Megan [TWD], (the 100)

capítulo 14

Narra Ethan

—Ahora, ¿hacia dónde?

—Solo sigue, es una ruta directa. —volteo al sentir los quejidos de uno de ellos.

Honestamente si nos encontráramos en otro contexto intentaría ayudarlos, y Megan me ayudaría a curar sus heridas, pero ella no está a mi lado y es por culpa de estos dos hombres.

Sólo por el hecho de recordarlo lo apuntó con el arma de nuevo.

—Espero que nos estés llevando por el camino correcto porque sino...

—Basta. —Carl nos sacude por una maniobra que hizo al conducir, frena el auto y me observa. —Este camino no nos lleva a ningún lugar.

Saco unas balas del bolso que dejé en el suelo del auto y recargo mi pistola. Ambos chicos se observan uno al otro, como si no supieran que responderle a Carl.

—¿¡Hacia dónde nos lleva este camino!? —golpeó el volante con fuerza, con frustración. Quiere golpearlos a ellos, sé que lo quiere, y yo también lo quiero.

El silencio los invadió de nuevo. La respiración agitada de Carl resuena por el interior de todo el coche, y mi poca paciencia acaba de agotarse.

—Puedo hacer que hablen. —Con el arma cargada, apuntó a la cabeza de uno.

Con un rápido movimiento Carl me saca el arma de las manos. Lo observo incrédulo, sin poder comprender porque no quiere que mate a uno, porque no quiere que sepan lo que somos capaces de hacer.

—Sé que puedes pero no, no lo lastimaras.

—Bien, ya no les dejaré marcas. —Carl negó. Encendió el motor del coche y les dio una mirada por el espejo retrovisor. —Buscaré un lugar donde pasar la noche, ya ha oscurecido demasiado.

El sol acabó de despedirse y quedamos sólo bajo el reflejo de la luna. Carl salió de la ruta para estacionar el coche entre los árboles. Estamos ocultos en caso de que alguien del otro grupo anduviera por ahí buscándonos.

Las luces delanteras del auto se apagan, dejándonos en la total oscuridad.

—¿Podrían encender de nuevo las luces?

Separo la botella de agua de mis labios para voltear a verlo, quiero responderle pero no lo veo. No veo a ninguno de los dos, si será mejor encenderlas para poder vigilarlos.

—Quiero agua. —menciona el otro sujeto.

—¿Podríamos tomar agua?

—No —cierro la botella para guardarla dentro del bolso pero Carl me la saca de la mano.

—Sólo unos tragos cada uno. —le advierte en mal tono. Un suspiro de fastidio sale de mí.

¿Cómo puede ser que quiera tratarlos bien?

—Suficiente. —se inclina para coger la botella de agua. —Ahora duerman antes que lo deje tener el control a él, —me señala, volteo los ojos sin creer que tenga que soportar esto— y saben que querrá dispararles de nuevo.

Me apoyo contra el respaldo del asiento, esto es incómodo con el asiento sin inclinar, Recuerdo cuando Megan no sabía cómo inclinarlo, las primeras veces que dormí a su lado, la pesadilla que tuvo y lo aliviada que se sintió luego al tenerme a su lado.

Mi pecho se oprime al sentir que ella debe tener miedo, ¿Y si vuelve a tener pesadillas y no estoy allí para calmarla? Me duele no estar allí para darle la seguridad que se merece. Me remuevo incómodo sobre el asiento, buscando la forma indicada para poder dormir así dejo de pensar en cuánto la extraño.

Porque mañana estaré con ella, ¿Cierto?

Abro los ojos de nuevo. Carl tiene la botella de agua en la mano mientras observa como los dos chicos ensangrentados de atrás roncan a más no poder.

—Intenta dormir, yo no puedo. —salta del susto al oír mi voz, me sorprende que no haya sentido mi mirada sobre él. —Me quedo a vigilarlos.

—No, gracias. No quiero que los mates mientras duermo.

—¿Por qué los proteges tanto?

—Porque los necesitamos vivos para hacer el intercambio. —su mirada vacila entre los dos chicos y yo. —Y ellos ya tienen demasiadas heridas por nuestra culpa, ¿Y si Rick y Megan están bien pero le disparan al ver que tratamos así a los suyos? No quiero ver como le disparan a mi padre, y sé que no permitirás que le disparen a Megan enfrente de ti.

Los dos chicos perdieron sangre durante todo el día, desde que los subí al coche que sus heridas se ven cada vez peor, pero eso no es algo que me haya preocupado.

—¿Y entonces qué, les curamos las heridas?

—No, tampoco tendríamos con que.

—Seguiré amenazandolos —afirme, Carl voltea los ojos. Me incline para estar más cerca de su oído. —Sigue siendo el bueno de los dos, eso les gustará.—susurro

—No crees que sea bueno en serio, ¿No? —niego con la cabeza. No hace falta que piense una respuesta cuando ya es obvia mi respuesta.

Carl se agarra del volante para cambiar su pose en el asiento.

—Bien, porque puedo serlo y no serlo. Pero quiero recuperar a mi padre, y vos queres a Megan. Estamos del mismo lado en esto, nos conviene hacer equipo.

Extiende la mano con seguridad.

—¿Tregua?

Sería estúpido estar de su lado, esto no hará que mágicamente me caiga bien, pero es por volver a tener a mi chica.

Asiento, y tomo su mano para cerrar el trato.

—Es una tregua.