Comencé contando los días, pero todo seguía pasando y saber que sobreviví otro día en este violento mundo era una sensación extraña, así que ya dejé de contarlos. No sé hace cuanto tiempo me quede sola en una realidad que antes no conocía.
En mis manos tengo el arma de no se que persona, estoy vestida con la ropa que encontré en la casa de un desconocido y me familiarice a robar y matar, a sobrevivir por mi cuenta para no entrar a otro grupo de sobrevivientes; porque si realmente te interesa sobrevivir jamás deberías entrar a esos grupos. Porque encariñarse con ellos es lo peor que podría suceder.
Pero esta vez no lo pude evitar.
Esta vez fui tan estúpida que me llevaron con ellos.
Esta vez acabé condenandome yo sola.
Junio, 2016.
—¡Megan!— el grito de Lexa me despertó, me levanto lo más rápido que puedo y me acerco a donde está ella.
Estando a su lado veo como las puertas del granero intentan abrirse, las cadenas que sostienen ambas puertas juntas está tirante, algunas manos y brazos de aquellos muertos vivientes logran pasar al interior.
—Te dije que no era seguro quedarse más de 5 noches.
—Es el único lugar donde podemos refugiarnos— respondí.
Busco la mochila donde guardamos la ropa de ambas, luego alzó el bolso que contiene la única comida que encontramos y tenemos.
Levante la cabeza al sentir un fuerte ruido de madera quebrarse, es Lexa tironeando de las trabas para que el caballo pueda salir de ese rincón en el que seguramente vivía incómodo.
Sabemos huir, llevamos meses escapando de cualquier cosa que pudiera ser una amenaza. Aunque Lexa sabe pelear y sólo ella podría matar a todos esos zombies, nos iremos de este lugar.
Yo todavía no estoy lista para pelear, y estar rodeada por una horda de zombies cuando no había ni uno cerca de nuestra zona, podría ser una nueva amenaza. Una nueva amenaza.
Y en vez de demostrar resistencia huiremos de ella. No podría dejar que Lexa se encargue sola de todos ellos, debía cuidarla con mi vida, así como ella me cuida.
De no ser por Lexa, ahora mismo estaría muerta.
—Vamos por acá— señalé la puerta detrás del mini establo donde se arrinconaba el caballo.
Saco mi cuchillo y cortó la soga que mantiene la puerta trabada, salgo con cuidado para no hacer ruido y que esas cosas vuelvan de nuevo hacia nosotras.
—Vení que te subo— me acerco a Lexa y ella me ayudó a subirme a su caballo, la abrazo para mantenerme firme— intenta no caerte esta vez— bromeó y comenzamos a alejarnos del único lugar que nos mantuvo seguras por un tiempo.
Ambas estamos cabalgando de nuevo. El bosque ya no provoca miedo ni desesperación por no encontrar la ayuda de alguien, si es que realmente la necesitas. Ahora entre tantos árboles y el silencio podrías sentirte más segura que en cualquier otra ciudad.
—Detente.
—También lo ví— Lexa detuvo al caballo y ambas nos bajamos de él, ella se quedó a su lado por un momento.
Mis pasos son cuidadosos para no caer en una trampa. Me acerco a un montón de pasto quemado en forma de línea, como si se dirigiera a un lugar en específico. A un lado se encuentra un balde sucio con sangre, y una serpiente quemada con más pasto que lo cubría.
—¿Y si seguimos el camino que marca?
—Si, qué gran idea.— respondió Lexa, tan sarcástica como siempre.
Nos quedamos observando el camino de pasto quemado, el cual es largo pero no parece llevarnos a ningún lugar donde podamos refugiarnos.
Ambas volteamos al sentir el resoplido del caballo.
Junto a él se encuentra un chico morocho, demasiado delgado para la altura que tiene, pareciera cercano a mi edad.
—Suéltalo.
—No debes dejarlo solo—. Dijo él, acercándose a nosotras.
—No lo estaba.
—¿Cómo te llamas?— pregunté antes de que Lexa comience a pelear con él.
—Soy Brian, ¿y ustedes?
—No importa—. Lexa saca su arma y en un segundo dispara apuntando hacia la cabeza del chico, es una acción bastante común viniendo de ella, ya que no confía en nadie. Su cuerpo cae al suelo, la sangre sale rápidamente de su herida ensuciando su ropa, Lexa voltea a verme—. Te dije que sólo somos nosotras.
Me acerco al cuerpo de Brian para arrastrarlo debajo de un árbol y luego lo reviso, cualquier arma o cuchillo que tenga podríamos usarlo para sobrevivir un día más.
—Es todo lo que tiene— guarde su cuchillo en mi bolso y voltee para verla.
Dimos unos pasos para seguir nuestro camino, Lexa entrelazo su brazo con el mío, con su otra mano lleva las riendas del caballo. Frenamos al sentir las voces de varias personas. Hay un hombre cerca, más de uno. Claramente se escuchan algunas voces muy gruesas.
—Subí rápido— Lexa tironeó de mi brazo para acercarme al caballo— y si es necesario asesina a quien sea que se te cruce, pero sobrevive Megan.
—No voy a dejarte, estamos juntas en esto— agarré mi arma lista para apuntar a la primera persona que se me cruce.
Con Lexa a mi lado me siento más a salvo, pero los pasos se escuchan cada vez más cerca y nosotras aún no logramos encontrarlos. Me alejo unos pasos de ella al sentir unas voces, y luego todo pasó tan rápido que no llegué a reaccionar como debo hacerlo.
Siento como unos brazos me empujaron hacia atrás y algo golpeó mi cabeza, pero no por accidente. Había otra persona lista para seguir golpeándome hasta dejarme inconsciente.
—¡Lexa!— grité lo más fuerte que pude, pero no sé si ella llega a escucharme con todo el ruido que hay.
Los pasos, los gritos, el relincho del caballo, el sonido de los zombies acercándose al sentir el ruido que nosotros estamos haciendo.
Y lo último que llegue a oír antes de quedar inconsciente.
Un disparo.
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Megan [TWD], (the 100)
ParanormalMegan Brown fue la única integrante de su familia que sobrevivió, la única que podría seguir con su vida paranormal y violenta si se adapta al fin del mundo. Rodeada de muertos que reviven y matan, sabe que es matar o morir. Pero cuando se acostu...