Capítulo VIII

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¡ATENCIÓN!

ESTE CAPÍTULO NO A SIDO REVISADO NI CORREGIDO, PUEDE TENER FALLAS
TE ORTOGRAFÍA Y GRAMÁTICA.

Wang Yu Ran

Recordar a mi tío me hace sentir como la persona más miserable que hay.

Pero debo seguir adelante, el sacrifico su vida por la mía, debo vivir para que su muerte no sea en vano y después me reuniré con el y le agradeceré en persona.

El desayuno con la emperatriz, es tranquilo. Ella habla sobre todo lo que a pasado en los años que no estuve aqui y yo le hablo sobre mis días en la frontera.

— Yu Ran supe de tu pelea con el primer príncipe.

— el se lo merecía — le doy un sorbo a mi sopa.

Ella me golpea en el brazo y arruga la frente— eres tan descuidada, no puedes golpear a un príncipe.

Recuerdo todas las veces que He Yue me golpeó y humilló, eso solo hace que me hierva la sangre — ¿Pero el si puede golpearme? — digo molesta.

— Yu Ran — el hermano mayor Ki Gu aprieta ligeramente mi hombro, haciendo que me tranquilice.

Suspiro — se que no debo hacerlo — miro a la emperatriz — no se preocupe su alteza no le daré más preocupaciones.

— me preocupa que estés en peligro,la corte real y la familia imperial es igual a una guerra,en ambas tienes que tener cuidado y pensar bien tus pasos, cualquier acción errónea puede matarte, cualquier persona puede traicionarte y como tanto puedes ganar como puedes perder.

— en estos cinco años eh aprendido mucho y sé que no hay lugar para equivocarse,pero también sé que si no arriesgas no puedes ganar nada y que los cielos decidirán si quieren que vivas.

Después de desayunar con la familia de la emperatriz me dirijo a la mansión Yu.

Cuando llego a mi señorío viene Hu Fong mi guardia de confianza.

Hace una reverencia — princesa la persona que estaba esperando a llegado.

— que pase.

— si.

Hu Fong trae consigo a Shi Wang, cuando esté me ve hace una reverencia de rodillas.

— saludo a su alteza.

— eh eh eh levántate  — tomo sus brazos y le ayudo a levantarse — no es necesario que hagas eso.

— estoy eternamente agradecido con su alteza.

— si no me hubieras advertido del licor solo dios sabe lo que me hubiera pasado,yo soy quien está agradecida,pero no sé lo eh agradecido correctamente — hago una reverencia sencilla — gracias.

El toma mis brazos y me endereza — por favor princesa no me agradezca.

— serás primero asistente de médico, con el tiempo y la práctica te convertirás en aprendiz, y quién sabe tal vez te conviertas en medico imperial.

Sonrío a lo que él me devuelve la sonrisa.

Caminamos por los pasillos de la mansión hasta el patio del médico de mi mansión.

— ¡L princesa está aquí! — hacen llamar mi llegada.

De la área del huerto sale un anciano, el hace una reverencia y me saluda — saludos princesa.

— ya le dije que no son necesarias las formalidades tío Yong ,por favor de pie.

— gracias — dice el anciano de cabello blanco.

Tomo del brazo a Shi Wang y lo acerco a mi — el es Shi Wang, me salvó la vida la noche anterior — el viejo Yong me mira sorprendido — no se preocupe estoy bastante bien, el con tan solo oler el licor supo que tenía algo — miro a Shi Wang y sonrió — estoy segura que sus habilidades nos serán de gran ayuda, lo eh traído aqui para que esté bajo su cuidado.

— acepto su orden su alteza.

— Shi Wang el viejo tío Yong es muy buena persona, el te cuidara muy bien.

Shi Wang hace una reverencia — no soy capaz de pagarle toda su amabilidad.

— joven ama el emperador solicita que se presente en el palacio — dice uno de los guardias.

— Hu Fong vámonos.

— como ordene.

No perdemos tiempo y vamos al palacio montados en caballos, pasamos rápidamente por el mercado.

Una vez que llegamos anuncian mi llegada y me dejan pasar.

La corte está llena de varios funcionarios y de altos generales de todo el reino.

— saludo a su majestad — me arrodilló ante el emperador.

— de pie.

— gracias su majestad — me levanto y escucho que anuncian la llegada de He Yue.

— saludos padre emperador — dice mientras se arrodilla.

Yo quisiera poder decirle padre.

— de pie hijo mío — dice el emperador mientras mueve su mano.

Yo quisiera que me dijera hija.

— dentro de veinte días vendrá de visita el emperador de Wei para negociar un tratado de paz — explica el emperador — todos los generales y funcionarios de la corte están aquí para garantizar la seguridad de el emperador Wei, Yu Ran — hago una reverencia — como dueña del sello de los ejércitos tienes el ejército más grande por lo que deberás escoltar personalmente a su alteza hasta el palacio.

— acepto su orden su majestad.

— Príncipe He Yue — hace también una reverencia — tú como el primer príncipe recibirás a su alteza.

— si padre.

— los generales trazaron una ruta segura y los protegerán en todo momento, en caso de que el emperador intente algo estarán listos para atacar.

Después de la reunión con el emperador me dirijo a la salida del palacio y espero a que Hu Fong traiga los caballos para irnos.

— espero que esta vez entiendas tu lugar — no necesito mirar para saber de quién se trata — contestame — ordena pero yo sigo ignorando — ¡Contesta! — toma mi cabello y lo jala con fuerza.

Quito su mano de mi cabello y lo miro — ¿Que demonios quieres?.

— entiende tu lugar.

— si — lo miro — se que mi lugar es proteger a un inútil — Hu Fong trae los caballos, hago una reverencia y lo miro arrogante — me despido su alteza y no se preocupe yo lo protegeré.

— ¡¿A quien le dices inútil?!.

Me subo a mi caballo y nos vamos a mi mansión.

— Hu Fong haz que preparen las habitaciones de visitas, varios funcionarios se quedarán aquí.

Hu Fong hace una reverencia y se va ,ese chico es muy callado, pero el antes no era así.

El solía ser un buen amigo de Min Bin y mío, a pesar que su familia era de origen pobre y Min Bin y yo de buena familia eso jamás nos importo.

Un día la capital estuvo bajo ataque enemigo, por suerte Hu Fong estaba con nosotros jugando en el palacio pero por desgracia su familia no tuvo la misma suerte, no tenía a nadie que lo cuidara así que se quedó conmigo como compañero de juego pero cuando me fui lejos el vino conmigo y nos volvimos fuertes los dos.

Pero se volvió más callado y reservado, cuando éramos niños las etiquetas no existían, ahora están presentes todo el tiempo.

Parece como si nunca nos hubiéramos conocido.

Ahora somos unos desconocidos.

Ahora somos amo y sirviente.

Otra persona que me ha dejado.

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