas hambre, porque yo estoy hambriento. —dice con voz ronca y en sus ojos veo otro tipo de hambre. Se sienta a mi lado y le admito suavemente:
—Tengo mucha hambre también.
—Nena...no me tientes. Come primero que ya veré que hago con respecto a esa hambre.
Hago un pequeño puchero, él niega sonriendo y me da el desayuno. Me lo como todo y con ganas. Logan me mira sorprendido y aparta la bandeja cuando termino.
Él comenta:—Clara me dijo que ayer no te comiste la tocineta. ¿Tan mal estaba?
Oh, oh.
—Eh...sí, estaba mala. Muy mala.
—Entonces, le diré que tire el resto a la basura o que se lo dé a los animales.
—Sí, esa es una buena idea. —digo con voz apagada y él me mira sospechosamente.
—¿Hay algo que quieras decirme?
—No...nada. —Mierda. Soy muy mala mentirosa y Logan lo nota porque me está mirando fijamente.
—¿Qué pasó ayer Trixy? ¿Dónde estabas? —pregunta suavemente y sin aviso.
—Ya te dije, Logan. Estuve en el...
—No te creo. Lo preguntaré de nuevo y quiero la verdad, Trixy.
—Logan, yo...
—¡No! Quiero que...
—Estoy embarazada. —suelto de repente y todo se queda en silencio.
Él me mira fijamente por mucho tiempo, hasta que me pregunta de nuevo, pero esta vez sin aliento.
—¿Qué dijiste?
—Lo que escuchaste, Logan. Estoy...embarazada.
Mi esposo se levanta de la cama y se pasea por toda la habitación. Voltea a verme y me cuestiona:
—¿Estás segura?
—Bueno, cinco pruebas de embarazo dijeron que sí.
—¿Cinco?—pregunta estupefacto. —Eso era lo que hacías ayer ¿verdad? ¿Por qué no me llamaste?
—Logan, no quería preocuparte...
—¿Ibas a decírmelo? —pregunta con una desolación en sus ojos, que me dan ganas de llorar. Él cree que seré como Marisa. Con vehemencia, le aclaro:
