Capítulo 24

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—Taehyung ya se tardó mucho, ¿él está bien? —cuestionó el pelinegro luego de varias horas conversando con In Soo.

—Honestamente no lo sé, debe estar pasando por momentos difíciles ahora —guio su vista a Jungkook— ¿Crees que es buena idea que esté solo?

—Depende del grado de dolor que está pasando. Del uno al diez, ¿Qué tan mal rato debe estar pasando?

—Once, definitivamente —respondió al instante— si yo fuera él, me gustaría estar al menos acompañado. Con alguien importante abrazándome.

—Tú eres su amigo, podrías ir —sugirió Jungkook mirándolo atentamente.

—No, no tan cercano. Solo hablo con él porque era amigo de mi hermana y lo conozco desde que tengo memoria, sin embargo soy menor y eso dificulta un poco la relación de amigos.

In Soo pensó unos momentos, recordó como Taehyung había llevado en su espalda a Jungkook aún estando agotado y como se preocupó por saber del estado del joven. 

—¿Y tú? ¿De dónde lo conoces? Taehyung parece ser muy cercano a ti, a pesar de la edad.

—La verdad no —negó de inmediato— es solo que se está haciendo responsable de mí a pedido de mi hermano mayor. 

—Quizá deberías ver si necesita compañía, al menos pregunta —sugirió In Soo— deberías regresarle el favor que te está haciendo.

Jungkook luego de analizarlo un rato, accedió. Si bien no conocía la historia, ni el tipo de dolor por el que pasaba Taehyung, Jungkook podía ofrecer su compañía y apoyo.

Si Taehyung no la aceptaba, entendería. No todas las personas disfrutaban llorar en compañía, algunos preferían hacerlo en silencio, a solas. 

In Soo llevó a Jungkook en una silla de ruedas para no hacerlo caminar. Dejó que el joven ingresara solo a la habitación en la que estaba Taehyung.

—No me moveré de aquí, esperaré a que salgas —dijo In Soo soltando la silla de ruedas.

Jungkook asintió y posó su vista en la manija de la puerta, la abrió lentamente e ingresó después.

Poco a poco divisó a Taehyung arrodillado en el suelo, sus brazos reposaban sobre la camilla y su rostro estaba hundido en medio de estos.

Los sollozos eran evidentes.

Jungkook avanzó un poco y seguido de su acción, cerró la puerta. No se movió más.

—¿Sí? —Taehyung sintió que alguien había ingresado a la habitación, así que su rostro se levantó dejando ver sus ojos hinchados y cara empapada. 

No iba a negar que se sorprendió un poco al ver a Jungkook.

—Venía a ver si necesitabas algo —reveló acercándose hasta llegar al contrario— o alguien, nunca está de más la compañía.

Taehyung aún sin expresión, guio su vista a la camilla y con su mirada baja habló.

—Estoy bien así, saldré en un rato más —su vocecita había pasado de ser firme y serena a ser una voz rota y casi inaudible que era interrumpida por inspiraciones entrecortadas.

Era lo que ocurría cuando se lloraba de verdad, el dolor no cabía en el cuerpo y buscaba salir de cualquier modo dejando indefensa y vulnerable a la persona. 

Pidiendo a gritos el apoyo de alguien más, de quien sea.

—Está bien —respondió el menor dando media vuelta para no incomodar más a Taehyung.

El mayor observó a Jungkook girando y cuando le dio la espalda, las ganas de ser abrazado le ganaron.

Entre llantos, tomó la mano de su menor haciendo que lo mirara de inmediato. Taehyung no podía hacerse el fuerte en aquellos momentos.

Mientras las lágrimas caían por su rostro, su cuerpo se levantó ligeramente de tal manera que ya estaba a la altura de Jungkook. No dudó más y se lanzó a abrazarlo.

—La extraño mucho, Jungkook —reveló adhiriendo su cuerpo al de Jungkook, buscando unos brazos cálidos que acogieran su tristeza— ¡La extraño como no lo imaginas! —repitió con fuerza.

Jungkook podría no saber de lo que se trataba, pero la forma en la que Taehyung había soltado aquellas palabras... el sentimiento de angustia y tristeza con el que las emitió fueron suficientes para humedecer sus ojos.

El ambiente se había vuelto melancólico, los llantos de Taehyung sonaban como una triste canción que no paraba de repetirse. 

Y su voz se oía como la de un pequeño niño que suplicaba por ayuda, gritaba con todas sus fuerzas para recuperar lo que se le había sido arrebatado.

Jeon reaccionó, bajó lentamente de la silla de ruedas y sus brazos también envolvieron el cuerpo de Taehyung. 

Dos extraños abrazados en una misma habitación. Eran como un par de niños tristes que sin querer sufrían por el mismo sentimiento.

[...]

—Con cuidado, traten de estabilizar la camilla si la ambulancia llegara a moverse bruscamente.

El señor Lee le estaba dando recomendaciones a Namjoon y Yeseo quienes irían encargados de sostener la camilla de Seok Jin.

Mientras hablaba, su vista se desvió accidentalmente a Jimin, Yoongi y Hoseok. 

Especialmente se fijo en Yoongi... en su antebrazo descubierto.

La manga del brazo que reposaba sobre el hombro de Jimin se había levantado.

Su mordida estaba expuesta.

El señor Lee no pudo esconder su sorpresa al notar aquella marca. Los jóvenes que estaba ayudando tenían un infectado entre ellos y no habían mencionado ni una sola palabra acerca del tema.

Jimin sintió una mirada así que giró su vista y se topó con la del señor observando asombrado un punto en específico.

Notó de inmediato que era debido a la mordida descubierta de Yoongi.

El rubio sintió su cuerpo tensarse y rápidamente su mano se posicionó sobre la marca de Yoongi.

Aceleró el paso haciendo que Hoseok lo siguiera, estaba nervioso, lo habían descubierto.

El hombre mayor se sintió confundido ante la actitud del joven.

¿A caso la mordida era un secreto?

No le encontraba otra explicación al comportamiento observado.

—¿Señor Lee? —llamó Namjoon sacando al hombre de sus pensamientos— ¿todo en orden?

—Disculpa joven —el hombre aún desconcertado por lo que acababa de descubrir miró a Namjoon— todos en este grupo, ¿se encuentran bien? Ni un rastro de infección ¿cierto?

El joven arrugó el ceño frente a la pregunta, ¿el hombre sospechaba en tan poco tiempo? 

—Hace poco, un chico del grupo perdió a su hermano mayor por la infección... pero nosotros estamos todos bien —afirmó falsamente tratando de lucir convincente.

—Ya veo —el señor notó que el chico mentía, sin embargo la chica a su costado se mostraba segura acerca de lo que acababa de escuchar. 

No todos en el grupo conocían la verdad. Y que la situación siguiera como estaba, se encontraba en las manos del señor Lee.

En su prudencia o su silencio. 

La vida de Yoongi ya no solo sería limitada su infección, sino que podría terminar más rápido de lo que pensaba si es que su secreto era revelado. 

Óbito Z |En Busca De YoomiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora