capítulo 5

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—No cierres los ojos—. pido llorando, dejo que mi cuerpo caiga lentamente a su lado, se mueve para que su cabeza reposara sobre mis piernas— Por favor, no me dejes— sigo haciendo fuerza sobre su herida, pero no hay forma de cortar una parte de su cuerpo para que viviera.

—Estaré bien,— dice casi en susurro, su voz es débil, como si ya no tuviera fuerzas para hablar— no cierres los ojos, y pelea— habló en un tono lento y con su voz entrecortada.

Siento cómo se va quedando sin aire al hablar, sostengo su mano por última vez y le doy un beso en la frente. Las lágrimas no dejan de salir de mis ojos, esto no puede estar pasando.

Me levanto al sentir un disparo, ya sé lo que significaba. Se terminó. Todo se terminó para mí.

Este es mi fin.

Me acerco corriendo hacia la puerta. Tengo que pelear, tengo que seguir y buscar algún otro lado que sea seguro. Tengo que buscar algún refugio, pero ahora sólo quiero llorar por haberla perdido.

—Megan...

Comienzan los disparos otra vez, se escuchan cada vez más fuerte, se sienten cada vez más cerca.

—¡Megan!

Volteo para buscarlo con la mirada, debía estar a su lado pero ahora no lo encuentro, no podía alejarme de él. Si algo le pasa nunca jamás me lo perdonaría.

No podía perderlo y quedarme sola, porque sé que no sobreviviría. Y si lo hiciera mi vida sin él no tendría sentido.

Intento abrir la puerta del auto antes de que los zombies terminen de rodearnos. Después de haber llegado hasta acá, no puedo quedarme encerrada.

Pero no puedo protegerme sólo yo cuando esa voz masculina me llama, esa voz que creo conocer...

—¡Megan! Sentí mi voz— Ethan... Yo estaba con Ethan.

Empujo la puerta con fuerza para poder abrirla, el sol todavía no ha salido pero la luna mantiene la noche bien iluminada. Todo mi alrededor se va llenando de zombies, de a poco van llegando cada vez más, y sola no sé cómo defenderme.

Debería ser lista y guardar un poco de municiones, porque si no encuentro a nadie, o si las cosas se complican, voy a necesitar usarlas.

—Ethan— murmuró entre dientes, ¿Dónde estás Ethan? No me dejes.

Comienzo a moverme entre estos zombies que me rodean y persiguen. No puedo dejarlo, no puedo perderlo sin siquiera haberlo conocido. Necesito respuestas, necesito alguien a mi lado.

Pero entonces lo siento.

Todas esas manos que tiran de mi ropa, y esos que se interponen en mi camino. No puedo seguir, me tienen, me aplastan. Van a rasguñarme y seré una de ellas.

—Ethan— él tiene que escucharme tiene que ayudarme. Pero tal vez ya sea tarde, por última vez siento sus manos sobre mí, esas manos que intentan matarme.

—Esas cosas van a matarla,— habla una voz que me pareció haber escuchado antes— vayamos por el traidor.

—Ethan no la dejaría, búsquenlo bien.

—¡Megan!— volvió a llamarme Ethan. Con sus manos sobre mis brazos, me está sacudiendo suavemente para que despierte de mis pesadillas.

—Ethan,— pronuncié al amagar levantarme del asiento dónde duermo, pero no pude porque él me detuvo—  nos encontraron.— me apresure a decir, me acomode sobre el asiento del copiloto para luego levantarme, pero Ethan me detuvo de nuevo— Saben que estamos acá, no podemos seguir...

—No,— me interrumpió— nadie sabe dónde estamos y no van a encontrarnos.— se acerca un poco más hacia mí y extiende sus brazos para que me acercara a abrazarlo— Estamos bien,— susurra una vez que me envolvió entre sus brazos, en un fuerte y reconfortante abrazo— vamos a estar bien.

—Quiero que nos vayamos lejos, dónde no conozcamos a nadie.

—Y eso haremos, cariño.— responde, con una mano acaricia mi cabello— Come algo y cuando estés tranquila seguimos, será un día largo.

Ambos comimos algo mientras le conté sobre aquella pesadilla que tuve, Ethan insistió en querer saber. Luego de eso me mostró la cantidad de armas que hay en los bolsos, no sé pelear para defenderme, me da impresión usar los cuchillos si es para clavarlo en la cabeza de un zombie que solía ser una persona que antes estuvo con vida, pero soy buena con las armas.

Lexa se encargó de que sea buena con las armas.

Ethan me dio a elegir el arma que quiera cargar, luego de eso ambos salimos del auto para comenzar con la larga caminata que debemos hacer para llegar a ese lugar.

Nuestros pasos acelerados y el camino despejado es razón para que avancemos rápido, más rápido de lo que creí que iríamos.

En la tarde, después de varias horas caminando vimos estacionada una camioneta rastrojero. Ethan la pudo encender, y antes de que anocheciera se ve a lo lejos la granja de la que tanto había escuchado.

Es real, estamos acá. El lugar donde comenzaré de cero junto a Ethan.

Me bajo de la camioneta y comienzo a caminar hasta la puerta con el arma en la mano, Ethan estaciono la camioneta frente a la puerta mientras yo entraría a la casa para revisar que estuviera vacía. Pero no puedo abrirla...

—Está cerrada— digo al voltear para ver a Ethan, quien está subiendo los escalones para llegar a la puerta.

—No es nada, yo me encargo—. responde acercándose a la ventana que está al lado de la puerta, y golpea el vidrio con la culata de su escopeta— Vamos, pequeña.

Tiramos al suelo los pedazos de vidrios rotos que salieron de la ventana, él me da su escopeta y trepa de la ventana para pasar adentro de la casa, y luego me ayudó a cruzar.

Una vez dentro no vimos nada, sólo sentimos el fuerte golpe que nos dieron en la cabeza a ambos.

Megan [TWD], (the 100)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora