Capítulo 37 La demanda

9.2K 459 15
                                    


Dos semanas después

Cuatro hijos.

Hace apenas un par de semanas que nos hemos enterado que vamos a ser padre de cuatro hijos y no puedo negar que justo en ese momento, por poco me da un infarto en pleno consultorio. Sin embargo, una vez que vi a mis pequeños bebés en esa pantalla, sentí que toda mi vida comenzaba a tener sentido. Estaba maravillado, porque la vida me había premiado con mucho más de lo que había pedido.... Una mujer maravillosa y los hijos que tanto deseé.

Al mismo tiempo me he puesto a pensar en lo cerca que estuve de perderlos. Nunca antes había estado tan aterrorizado, como cuando vi la vida de Claudia, amenazada y a punto de ser asesinada por la que fuera mi ex prometida. Con respecto a eso, no tengo claro aún, qué decisión tomar, porque lo que ella hizo, además de excesivo es imperdonable. Claudia y yo, no hemos vuelto a hablar de lo que ocurrió ese día y prefiero que haya sido así, porque sé que la afectó mucho y no quiero traerle recuerdos difíciles y amargos.

Necesito contactar a un abogado, porque debo impedir de alguna manera que Dalila, vuelva a acercarse a nosotros y ponga en riesgo la vida de mi familia, si he de decidir entre ella y los míos, mi decisión es más que tomada. Saco mi móvil y llamo a un viejo amiga que se, me puede ayudar con ello.

―Ethan Callaway, viejo amigo, cuanto tiempo sin saber de ti.

Conozco a Ethan, desde hace muchos años y hace algún tiempo me había contado que su esposa era la propietaria de una firma de abogados, así que quien mejor para que me recomiende a alguno que pueda llevar mi caso.

―Vaya, quien lo diría, el viejo zorro ha salido de su madriguera.

―Y de qué manera, Ethan, estoy a punto de casarme y mi prometida y yo tenemos en camino cuatro precioso hijos que pronto estarán junto a nosotros.

Lo escucho escupir la bebida que presumo estaba bebiendo cuando le di la noticia.

―¿Me estás jodiendo, Ignacio? ¿Cuatro hijos?

Sonrío al suponer lo perplejo que se encuentra, luego de escuchar que Claudia y yo tendremos cuatro hijos, es la misma reacción que tuvimos apenas nos enteramos.

―No, es absolutamente cierto, Ethan, mi mujer está embarazada de mis cuatro primeros preciosos hijos.

―¡Mierda, Ignacio!, esta vez, sí que el dicho te va como anillo al dedo ―expresa mientras ríe a carcajadas―, matar dos pájaros de un solo tiro... en tu caso cuatro, has resultado todo un francotirador, has dado justo en la diana.

Me río junto a él, porque lo cierto es que nunca imagines tener a todos mis hijos en un primer intento... y vaya que estoy feliz por ello.

―Todo fue resultado de una inseminación, Ethan, pero luego estoy dispuesto a contarte toda la historia mientras celebramos con una buena botella.

―Esa es una invitación, que no se puede rechazar, estaré más que encantado de que lo hagamos, solo pon la fecha y estaré allí sin falta con toda mi familia.

Familia... es una palabra que ahora tiene mayor significado para mí, porque ahora tengo el orgullo y la dicha de ser parte de una que me pertenece y que es mi tesoro más valioso y lo más importante en mi vida.

―Por supuesto que te lo haré saber en cuanto la tenga, mi mujer estará encantada de conocerlos ―le digo satisfecho. Ahora, Ethan, quiero decirte a que se debe mi llamada.

Le cuento todo, al menos lo que desconoce luego de que Dalila, me abandonara y la verdadera razón por la que la he llamado.

―¡Joder, Ignacio! No puedo creer que Dalila haya llegado a esos extremos.... ¿Has intentado al menos hablar con ella o con su marido?

Embarazada por EquivocaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora