6

9 0 0
                                    

Léa

Seguimos en la misma posición que teníamos actualmente sintiendo la mirada de la persona que no conocíamos aún sobre nosotras.

El tiempo iba trascurriendo muy rápido, demasiado a mi parecer, la ventaja por un lado es que Laila está algo calmada, así que podemos pensar de mejor manera.

Tratar de calcular un plan donde solo estamos dos personas y sin margen de error es una gran tarea.

Sobre la mesa de la sala estaba la computadora de Laila, habíamos hecho una especie de tablero en power point con el pro y contra del nuestro pequeño plan.

- Hay más desventajas que ventajas, es algo frustrante la verdad – suspira lanzando de manera repetitiva una pelota de tenis hacia la pared.

- La única ventaja para nosotras es que estará en la fiesta que dará mi familia – me tiro en el sofá al lado de ella.

- ¿Será este su objetivo? – preguntó deteniendo su anterior acción y mirando un punto fijo.

- ¿El qué?

- Vernos débiles.

Soy humana.

¿Okey?

Puedo cometer todos los errores del mundo, hasta los más imperdonables, pero soy humana.

Si, sigo teniendo grandes errores que posiblemente pagaré luego.

No pido ser la mejor persona del mundo, pero si demuestro mi debilidad, cualquiera podría derrotarme fácilmente.

Y no he batallado por varios años para llegar a este punto y rendirme.

No hoy, no mañana, ni pasado y mucho menos no ahora.

¿Hay miedo?

Claro que lo hay, en todas partes lo hay, hasta la persona más fuerte tiene miedo, el truco es demostrar lo contrario.

- Hemos avanzado demasiado, no... no podemos – las palabras no salían de mis labios, era como si aún seguía procesándolo.

- Dejarlo todo – completó por mí, quitando su mirada donde la tenía fija y me miró.

Solo puede asentir, regresó su mirada a la ventana, tomó fuerza y se levantó del sofá cerrando la computadora – Esta vez, te propongo que no hagamos nada, iremos a esa fiesta, la pasaremos genial, la disfrutaremos y luego vemos que hacemos con lo demás ¿Va? – dijo esperando una respuesta por mi parte.

- Va – contesté, puso su mano sobre mi hombro como señal de apoyo por unos segundos, luego la soltó alejándose del lugar.

Pensar con la mente fría me gusta mucho, es un momento que valoro demasiado, el simple hecho de tener tiempo conmigo misma es demasiado hermoso.

Batalla interna infernal (con el demonio interno) desde la perspectiva o vivencia personal de Léa. Parte 1/3

El lugar se encontraba en absoluta oscuridad, mis ojos veían todo de manera borrosa, frotaba con cuidado mis ojos, al terminar la acción, vi una figura en la puerta.

El sonido de sus botines resonaba por la habitación, vi su figura frente a mí y fue justo ahí cuando pude verla con claridad.

- ¿Cuánto tiempo me he ido? Demonios, te ves fatal – comenta analizándome lentamente.

- Uno muy largo supongo.

- Ey, no deberías estar así, pensé que con lo de Vanessa estarías más feliz – dijo algo seria.

Sálvame... Por favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora