Epílogo

193 27 3
                                    


Notas: La ultima canción esta al inicio

CAPÍTULO XVIII—EPILOGO

Viernes 18 de marzo.

Se terminó de arreglar la camisa y los tirantes. Se vio al espejo, se veía muy bien con ese atuendo: un pantalón negro con tirantes del mismo color, una camisa blanca con unos gemelos dorados, y su cabello estaba ligeramente desordenado. Se pasó la mano sobre su melena ahora corta, nunca antes había considerado tenerlo de esa forma, pero con el accidente una herida profunda la había hecho sangrar mucho, lo que llevó a los médicos a tomar una decisión. Se le veía bien, la hacían parecer más suave pero a la vez más segura, como un árbol frondoso que perdió sus hojas en el invierno pero que con la ilusión y calor de la primavera retoñaría más fuerte.

— Catra —llamó una voz desde la sala — ¿Estas lista? Recuerda que hay que llegar temprano.

— Voy —gritó devuelta.

Tomó su saco y después de echar una última mirada al espejo salió para encontrarse con una mujer rubia en un increíble traje blanco con toques dorados.

— Hey Adora — saludó con una voz sensual pero dulce.

La doctora volteo a verla y la morena sonrió al ver como esta se sonrojaba.

— Catra —dijo mientras se atragantaba con su propia lengua— T-te vez genial.

— Y tu también te vez muy guapa

La pianista entonces se acercó a ella y le acomodó las solapas del saco.

— Debo admitir que brillitos sabe lo que hace. Ahora vamos flamante dama de honor, si llegamos tarde a la boda Glimmer tendrá mi cabeza.

Pudo notar como las mejillas de la rubia se volvieron de un color carmesí más oscuro, pero eso no impidió que la siguiera afuera.

Se dirigieron al lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia. Los novios había decidió hacerlo en una vieja hacienda familiar fuera de la ciudad. Catra le sorprendió saber que la mujer bajita provenía de una familia de abolengo. Tal parecía que el apellido Brigthmoon era tan antiguo como la ciudad misma.

El evento fue un espectáculo de lo más agradable. Adora y Adam había sido la dama de honor y el padrino respectivamente. Glimmer y Bow se dijeron sus votos y posteriormente se dieron los anillos.

Catra, al ver eso, no pudo evitar pensar en lo que es el matrimonio. Ella seguía convencida que no era más que una atadura que traería más presión que beneficio, pero después de ver la devoción y cariño con la que la pareja se hablaba, concluyó que a algunas personas les quedaba bien eso de jurarse amor eterno frente a un público.

Tenía curiosidad de cómo se desarrollaría aquella relación, por lo que sabía ambos ya vivían juntos y aun se veían enamorados: como dos adolecente que se miran y entienden sin hablar. Solo el tiempo podía decir que si aquella relación tendría futuro y prosperaría, pero si le preguntan ahora mismo si creyera que aquel amor permanecería así por años, ella tal vez lo creería.

— ¿Porque tan distraída?

Estaba tan atrapada en sus pensamientos que no había visto que Adora se había acercado a ella.

— Pensaba en lo sexy que se ve la dama de honor

Un ligero rubor subió por la cara de la doctora, sin embargo esta contestó: — Y la sexy dama de honor te puede invitar a bailar.

Como si fuera una señal la orquesta empezó a sonar, Adora había extendido su mano hacia ella y Catra la tomó sin dudarlo.

Se movieron y balancearon por un rato hasta que Catra reconoció la canción que estaba sonando.

Come BackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora