Capitulo XXXII

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¡ATENCIÓN!
¡ESTE CAPÍTULO NO A SIDO REVISADO NI CORREGIDO, PUEDE TENER FALLAS DE ORTOGRAFÍA Y DE GRAMÁTICA!.

Wang Yu Ran.

"Te amo"

Vienen a mi mente sus palabras y me detengo antes de cortar su cuello.

Shi Wang toma su espada y me atraviesa el estómago, gritando la entierra mientras camina asiendo que la herida se haga más profunda.

Comienzo a sentirme muy débil, muy cansada y con sueño, pero no puedo dormir, el dolor es insoportable.

Las lágrimas salen de mis ojos y miro la herida. Shi Wang saca la espada y mis piernas pierden la fuerza y termino agarrándome de la ropa de Shi Wang.

Toma mi cabeza y caigo al suelo. Llorando lleva sus manos a mi rostro — volveré por ti, estarás bien — Shi Wang une nuestros labios en un beso.

Deja con cuidado mi cabeza en el suelo y se marcha al palacio.

Miro al cielo y las lágrimas llenan mis ojos. Escupo sangre, respiro rápido y profundo, llevo mis manos a mi vientre y lo único que puedo sentir es un hueco. — Shi Wang ¿Por qué? — susurro preguntándome a mi misma.

El final siempre será igual ¿Estoy destinada a ésto? Solo quiero ser amada.
Esto es un sueño, una pesadilla. Shi Wang me ama, no me haría esto, prometió protegerme, todo está bien.

Estoy cansada ¿Por fin me dejarán descansar? Mamá tu hija ya no quiero vivir, eh perdido.

Song Shi Wang

Corro rápido abriéndome paso hasta la habitación del emperador pero me la nada salen los guardias de elite de Yu Ran.

Muestro la insignia — nosotros seguimos órdenes de Yu Ran no de un pedazo de oro — advierte uno de ellos.

— ella ya esta muerta — contesta Xiao Yu.

— entonces vengaremos su muerte.

Los guardianes nos atacan matando a varios de mis hombres pero somos muchos más y en cuestión de minutos son reducidos a nada.

Entro a la habitación del emperador pero cuando me acerco está muerto en su cama.

Llegan los guardias y mis hombres — larga vida al emperador, larga vida al emperador — repiten todos una y otra vez mientras se arrodillan ante mi.

Regreso a la entrada del palacio y busco a Yu Ran, la herida y la perdida de sangre podrían matarla si no la trato rápido.

Llegó al lugar donde la deje pero lo único que hay es un charco de sangre. Miro por todos lados y ni siquiera está el cuerpo de Ki Jin está.

¿Dónde está? Yu Ran ¿Dónde estás?.

— ¡Sun Ho, Xiao Yu! — entro al palacio imperial y todos se arrodillan.

— ¿Si? joven amo … su majestad.

— Yu Ran no está, debió haber ido por su gente.

Una pequeña tropa me acompaña a la mansión, en cuanto llegamos matamos a los guardias que custodiaban la puerta.

— ¡Yu Ran! ¡Yu Ran! — grito su nombre mientras busco por todos lados pero no hay respuesta.

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