capítulo 3

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Ella se puso de pie, me acerqué corriendo a abrazarla.

—Mi pequeña— Lexa me abrazó con toda su fuerza.

Al separarme de ella, nos alejamos unos centímetros, Ethan quiso darle un abrazo a Lexa, pero ella lo rechazó.

No sé quién es este chico, pero claramente no la conoce al creer que ella sería capaz de abrazarlo. Ella no le demuestra cariño a nadie más que a mí, dice que yo me gané su cariño. 

Por la distancia entre nosotras puedo notar que tiene varios golpes en el cuerpo. En sus brazos tiene cortadas, su rostro tiene un golpe tan fuerte que hizo que sangrara.

—Quieren matarme Megan, van a hacerlo. Hice un trato con él,— señaló al chico— va a cuidarte, cuida también de él.

Al escuchar sus palabras, mis ojos se llenaron de lágrimas. Esto no podría estar pasando, ¿Lexa admitiendo que morirá? Debe ser una pesadilla.

—No, no voy a dejar que te hagan más daño.

No quería llorar, no en este momento. Pero conociendo a Lexa sabía que haría cualquier cosa por protegerme.

—Busca algo para romper la cadena.— le ordenó a Ethan, volteó para ver a mi alrededor, sobre el suelo hay un par de mantas para que Lexa se acueste, la mayoría están manchadas con su sangre. En esta habitación no hay herramientas que podamos usar para liberarla.

—Iré arriba a buscar algo— agregó, Ethan voltea a verme y me detiene sosteniéndome de los brazos, frente a mí está Lexa.

—Hice un acuerdo con Ethan. Él me entregó, ahora todos lo respetarán por llevarme,— con su mano acarició suavemente mi mejilla— y a cambio él te cuidará. Necesito que vayas con él.

—¿Por qué no venís con nosotros?— pregunté viéndola a los ojos, ella no quería quedarse, no puedo permitir que muera.

—No puedo hacer eso. Sólo confía en mí, una vez más.

—Y yo no voy a dejar que te quedes con ella, no vamos a volver ahí Megan—. Habló Ethan, me soltó los brazos y se puso a mi lado.

—Necesito que vayas con él, confía en él que sabrá cómo cuidarte. Te quiero mucho pequeña. Y por quererte tanto no voy a arrastrarte conmigo.

—Pero van a matarte— dije con mi voz débil, a punto del llanto

—No, no les daré el gusto de matarme. Cuando regresen por mí ya estaré muerta.

—Por favor no,— pedí con la voz entrecortada, acaricie la mejilla de Lexa, ella cortó la distancia entre nosotras y me abrazó pasando sus brazos sobre mis hombros— podemos matarlos a ellos, podemos salir juntas de esta también.

—No los enfrentes— se alejó de mí y puso sus manos sobre mis mejillas acariciando mi rostro— no vuelvan a mí para intentar salvarme.

—Voy a cuidar bien de ella, pero ya deberíamos irnos para que no se den cuenta que estuvimos acá.

—Dame un cuchillo— exigió Lexa al alejarse de mí, y se acercó a Ethan— gracias, y sé que también serás capaz de dar tu vida con tal de que Megan esté bien— ambos se abrazaron, le entregó un cuchillo y Lexa luego de aceptarlo, se sentó sobre una manta.

—Enfrenta tus miedos Megan. Acepta lo que pasa y supéralo.— Ethan se acercó a mí y pasó su brazo sobre mí hombro, para abrazarme.

—En un tiempo verás que, siempre fuiste mucho más fuerte de lo que creíste. Yo siempre te ví como una chica valiente. Nunca te subestimes, no dejes que nada te debilite. Quiero que sigas tu camino, pero antes necesito un favor— dijo Lexa y extendió su brazo dándome el cuchillo.

—No voy a matarte— respondí aguantando las lágrimas.

—Por favor,— pidió Lexa ladeando su cabeza, viéndome con sus ojos cristalizados— si mi vida debe depender de alguien prefiero que...

—No puedo hacerlo—. Admití llorando, mis lágrimas se descontrolaron y comenzaron a caer todas juntas, Ethan sostuvo mi mano y con su otra mano agarró el cuchillo.

—Ella no está lista,— se acercó a Lexa y al no soltarme me acerqué yo también, quedando detrás de él— no voy a presionarla a hacer esto.

—Acabemos con esto de una vez—. Ethan puso su brazo detrás de mí espalda y me dió un leve empujón, haciendo que quede a su lado, Lexa fijó sus ojos en los míos, y volvió a hablar:

—Esto no es tu culpa, pequeña. Te amaré siempre.

—No veas Megan—. Ethan levantó el cuchillo, me escondí detrás de él y cerré los ojos.

Siento el sonido del cuchillo. Escucho el cuerpo de Lexa caer al suelo. A los segundos Ethan se acerca a mí y me abraza con fuerza.

—Tenemos que irnos ahora.— menciona.

Ethan sostiene mi mano apretando con fuerza, se pone frente al cuerpo para que no pueda verla, pero un charco de sangre se está formando a su alrededor. Me limito a asentir y sin observar más me acerque a las escaleras.

Ambos subimos, él pasa por mi lado para ir delante de mí. Yo me limito a seguirlo ya que no conozco la casa, y Ethan recuerda el camino, o eso demuestra.

Saca las llaves y abre la puerta del copiloto, agarra la soga con la que me había atado y la tira a los asientos traseros. Una vez que se mueve hacia atrás yo me siento en ese asiento, me cierra la puerta y da vuelta al auto para volver a sentarse en el asiento del piloto.

—¿A dónde vamos?— pregunto dándole un último vistazo a aquella casa.

—Lejos— enciende el auto y comienza a manejar con velocidad.

«—Necesito que vayas con él, confía en él que sabrá cómo cuidarte.»

Las palabras de Lexa no salen de mi mente. ¿Por qué confía tanto en este chico? Lexa nunca fue de confiar muy rápido en los demás. Si lo conocía de antes, ¿Por qué nunca me habló de él? ¿Por qué confió en que él podría cuidarme? ¿Por qué creyó que yo  cuidaría de él?

Por mi mente pasan miles de preguntas, que exigen sus respuestas, las necesita pero al parecer Ethan no es de hablar mucho. O no mientras conduce.

Lexa, no veré más a Lexa.

Hace unas semanas estaba en un auto junto a ella, ahora nunca jamás volveré a estar a su lado.

Nuevas lágrimas se están formando en mis ojos, aunque no quiero llorar mi mente no para de cuestionar y recordar momentos en los que ella me acompañó.

Cierro los ojos y veo su sonrisa, el charco de sangre que se formó alrededor de su cuerpo sin vida. Aún puedo escuchar su risa, el sonido del cuchillo, su voz, el sonido de su cuerpo cayendo al suelo.

Basta.

Necesito dejar de pensar aunque sea por un momento.

—Nos estamos quedando sin combustible— habla Ethan, rompiendo el silencio que abunda entre nosotros.

Con mi vista aún sobre la ventanilla observo la borrosa imagen de los árboles, aquella repetitiva imagen ocurre cada vez más lento, hasta que el auto se detiene completamente.

Lo único que nos rodea son árboles, se siente el sonido del viento sacudiendo las ramas de los árboles, y algunos sonidos que podrían ser pasos de algunos zombies que están merodeando por esta zona.

—¿En dónde estamos?

Megan [TWD], (the 100)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora