Capítulo 44

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—Por fin —dijo Jungkook alegre de haber conseguido quitar todos los restos de excremento de ave de su cabello— espero que no me regañen por gastar agua, aunque de todos modos era necesario.

El chico sacudió un par de veces su cabeza haciendo que su cabello empapado soltara gotitas a todos lados.

—No, necesito una toalla o un trapo, de este modo nunca lograré secarlo —comentó mirándose al espejo.

Sus manos fueron a su cabeza y sus dedos se enredaron en sus cabellos ligeramente largos. Se veía como un erizo.

—¿Debería cortarlo? —cuestionó para sí mismo.

Lo pensó un poco, pero terminó convenciéndose. El chico salió del baño en dirección al techo donde había visto unas tijeras de jardinería.

En esos momentos, dentro de sus pensamientos cortarse el pelo con unas tijeras gigantes tenía algo de lógica.

No fue hasta que regresó al baño y que un mechón de su cabello yacía en sus manos que se dio cuenta de la tontería que había hecho.

—¡Mi pelo! —gritó alarmado— No, no, no, ¿Qué me hice?

El chico pegó su cara al espejo, viéndose de cerca. Había cortado justo en el centro, así que los costados aún seguían algo largos.

—Debo emparejar esta atrocidad.

Como si un corte no hubiese bastado para entender que era una mala idea, él siguió y siguió hasta que ya casi no tuvo más cabello para cortar.

—No puede ser —comentó soltando las tijeras y cubriendo su boca con las manos— ¿¡Qué me hice!?

Mas bien que no se hizo, el jovencito había arruinado su cabello y deseó más que nunca que su hermano estuviera allí para poder arreglarlo.

No quiso seguir viéndose al espejo, quería que alguien tratara de enmendar el daño. El primer nombre en el que pensó el chico fue In Soo.

Dio unos pasos y se detuvo, estaba paranoico en esos momentos ¿Y si su amigo le contaba a su padre que Jungkook había malgastado agua?

No se quería arriesgar, pensó en más personas, pero ninguna era suficientemente cercana a él. A excepción de alguien. 

Sabía que estaba corriendo hacia la habitación de Taehyung, el joven que le gustaba, y arriesgándose a una humillación de por vida. Su cerebro no dejaba de repetírselo en cada paso que daba.

Pero era perder unos minutos de dignidad frente al mayor o sacrificarla por el resto de días hasta que su cabello creciera nuevamente. Definitivamente debía pedirle a Taehyung que lo ayudara.

Al llegar, golpeó la puerta para ingresar y el que dormía se despertó del susto.

—Ayuda —emitió Jungkook desde la puerta.

[...]

—Siento mucho si no es de tu agrado, pero creo que quedó bien a comparación de como estaba antes.

—Gracias Taehyung —dije mirándome en el reflejo de una ventana— sigue siendo muy corto, un poco más y parece que voy a servicio militar.

—Un poco menos dirás

Solté una bocanada de aire al estar frustrado ante su comentario. 

—Te ves bien, tus ojos se ven más grandes porque tu cabello ya no los cubre —realizó una pausa ya que yo fruncí el ceño en señal de negación— Oye

Ante su llamado, giré mi vista y él me sonrió.

—Enserio, no te ves mal. Y si te lo dejas crecer entonces ya no cubras tus ojos —acomodó algunos cabellos rebeldes de mi frente— son lindos.

Allí estaba de nuevo ese rojo en mis mejillas, a este ritmo mi piel se cambiará a color rojo como predeterminado.

—¿Te gustan mis ojos? —decidí preguntar.

—Sí —respondió casi de inmediato aún mirándolos.

Taehyung no cayó en cuenta de su respuesta hasta que su mirada de desvió por accidente.

Al notar que se había quedado mirando de tal modo, decidió aclarar la garganta.

—Es decir, cumples el estándar de belleza tradicional, sería imposible que alguien te diga que son feos.

Sí, Taehyung, trata de arreglarlo. Yo ya estoy feliz con lo que dijiste.

—Tú también tienes ojos muy lindos, me parece que no es lo único que lindo de ti.

Lo había hecho, ¿me insinué demasiado?

Me importa poco, debo aprovechar cualquier momento.

—Gracias, Jungkook —respondió desviando la mirada y tragando saliva.

—Digo la verdad, me pareces alguien atractivo.

Taehyung ya no sabe en donde posar la mirada, está nervioso. No hay que ser adivino para saberlo. 

—Lo siento por hace rato —soltó de repente— te eché de aquí.

—Descuida, estabas cansado, no me molestó.

—La verdad, no, no estaba cansado.

—¿Entonces?

Taehyung por fin me miró, pero se notaba inseguro.

—Dejémoslo en que no estaba cansado.

Yo asentí y no pregunté más para no caer pesado.

—De ser así, ¿no te incomoda que me quede ahora?

Él negó

—Bien... ¿Cómo vas con el dolor?

—Estoy mejor, el señor Lee me da bebidas calientes que a decir verdad ayudan mucho. Y eso que no creía en la medicina tradicional.

—Me alegra que sea así, no me gusta para nada verte adolorido.

—¿Quieres ver el avance?

—¿Ver el avance?

Él bajó su vista a la camisa que cubría su parte superior y llevó sus manos a los botones.

Abrí mis ojos en grande cuando dejó al descubierto su pecho y giré la vista de inmediato. Escuché cómo despegaba algo y luego me llamó.

—Mira, esto se ve realmente mal.

Regresé mi mirada lentamente y logré ver la herida de bala, un agujero en su piel.

Casi vomito

Así que cubrí mis ojos de inmediato.

—¡Cúbrelo! ¡Cúbrelo ahora! —pedí.

—Lo siento mucho —comentó asustado— no quería espantarte.

—No vuelvas a mostrarme eso, da miedo que tengas un hueco de bala al descubierto —supliqué.

—Ya está —comentó provocando que bajara las manos de mi rostro.

Cuando lo vi aún seguía sin camisa. A pesar de las vendas puedo ver sus pectorales, pero soy curioso.

No no no, Jungkook ¡no caigas en pecado!

No pude evitarlo, soy débil, pero frente a Kim Taehyung nadie se aguantaría.

Así fue como mi vista se fijó en su abdomen ligeramente marcado. No ha estado comiendo del todo bien, disminuyó la poca grasa de su abdomen. 

—¿Jungkook? ¿Todo en orden?

—Sí... todo en orden —respondí levantando la vista poco a poco.

—Oh, rayos —dijo observándose en el espejo— mi masa muscular ha disminuido, mis músculos ya casi no están —comentó triste.

—Yo te veo bien, tienes un cuerpo musculoso.

—Espero que no sea solo para hacerme sentir bien.

Yo sonreí, habría continuado la conversación de no haber sido por el grupo de Park Jimin, que estaba en la puerta de la habitación.

Ni Taehyung, ni yo tuvimos oportunidad de decir algo, pues Yeseo habló.

—Hoseok salió en busca de Jimin.

Óbito Z |En Busca De YoomiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora