Capítulo 20

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Estoy en el nuevo supermercado del pueblo, comprando algunos ingredientes porque quiero hacer una cena especial para mi esposo

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Estoy en el nuevo supermercado del pueblo, comprando algunos ingredientes porque quiero hacer una cena especial para mi esposo. Clara ya me dijo que tendrá la tarde libre por lo que tendré la cocina para mi solita. Me encanta cocinar y quiero tener todo listo para cuando Logan regrese del trabajo, tengamos una velada romántica; aunque, todas nuestras cenas tienen su toque de romance, porque siempre estamos alimentándonos el uno al otro, conversando sobre las cosas que hicimos durante del día y como siempre nos ocurre, otro tipo de conversación silenciosa, invisible e íntima, está presente entre nosotros. Cielos. De sólo acordarme de la noche anterior...¡uff! Mi hombre es insaciable, pero me trata con mucho cuidado y no puedo tener suficiente de él. Deben ser las hormonas del embarazo, porque quiero a mi vaquero sexy todo el tiempo. Fue una noche muy placentera y aunque debería estar cansada, me siento excelentemente bien. Soy una chica fuerte. Estoy muy emocionada porque ya sólo me queda una semana para dar a luz y podré conocer por fin a mi bebé.

Hace un momento, Logan me llamó y me riñó porque vine sola al supermercado y quiere que regrese rápido a la hacienda. A veces me desespera un poco por lo protector que es, pero sé que lo hace porque me ama y porque se preocupa por mí y por el niño. Le dije que se calmara porque no voy a estar todo el día en el supermercado. De todos modos, ya tengo todo lo que necesito y me dirijo a la caja registradora para pagar. Todavía me asombro de la cantidad de dinero que hay en mi cuenta bancaria. Pasé de no tener nada a tener demasiado. Logan dice que ya me acostumbraré, pero no lo creo. Vivir con necesidades y ser pobre, no se quita de la noche a la mañana.

Estoy ganando un buen dinero con la producción de café y ayer le comenté a papá que quiero invertirlo en nuestra granja para que vuelva a ser la misma de antes, pero me dejó confundida porque me contó que tenía otros planes. Le pregunté cuáles eran esos planes, pero no quiso decirme. Espero que no sea lo que me imagino. No quiero que la venda y se mude a la ciudad con mamá, como han hecho algunas personas en el pueblo. Me comentó que ya no tengo que preocuparme por ellos, porque ahora mis prioridades son mi esposo y mi hijo. Como si pudiera. ¡Son mis padres, debo estar pendiente de ellos también! Salí de casa de mis padres desanimada y cuando llegué a la hacienda, Logan me preguntó qué me pasaba y le conté sobre la conversación con mis padres. Él se quedó callado, lo que me pareció sospechoso. Le pregunté, pero él sólo dijo que no me preocupara, que ya mi padre me dirá sus planes. Después me besó hasta dejarme sin aliento y me llevó a la habitación. ¡Hombres!

Salgo del supermercado y me dirijo al estacionamiento con uno de los empleados porque está cargando mis bolsas de compras. Abro la puerta de uno de los autos que hay en la hacienda y el chico acomoda las bolsas. Cuando termina, le doy las gracias y también le doy dinero por ayudarme. Él asiente con amabilidad, me desea un lindo día y se va sonriendo. Voy hacia la puerta del conductor, la abro y cuando voy a subirme, escucho una voz que me llama. Volteo a ver y me quedo sorprendida cuando reconozco que es Marisa Miller la que me ha llamado. Todavía sigue como la recuerdo: bien vestida con ropa cara y elegante, cabello impecable y con demasiado maquillaje en su rostro; un rostro que me mira con puro desdén.

Mi vaquero de al lado (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora