Megan [TWD], (the 100)

capítulo 6

—¿Estás bien?— preguntó un chico cercano a mi edad, de cabello morocho y ojos color azules—  ¿Te golpearon fuerte?

—Estoy bien— respondí sentándome en el sillón donde estaba acostada— ¿Dónde está el chico que me acompañaba?

—En otra habitación, él hablará con mi padre.

—¿Él estará bien? No quisimos causarles problemas solo creímos que este lugar estaría...

—Está bien, de esos temas se encarga mi padre.— cerré mi boca luego de pensar en responderle nuevamente y asentí, ya entendí que no quería escuchar mi explicación de porque rompimos la ventana para entrar a su casa.

Al escuchar que abrieron una puerta voltee para ver si era Ethan, pero solo eran más personas de este grupo desconocidos.

—¿Es en serio? Por culpa de esos desgraciados tuvimos que volver caminando.— se quejó un hombre no tan alto pero musculoso, vestía un chaleco que tenía varias manchas de sangre.

—Daryl, sólo son adolescentes.— le respondió una mujer de cabello corto y blanco.

—Si, que seguro saben defenderse mejor que yo.— habló un chico cercano a mi edad y extremadamente delgado.

—¿Pueden reunirse todos en la cocina?— preguntó un señor que se acercaba a dónde estábamos nosotros.—  Les diré de nuestro acuerdo.

—¿Dónde está Megan?— escuché la voz de Ethan y me levanté del sofá para buscarlo con la vista, una vez que lo encontré me acerque lo más rápido que pude hacía él.

—¿Cómo estás?— pregunto mientras se alejaban unos centímetros de mí para intentar observarme de pies a cabeza— ¿Te hicieron algo?

—No que yo me de cuenta— respondí sonriendo, él solo me siguió la corriente con otra sonrisa.

Por un segundo voltee al sentir unos pasos cerca de nosotros, y observe que el chico de ojos azules se estaba alejando de nosotros dejándonos solos.

—Este es nuestro nuevo hogar, cariño.— dijo mientras acariciaba mi rostro con una de sus manos— Pero ya no podemos estar solos. Vamos con él— su mano bajo hasta mi mano y me sostuvo con fuerza para asegurarse que siga el ritmo de sus pasos detrás de él.

Mientras más personas venían llegando para ir hacia la cocina con Ethan nos quedamos de pie cerca de la puerta de la cocina, ahí el señor mayor se acercó para hablar sólo con nosotros dos.

—Megan, soy Rick Grimes— dijo el señor al darme la mano para saludarme.— Ethan dijo que ustedes pueden dormir juntos así que, pueden pasar la noche en el granero de Hershel, ya hablé con él y dice que no hay problema. Mañana al despertar les presentaré al grupo completo, pero por ahora, él es mi hijo— señaló al chico de ojos azules que se acercó de nuevo hacia nosotros— Carl Grimes.

—Gracias por dejar que nos quedemos con ustedes— dijo Ethan que se encontraba detrás de mí.

Rick asintió— Mañana arreglaremos el resto pero por ahora deben descansar.— asentí y sentí que Ethan me agarró de la mano— Vengan, los llevo al granero.

—¡Déjenme entrar!— a lo lejos se escuchó el grito de una mujer, en su voz se sentía la fatiga de haber estado corriendo durante mucho tiempo, probablemente en busca de un lugar seguro— ¡Por favor, ayuda!— gritó comenzando a golpear la puerta de la entrada principal— ¡Ayúdenme!— siguió gritando, voltee para ver al grupo pero ninguno reaccionó.

Claramente dejarán afuera de la casa a la chica que tal vez esté indefensa, que por el miedo en el tono de su voz estaba siendo perseguida por zombies o por alguna persona que quiere hacerle algún daño.

El chico de ojos azules volvió hacia donde estaba con Ethan, y se acercó a la puerta con su arma en la mano, se sentó sobre una silla que había cerca y por lo que parece, así pasará la noche vigilando.

Comencé a caminar para seguir a Rick, Ethan iba detrás mío sosteniendo mi mano. Y no nos despedimos de Carl, pasamos por una sala dónde había un grupo de chicos y dos o tres mujeres y nos quedamos en silencio. Realmente no sabía que decir, no sé porque estoy acá o porque nos permiten entrar a su grupo.

¿Por qué nosotros dos si y la chica que llamó a la puerta no? Si después de todo ella llamó "educadamente" y nosotros rompimos una ventana para entrar a su casa.

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—De nuevo gracias por ayudarnos— dijo Ethan dándole la mano a Rick quien nos dejó en el granero.

—Es muy gentil de su parte— dije acercándome un poco a ellos.

—No es nada, mañana veremos cómo pueden integrarse, sé que el resto del el grupo puede ser difícil.

Con Ethan ambos asentimos y Rick nos dió una última mirada antes de cruzar la puerta y cerrarla.

—Bien,— habló Ethan volteando para ver bien el granero— no es como estar durmiendo en la granja, pero es algo.

—¿Es algo, o es lo que pediste?— pregunté curiosa.

—Yo no pedí esto.

—Claro, mi karma es que a donde sea que duerma, me toque dormir a tu lado.

—No va a ser tan malo, ¿Si?— se acercó a mí, y una vez que lo tuve sólo a centímetros de distancia ambos nos asustamos al sentir el sonido de un disparo, automáticamente pensé en la chica que estaba fuera de la casa pidiendo ayuda.

—¿Te parece buena idea quedarnos acá?

—¿Te parece mala idea?— preguntó Ethan— No los conocemos pero ellos tampoco nos conocen. Acá podemos empezar desde cero, podemos darnos una oportunidad de al menos aparentar ser mejores.

—¿Y cómo nos presentamos para aparentar ser mejores?

—Con la historia que le conté a Rick— se alejó de mi y acercó a una de las camas para acostarse sobre ella— No deben ser malas personas, sino no tendrían camas en un granero.

—¿Y qué historia le contaste?— pregunté mientras me acercaba a él, y me senté a su lado.

—Acá deben dormir todos los que quieran integrarse al grupo, ¿Cierto? Y si los aceptan pasan a la casa.

—No lo sé, y no ignores mi pregunta.

—Nuestra historias es que...— hizo una pausa al quedarse observando el dije de mi collar, voltee los ojos al notar que no comenzaba a hablar— ¿Sabes qué? Mañana Rick la contara frente al grupo para presentarnos, no te preocupes por eso. Ahora vamos a dormir que la cama se ve cómoda.

Me quedé durante unos segundos ahí sentada observándolo, preguntándome si hice mal en empezar a confiar en él, ¿Por qué no me lo decís Ethan? Él se acostó en su cama y dió unos golpecitos a su lado para decirme que me acueste con él.

Me saque las zapatillas y aunque habían 6 camas vacías a mi alrededor me acosté con Ethan, él me abrazó y cerró sus ojos para intentar dormirse.

—Buenas noches, cariño.

—Buenas noches— dije y me aferré más a él, y por un momento, antes de que yo también cierre los ojos, pensé si me estaba aferrando a la persona correcta.

Y por más que realmente quiera saberlo, creo que no sabría darme cuenta de la respuesta.