~.15.~

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Selena directamente me odia y Bryan tampoco me tiene ningún aprecio, así que no podía dejar de sospechar de su presencia aquí. Por su parte Jasper no había dicho ni una palabra desde que llegó.

—Owens —tomé su atención — Quédate.

La expresión de Bryan demostraba que estaba completamente en contra pero el moreno ni siquiera se fijó en él. En cuanto quedamos a solas se sentó en la silla junto a mí y me mostró un ramo de rosas que había mantenido oculto tras su espalda.

—Creo qué sabes por qué quiero hablarte.

—Refresca mi memoria.

Su rostro inexpresivo empezaba a irritarme. Para mí es crucial leer a las personas pero él... es como si el propio Jasper pensara que no hay nada que merezca ser visto.

—Hace tiempo me dijiste que me cuidara de los ángeles negros. Me hice una idea equivocada pero después de la muerte de Carl empiezo a creer que es un grupo criminal.

Para mi sorpresa largó una carcajada. Qué le da tanta gracia? Ni idea. Aunque se ve muy guapo cuando sonríe... Céntrate, Morgan!

—Tienes derecho a hacer tres preguntas... Es decir, solo voy a responder tres.

—Me pondrás condiciones?

—Si juegas en mi tablero, será con mis reglas. Y eres bastante inteligente como para resolverlo tú solita.

A qué venía ese juego tonto? Es posible que se trate de un criminal, varios si tenemos en cuenta que dijo "ángeles" y no "ángel".

Medité un poco mis opciones. Todo en la vida se trata de saber a qué estás dispuesto a renunciar.

—Primero: Qué son los Ángeles Negros?

—Pregunta incorrecta. Eso ya lo sabías.

—No juegues conmigo Owens —en definitiva me saca de mis casillas.

—Te daré otra oportunidad. Vamos.

—Bien —bufé —Quiénes son? Quiero nombres.

—Eso nadie lo sabe —ante mi mirada irritada sonrió —No pidas imposibles y has la otra pregunta.

—Cómo sabes de ellos?

—Olvidas que sigo perteneciendo a la rama investigativa? Soy hacker y he estado haciendo un poco de trabajo extra. Es todo lo que puedo decirte.

Estaba decidida a sacarle algo más hasta que Mira y Manú entraron. La primera tenía los ojos rojos y al verme un par de lágrimas recorrieron sus mejillas. El de ojos miel, por otro lado, fulminó a Jasper con la mirada.

—Penny —logró articular la chica de piel morena entre sollozos —Lo siento...

—Por qué? Incluso contigo ahí habría entrado —se posicionó del lado contrario al intocable y apreté su mano —Yo asumo mis actos y...
Si puedo salvar al menos una vida no me lo pensaré dos veces.

Se sorbió la nariz intentando mantener la compostura.

—Además —continué —Me diste el mejor día que he tenido en mucho tiempo. No me arrepiento de nada.

—Lamento interrumpir la hermosa escena pero debo irme —a pesar de sus palabras en su tono no había ni una pizca de ironía.

Acto seguido, Jasper se levantó y salió, no sin antes volver a ver a Manú con cierta tensión.

—Cómo está él? —Mira me vio con el ceño fruncido hasta que lo entendió.

—Las quemaduras son graves y sigue inconsciente. Su nombre es Robert Harts.

La Capital De Los AsesinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora