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- ¿Ya casi llegamos? - Dijo la niña que iba recostada en los asientos traseros del auto, apenas despertando.
- Ya estamos cerca - Respondió Reece (Padre de la niña)
- ¿Por qué nos mudamos? - Habló cerrando los ojos debido a los rayos del Sol que daban en su cara.
- Cosas del trabajo - Mintió.

Entraron a la ciudad de Lafayette, un insignificante pueblo perdido en la gran Indiana, la camioneta de mudanzas iba detrás de ellos.

- Ahí es donde viviremos - Dijo Reece señalando uns casa color blanco.
- ¿Puedo bajar a verla? -
- Baja, y escoge tú habitación -
Con una sonrisa pintada en su rostro bajó del auto.
- ¡Las llaves! - Grito la niña.
- ¡Toma pequeña llave! - Lanzó las llaves después de burlarse del nombre de su hija.
- ¡Keys! Ese es mi nombre - Respondió después de tomar las llaves.

Era la tercera vez que se mudaban, nunca entendía el porque siempre iban de ciudad en ciudad, primero California, después Fresno y ahora ese pueblo.

Los chicos de la mudanza se encargaron de bajar los muebles, ella examinó cada una de las tres habitaciones y escogió la suya, después salió de la casa y se sentó sobre el césped, pudo observar a tres chicos en la casa de a lado, dos de ellos jugaban con la pelota mientras que el otro estaba sentado observando.

- ¡Adentro! - Grito la señora que tal vez sería su Madre.

El Padre salió y observo cómo su hija miraba a esos niños.

- En cuanto haga tus trámites escolares irás a la escuela - Sonrió.
- Bien - Fue lo único que dio en respuesta.

...

- ¡Keys! ¡Baja! - Gritó mi Padre.
- ¡Ya voy! - Respondí dejando a un lado lo que estaba haciendo (ordenando mi clóset)

- Son nuestros vecinos - Dijo mi Padre.
- Somos los Bailey - Habló el hombre que estaba en la puerta.
- Un gusto. Familia Adams - Complemento mi Padre estrechando su mano con la del hombre. - Soy Reece, ella es mi hija Keys -
- Ella es Sharon, el es William, Amy y Stuart - Presento a su familia.
- Placer conocerlos - Sonrió mi Padre.
- Y ¿la señora Adams? - Preguntó Sharon.
- No hablamos de ella - Respondió de manera rápida.

- Por qué no vas y conoces a los chicos, mientras los adultos hablamos, andá - Dijo mi Padre.

- Hola - Me acerque a ellos.
- Hola - Saludo Stuart.
- Tienes un lindo nombre - Dijo Amy.
- Gracias -

El mayor de ellos no me dirigió la palabra, realmente no me importo mucho. Ese chico llevaba un peinado algo gracioso, su cabello era muy rojo y sus ojos eran color verde. Jamás paso por mi cabeza la idea de que ese chico y yo seríamos amigos, más que amigos se formaría un lazo de hermandad y no lo sé, incluso algo más que eso.

- ¡Hey! - Llamó un chico pelinegro.
- ¡Jeffrey! - Respondió el pelirrojo entusiasmado.
- Anda, vamos a dar una vuelta - Dijo mirando su patineta.
- No puedo, tengo que cuidar a mis hermanos - Hizo una mueca de disgusto.
- Daré una vuelta en está calle - Señaló mientras se subía a la patineta. - Así podrás mirarme -
- Ve, yo te observo - Se sentó en el pavimento.

Llamo mi atención así que me senté a un lado del pelirrojo a observar al chico de la patineta, él me miró algo extrañado, al sentir su mirada lo miré y le sonreí
- ¿Es tú amigo? - Pregunté.
- Sí - Respondió.
- ¿Cuál es su nombre? -
- Pregúntaselo tú - Señaló con su dedo al chico que para ese momento se acercaba.

- Jeffrey, soy Jeffrey - Sonrió y extendió su mano esperando estrecharla conmigo.
- Keys - Dije aceptando su saludo.
- No hay llaves - Bromeó estúpidamente.
- ¡Keys! ¡Ese es mi nombre! -
- Él sabe que te referías a tú nombre, solo le gusta molestar y hacer malas bromas - Dió respuesta el pelirrojo mientras reía. - Así es Jeffrey -

- ¿Eres nueva por aquí? -
- Sí, ayer llegamos aquí -
- ¿Qué edad tienes? -
- Once -
- Entonces irás a la escuela de menores - Dijo William incluyéndose a la conversación.
- Sí, los chicos de seis a once van a la escuela primaria, mientras que los de doce a catorce van a escuela secundaria - Afirmó Jeffrey.
- Entiendo, ¿a qué escuela van ustedes? -
- Secundaria - Respondió el chico de cabello negro.
- Y tú? - Pregunté mirando al pelirrojo.
- La verdad es que no estoy asistiendo, ni siquiera terminé primaria -

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- Fue lindo charlar con ustedes dos - Dijo la niña levantándose del pavimento.
- Nos vemos - Decía Jeffrey que también tenía que ir a su casa.
- Adiós a los dos - Dijo William escuchando los gritos de su padre llamándolo, seguro estaría en problemas.

Fue fácil que los chicos se lograrán entender, tenían casi la misma edad, eran bastante sociables y había mucho de que hablar, además a esa edad buscas agradarle a todo Mundo.

‹Sweetie›

𝙎𝙬𝙚𝙚𝙩𝙞𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora